En 1880 el financiero Cahen d´Anvers encarga a Renoir los retratos de sus hijas. El de Irene lo completó en sólo dos sesiones en la casa familiar de la rue Bassano de París pero se trata de una de sus retratos infantiles más impactantes. Irene aparece ante un fondo vegetal, vestida con un elegante traje blanco en el que la luz proyecta una sombra coloreada, habitual entre los impresionistas. La tonalidad rojiza de su larga melena contrasta con el blanco del vestido y con los colores oscuros del fondo, creando un atractivo juego de contrastes típico de la pintura clásica. El preciosista dibujo del rostro -especialmente la perfilada nariz, la boca y los ojos- se contrapone con la rapidez de la pincelada, aplicando los colores de manera rápida y eliminando el detallismo que caracteriza las pinturas academicistas, lo que indica que en la década de 1880 el estilo impresionista está asentado entre la sociedad burguesa parisina. La delicadeza y candidez de la jovencita indican la calidad de Renoir a la hora de realizar retratos, interesándose también por la personalidad de los modelos, de la misma manera que habían hecho Tiziano o Velázquez, este último uno de sus pintores favoritos como se aprecia en esta frase: "Velázquez me entusiasma: esa pintura respira la alegría con que el artista la ha pintado... Cuando puedo imitar la pasión con que un pintor ha creado, comparto su propio gusto". Por el encargo Renoir recibirá 150 francos.
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obra
El escultor Cefisódoto el Viejo debió de ser un artista muy bien introducido en los ambientes rectores de Atenas, pues sabemos que su hermana se casó con el político Foción; por ello no es de extrañar que recibiese el primer gran encargo oficial de que se tiene noticia en Atenas después de la Guerra del Peloponeso: la escultura de bronce que conmemoraría en el ágora la paz firmada entre Atenas y Esparta, y que, a los ojos de los atenienses, señalaría el principio de una nueva era de prosperidad. Irene y Pluto, es decir, de la Paz como madre o nodriza de la Riqueza, es considerado unánimemente la piedra fundacional del Segundo Clasicismo. Irene, majestuosa, se yergue como una matrona clásica. Actitud y vestido son una consciente vuelta a Fidias y a Alcámenes, y sus amplios y pesados pliegues rompen con las caligráficas superficies del estilo florido postfidíaco. Incluso el empleo del peplo, prenda por entonces caída en desuso (salvo en el ritual de Atenea), quiere ser un canto a la tradición. Pero, por debajo de esta apariencia, el nuevo mundo bulle en las partes desnudas de la estatua: la infinita dulzura de la diosa al mirar al niño, el contacto psicológico del cruce de miradas, el intento -aún sólo parcialmente conseguido- de darle a la criatura formas realmente infantiles, rompiendo con la tradición que veía a los niños como jóvenes en tamaño reducido, todo en fin nos habla de la nueva mentalidad. D. Haynes ha escrito sobre este grupo escultórico: "Aun siendo en origen personificaciones de ideas abstractas, Irene y Pluto habían logrado consistencia como seres divinos desde hacía tiempo, e Irene tenía altar propio en Atenas. Sin embargo, desde el punto de vista mitológico, no había conexión entre ambas divinidades, y su relación alegórica como madre e hijo en la estatua de Cefisódoto implica una nueva aproximación intelectual a su esencia abstracta, una nueva racionalización".
Personaje
Literato
Sobrino de Juan de Iriarte y hermano de Tomás de Iriarte, Bernardo continuó la afición por la literatura que heredó de su familia. Trabajó para la administración en la época en que la Ilustración vivió un fuerte impulso gracias a la acción del conde de Aranda. Ocupó la Secretaría de Estado y también fue miembro del Consejo de Indias, entre otros cargos. En este sentido y en relación con el ámbito literario el cargo más importante que ocupó fue la dirección de los teatros de los Reales Sitios. Iriarte realizó una relación de las comedias del siglo XVII que podían representarse. Otro de los documentos más curiosos que redactó fueron unas instrucciones para el funcionamiento de los teatros que debía observar el comisario-corrector de dramas para el teatro de la corte. Del contenido de estas recomendaciones cabe citar la prohibición de sainetes al ser ejemplos de malas costumbre. En lo que se refiere a la interpretación, se inclina por el realismo y una interpretación natural, frente a los ademanes exagerados que se imponían en la época. En este sentido hacía referencia a una cuarta pared imaginaria, que los actores debían imaginar entre ellos y el público. A su limitado legado escrito hay que añadir "Vida de don Juan de Iriarte" y una traducción de "Tancredo" de Metastasio. En este tiempo se tradujeron y adaptaron muchas obras extranjeras al teatro. Iriarte se relacionó con personajes de la talla de Cabarrús, Jovellanos, Urquijo, Peñaflorida e, incluso, Goya. En los últimos días de su vida, sufrió el destierro y se trasladó a Francia.
