Una de las nuevas potencias surgidas en el I Milenio es el reino de Urartu. Ishpuini será uno de los promotores de este esplendor al conseguir durante su reinado que Urartu controlara las rutas de acceso a la meseta de Irán, al tiempo que ocupaba el país de Parsua y Musasir. Contaba con un ejército formado por más de 100 carros, unos 10.000 caballeros y más de 23.000 infantes. Su hijo Menua extenderá el dominio urarteo por las regiones vecinas.
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obra
Isidoro Máiquez estaba considerado en la sociedad de los inicios del siglo XIX como el mejor actor español de todos los tiempos. En el momento en el que Goya le retrató estaba en la cúspide de su carrera, tras haber interpretado Otelo con enorme éxito cinco años antes. Máiquez era uno de los protegidos de la Duquesa de Osuna y en ese círculo debió coincidir con el pintor. Sería lógico pensar que el mejor actor encargue su retrato al mejor pintor, aunque desconocemos los motivos exactos del encargo.En la imagen lo que más destaca es el rostro, iluminado con un potente foco de luz, interesándose Goya por su personalidad, marcada por el carácter melancólico que claramente puede apreciar el espectador. Alrededor del rostro se ha empleado una pincelada suelta y vigorosa, sin reparar en detalles, incluso dando la impresión de estar inacabado. Pero lo que le interesa a Goya, el carácter de su modelo, está perfectamente concluido.
contexto
Del Monasterio de Santa María de las Dueñas de Alba de Tormes (Salamanca). En la primera treintena del siglo XIX, se nos presenta otra monja música, natural de la localidad de Terradillos, Provincia y Diócesis de Salamanca. Doña Isidra Santos y Santos quien había nacido el 5 de marzo de 1814 y fue bautizada el 9 del mismo mes y año en la Parroquia de Terradillos - Salamanca; hija legítima de Don Timoteo Santos y Doña María Manuela Santos con abuelos paternos Juan Santos y Felicísima Macarro, y maternos Bernardo Santos y María Serrano, todos naturales del mismo Terradillos, localidad cercana a Salamanca. Gráfico Era común en estas épocas y especialmente en los pueblos, que se diera el parentesco entre familias, de ahí los dobles apellidos encontrados en las personas. Por el Libro de Dotes, que reposa en el Monasterio, se sabe que Doña Isidra Santos y Santos, ingresó al Monasterio el día 9 de febrero de 1831 - con 16 años de edad -, como cantora y organista y el día 13 del mismo mes del año 1832, profesó definitivamente para iniciar su vida conventual y su magisterio musical, llegando a ser Abadesa durante nueve años, periodos en que el Monasterio desarrolló una amplia actividad musical, en los que según el Libro de Crónicas, dejan conocer su ejercicio como monja música y como Abadesa. Aquellos períodos de elecciones al cargo como Abadesa, están relacionados en el Libro de Visitas y Elecciones, así: - Primer período : 26 de junio de 1865 (Primera elección) - Segundo Período: El 10 de agosto de 1868 (Segunda elección) - Tercer período : 2 de julio de 1871 (Tercera elección) Una particularidad muy especial, es la encontrada en su Epistolario, en la que llegados los veintiocho años de magisterio musical, ella solicita al Prelado de Salamanca la baja de sus competencias como cantora y organista y llega a un acuerdo con la Comunidad para dar una dote de cinco mil reales - pues en aquel entonces, cobraba una peseta diaria del Estado -, para cubrir las necesidades por el resto de sus días en el Monasterio. Éste y el de la monja Dña. Escolástica Campo Martín, son los únicos casos que encontramos en que se da la situación de baja del cargo, pero condicionado al pago de una dote para continuar en el Monasterio y terminar sus días en él. Veintiocho años desempeñó su cargo frente a la música desde su ingreso en 1832 y pasó a ser de dote el 3 de marzo de 1859, por cuanto las dos plazas de sus oficios que ya desde muchos años atrás existían, estaban cubiertas por compensación del Estado. El epistolario que ella