Personaje
Pintor
Ignacio de Iriarte, pintor barroco español, nació en Santa María de Azcoitia en 1621. Trasladado muy joven a Sevilla, fue discípulo de Herrera el Viejo, fundando con Murillo la Academia de Dibujo de Sevilla en 1660. Su especialidad serían los paisajes. Falleció en Sevilla en 1685.
Personaje
Literato
Estudió en Francia e Inglaterra y a su regreso a España fue nombrado director de la Biblioteca Real y traductor de la Secretaría de Estado. Colaboró en la publicación del "Diario de los Literatos de España" junto con Mayáns y Hervás, influyendo en la formación de su sobrino Tomás de Iriarte. Miembro de la Academia de la Lengua, es el autor de "Discurso sobre la imperfección de los diccionarios".
Personaje
Literato
Fue educado por su tío Juan de Iriarte en un ambiente demasiado intelectual. Consiguió librarse de la tiranía familiar y se instaló en Madrid, polemizando con los que no aceptaban los principios del Neoclasicismo. Su fama se basa en las "Fábulas literarias" publicadas en 1782 y en las que aparece un claro elemento pedagógico. Se sentirá atraído por el teatro de Diderot y realizará dos dramas vinculados al sentimentalismo prerromántico. Se interesó también por la música, componiendo varias obras escénicas, sinfonías, obras de cámara y tonadillas, al tiempo que escribía "La música", poema en el que expone la teoría del arte musical. Con el monólogo dramático "Guzmán el Bueno" alcanzó un importante éxito. Paralelamente a su carrera literaria y musical fue traductor oficial del Estado y archivero del Consejo Supremo de Guerra.
contexto
Problemas tradicionales del Reino Unido, como el irlandés, tendieron a suavizarse. La gran crisis de la patata, de mediados de los años cuarenta, con sus secuelas de muertes y emigraciones, había afectado profundamente a la población irlandesa, que tardaría en recuperar los efectivos de 1844. La tensión social, provocada por el desempleo y disminución de tierras en cultivo, volvería a agudizarse desde comienzos de los años cincuenta.La creación en USA, en 1858, de la Fenian Brotherhood (denominación derivada del nombre del antiguo ejército irlandés), para luchar por la independencia de la isla derivó, después de finalizada la guerra de Secesión americana, en actos terroristas, con ataques a prisiones y arsenales en 1867. El Gobierno había suspendido ya el Habeas Corpus en Irlanda en 1866, pero la agitación distaba de ser un peligro grave para el sistema político. Gladstone, retractándose de su anterior política sobre las cuestiones irlandesas, propondría durante los años sesenta un programa de reformas para mejorar las condiciones de vida y pacificar la isla. Punto fundamental era el desestablecimiento de la Iglesia Anglicana como iglesia oficial, ya que, frente a un 80 por 100 de los católicos, el anglicanismo contaba sólo con un 12 por 100 de la población de la isla a comienzos de los sesenta, de los que la gran mayoría vivía en el Ulster. El triunfo de alguna de estas mociones fue decisivo en la caída del primer Gobierno Disraeli en diciembre de 1868 y la constitución, a renglón seguido, del primer gabinete Gladstone, que aprobaría el desestablecimiento de la Iglesia Anglicana en Irlanda en 1869. En 1870 se aprobarían leyes sobre los arrendamientos de tierra y sobre la educación elemental.
obra
Es uno de los pasteles más famosos de Manet, para el que empleó como modelo a Irma Bruner, conocida en París con el sobrenombre de la Vienesa. Era amiga de Mery Laurent, quien posó para el Otoño un año antes. Ambas eran amigas de artistas y de poetas, protagonistas femeninas de la vida bohemia, dentro de su afición por lo moderno que más tarde continuará Toulouse-Lautrec. Irma aparece de estricto perfil, viste un ajustado corpiño rosa y está tocada con un elegante sombrero negro. El fondo gris empleado acentúa ambas tonalidades y resalta la belleza de la figura. Las largas pinceladas vienen motivadas por la técnica, a la que se aficionaría Manet tras ponerla de moda Degas algunos años antes. La enfermedad de Manet le obligará a realizar escenas de pequeño tamaño en estos últimos años de vida, aumentando su atracción hacia los bodegones y los pasteles.