sostiene con el Sr. Obispo de Salamanca nos lo ilustra esta situación, así: "Excelentísimo Señor, y mi venerado Padre, y Prelado: después de saludar a vuestra Ilustrísima con aquel amor y respeto que se merece; su humilde súbdita, Isidra Santos monja de esta su Comunidad de Santa María de las Dueñas , Orden de Benedictinas de la villa de Alba de Tormes , molesta su atención a fin de exponer a vuestra Ilustrísima con el más profundo reconocimiento como; llevando veinte y ocho años, en el desempeño, de cantora y organista; últimamente , con el ejercicio continuado de ambos oficios, el pecho y la garganta se han resentido y en virtud de estar provistas las plazas, cantora y organista señaladas por (...) ordenes pretendo relevarme de esta carga, por si otro día me inutilizo, pagando el dote mi familia a la Comunidad, con arreglo a los últimos que se dieron a mi entrada en la Religión en el año 32 - que fueron de cinco mil a seis mil reales v., en cuya cantidad han convenido las Sras. Del Consejo, en atención a estar pensionada poir el Gobierno y no tener que sustituir de ello (..) como no puede verificarse esto sin la correspondiente Licencia de mi Prelado =A vuestra Señoría Ilustrísima pido y suplico, que en alivio de mi triste situación, cansada por el continuo trabajo, se sirva concederme, esta Licencia, admitiendo en ello especial favor al que viviré reconocida. Isidra Santos" (109) Don Anastasio Rodrigo Yusto, Obispo de Salamanca durante el período comprendido entre 1857 a 1867, le otorga su Licencia, respondiéndole en estos términos: "Salamanca Febrero 19 de 1859 En atención a lo expuesto por la suplicante y la conformidad de la Revda. Madre Abadesa y Sras. del Consejo del Monasterio de Benedictinas de la Villa de Alba de Tormes y a que existen en él, las dos plazas de oficios desempeñadas por otras religiosas concedemos nuestra Licencia para que mediante la cantidad convenida de 5.000 reales Sor Isidra Santos sea dada de baja en los oficios de cantora y organista que venía desempeñando y pase a clase de monja con dote previniéndose que la entrega de dicha cantidad se verifique a las cuatro Sras. del Consejo y a presencia del Sr. Arcipreste y Capellán de la Comunidad quienes firmarán el Acta que de entrada en el Libro de Dotes. Se acordó S. S. I. el Obispo mi Sr. De que certifico =" (110)
obra
Isidro González Velázquez es uno de los arquitectos más destacados del Neoclasicismo español. Su maestro fue Juan de Villanueva con quien aprendió a admirar las obras de la antigüedad clásica y del Renacimiento. Proyectos suyos son la Casita del Labrador de Aranjuez y el Monumento al Dos de Mayo de Madrid, actualmente a los Fallecidos por España. Cuando Goya le retrató no tenía más de 35 años; le representa sentado en una postura bastante forzada al girar parte de su torso para mirar al espectador. Una vez más recorta la figura sobre un oscuro fondo neutro para destacar el carácter y la personalidad de su modelo, vestido a la moda con su larga levita parda, chaleco claro y corbatín blanco. Un oscuro pañuelo cubre su cuello, reforzando la línea caída de los hombros. En su mano derecha porta un papel donde se recoge su nombre, la firma del pintor y la fecha. La factura rápida que caracteriza los retratos de estos años iniciales del siglo XIX también están presentes en este lienzo, anticipándose Goya a la manera romántica de realizar retratos.
lugar
Yacimiento del sur de Tanzania, a unos 120 km. de Iringa, en el camino principal a Mbeya. Fue descubierto en 1951 y se caracteriza por la riqueza de herramientas encontradas. Presenta una ocupación achelense tardía (200.000 a. C.) puesta al descubierto por la erosión fluvial. La composición interna de la industria, caracterizada por los bifaces y hendedores, ofrece fuertes diferencias con otros sitios coetáneos del este de África. También se encontraron huesos fosilizados, entre ellos los de una jirafa muy similar a la actual pero con el cuello más corto, y los de un hipopótamo ya extinto.
contexto
Khutram-Temti de Shimashki había puesto fin a la III dinastía de Ur al derrotar a su último representante Ibbisin, profundamente debilitado por el acoso de los nómadas occidentales, los martu o amorreos. Es posible que se hubiere operado una infiltración progresiva de estas poblaciones desde mucho tiempo atrás; sin embargo, los preparativos militares de los reyes de Ur III y la información de las tablillas expresan con claridad que su empuje se realizó de forma violenta. Desde el punto de vista onomástico, se observa cómo a comienzos del II Milenio los amorreos constituyen el contingente demográfico predominante en la Alta Mesopotamia y bastante importante en el Sur. Con el término amorreos o amoritas se alude a un grupo humano que identificamos únicamente por sus nombres personales, ya que su lengua no se conserva en textos escritos. Gracias a la onomástica sabemos que se trata de semitas occidentales, pero no podemos afirmar que hablaran una sola lengua o que se tratara de un grupo culturalmente compacto. Se trata, pues, de una denominación cómoda para hacer referencia a los contingentes de nómadas semitas que provocan un cambio profundo en las estructuras demográficas del norte de Siria y Mesopotamia a comienzos del II Milenio. La debilidad interna de las ciudades mesopotámicas, frente a su potencia militar y cohesión social, les permitió establecer dinastías propias, del mismo modo que lo estaban haciendo en distintas ciudades de Siria. De entre todas ellas, la que más importancia va a tener desde el punto de vista histórico es Babilonia, donde se instala una dinastía amorrea, a la que pertenece Hammurabi, que hará de ella la más importante ciudad de su época. Pero es que desde el punto de vista cultural las repercusiones van a ser también considerables, pues la ocupación del norte provoca un desplazamiento de lo acadio hacia el sur, favorecido por el declive sumerio, cuya lengua desaparece definitivamente. Los dos siglos que discurren desde la caída de Ur III hasta el advenimiento de Hammurabi están caracterizados por la reanudación de los enfrentamientos interurbanos en el ámbito mesopotámico, pues algunas ciudades pretenden restaurar el sistema imperial con la lógica oposición de las restantes. En principio Ishbi-Erra, el gobernador de Isín durante el reinado de Ibbisin, consigue imponer su hegemonía, empleando para ello el propio aparato burocrático de Ur, aunque algunas ciudades logran una autonomía efectiva. No obstante, su superioridad es reconocida cuando en el año vigésimo segundo de su reinado libera a la propia ciudad de Ur de la guarnición elamita que le había sido impuesta tras el triunfo de Khutram-Temti. El señorío de Isín se prolonga durante seis décadas, en las que reinan cuatro sucesores de Ishbi-Erra, pero hacia 1924 desaparece la dinastía con Lipitishtar, compilador de un afamado código de leyes de corte sumerio. Importantes territorios habían quedado al margen del predominio de Isín, como Eshnunna, en el valle del Diyala, o Der, en la ruta de Elam. En la Baja Mesopotamia parece que Lagash y Larsa se sustraen también al ensayo de poder centralizado. Precisamente, un amorreo llamado Gungunum se apodera de Larsa, desde donde va arrebatando territorios a Isín. Si el siglo XX es el del predominio de Isín, el XIX va estar caracterizado por la hegemonía de Larsa, donde reinan nueve monarcas tras Gungunum (hasta 1763), sin embargo, muchas ciudades conservan su independencia y, además, la contestación de Isín a la supremacía de Larsa es una realidad indiscutible. En cualquier caso, lo que se deduce de la prolongada rivalidad es que ninguna ciudad tiene la capacidad de restaurar el poder imperial. La potencia interna de cada una no basta para imponerse militarmente, lo que las obliga a utilizar tropas ajenas al ámbito palatino a las que se compensa con la entrega de territorios, bajo la forma de colonias militares. Esto repercute negativamente en las propiedades familiares, que se van debilitando, además, como consecuencia de un nuevo procedimiento de herencia: el reparto de la propiedad entre los hijos varones. Al mismo tiempo se generaliza el arrendamiento de tierras y el empleo de mano de obra asalariada. Todo ello es expresión de una crisis en la estructura familiar amplia, reorganizada ahora bajo la forma de la familia nuclear, que conlleva la disolución de los lazos de solidaridad grupal, dando lugar a la aparición de individuos marginados por no estar integrados en las unidades de producción (las viudas y los huérfanos, como estereotipo en la legislación de la época) y a la institucionalización de la servidumbre por deudas, como rasgos más característicos del conflicto social en el período de Isín y Larsa. Tal es la situación general del mundo mesopotámico en el momento previo al surgimiento del imperio paleobabilónico.
Personaje
Otros
Isis es considerada la esposa de Osiris y la madre de Horus; representada como una mujer que porta algo en la cabeza. Simboliza a la madre perfecta.