Tras contemplar la rápida llegada de la muerte en In Ictu Oculi, el visitante del sotocoro de la iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla se enfrenta con la horrible visión de la muerte, completando así el programa iconográfico de este espacio que forma parte del conjunto del Hospital. Cuando don Miguel de Mañara pensó en Valdés Leal para que realizase este conjunto de los Jeroglíficos de las Postrimerías era conocedor de que este artista iba a realizar una obra que difícilmente ha podido ser superada. En el interior de una cripta vemos dos cadáveres descomponiéndose, recorridos por asquerosos insectos, esperando el momento de presentarse ante el Juicio Divino. Se trata de un obispo, revestido con sus ropas litúrgicas, mientras que a su lado reposa un caballero de la Orden de Calatrava envuelto en su capa. En el fondo se pueden apreciar un buen número de esqueletos, una lechuza y un murciélago -los animales de las tinieblas-. En el centro del lienzo aparece una directa alusión al juicio de las almas; la mano llagada de Cristo -rodeada de un halo de luz dorada- sujeta una balanza en cuyo plato izquierdo -decorado con la leyenda "Ni más"- aparecen los símbolos de los pecados capitales que levan a la condenación eterna mientras que en el plato derecho -con la inscripción "Ni menos"- podemos ver diferentes elementos relacionados con la virtud, la oración y la penitencia. Según Brown "el significado queda perfectamente claro gracias a las inscripciones pintadas sobre cada platillo: Ni necesito hacer más para caer en el mortal pecado ni se debe hacer menos para salir del pecado". La balanza estaría nivelada y es el ser humano con su libre conducta quien debe inclinarla hacia un lado u otro. Al igual que su compañero, compositivamente también nos encontramos con una obra organizada por un triángulo en el que se inscriben varias diagonales que aportan mayor ritmo al conjunto. Valdés Leal ha empleado una iluminación absolutamente teatral al incidir sobre los cadáveres de primer plano con un potente foco procedente de la izquierda mientras el fondo queda en penumbra y la mano de Cristo recibe la luz dorada. El colorido es también muy sobrio, dominando los blancos, grises y marrones que aportan mayor intensidad a los rojos. Como bien dice E. Valdivieso "las ideas de Mañara, que traduce la iconografía de estas pinturas, son bien claras y concisas; en ellas se advierte que la muerte priva al ser humano de todas sus glorias y placeres, que no podrá llevarse al otro mundo. (...) Para contrarrestar el inevitable cúmulo de pecados que se cometen (...) y lograr la salvación eterna en el momento del Juicio, es necesaria la práctica de la oración, la penitencia y la caridad".Por el encargo Valdés Leal recibió 5.740 reales mientras que Murillo consiguió casi 100.000 por sus ocho obras. Mañara era un hombre inteligente y distribuyó el trabajo entre los dos pintores de tal manera que "el estilo nervioso y estridente de Valdés era idóneo para provocar el terror a la muerte y a la descomposición, mientras el arte relajante y sosegado de Murillo resultaba muy apropiado para representar la perfecta armonía de la salvación" como bien dice Brown.
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contexto
No existe una verdadera resistencia finlandesa. El gobierno y la mayor parte del pueblo habían tomado parte de buena gana en el ataque alemán a la URSS, con el fin de recuperar los territorios perdidos en la guerra soviético finlandesa de 1939. Las derrotas alemanas en la URSS entre 1942 y 1943 decidieron a Finlandia a tratar de salir de la guerra, pero una paz separada habría tenido consecuencias graves, dada la presencia de tropas alemanas en el país. En 1944 la situación militar, insostenible, precipitó la aceptación por Finlandia de las condiciones de paz impuestas por los aliados -en la Conferencia de Teherán- que, entre otras condiciones, incluía la expulsión de los alemanes con la colaboración militar finlandesa. En octubre de 1944, pues, tras muchas dudas, y con la ayuda soviética, se iniciaban combates en Carelia -donde bastaron algunas escaramuzas para liberarla- y en Laponia, donde la lucha duró un mes y medio, hasta que los alemanes se internaron en Noruega. Poco después, los soviéticos se retiraban de Finlandia, pero no de los territorios ocupados en 1939-1940.
Personaje
Arquitecto
Hijo de Fioravanti di Ridolfo, también arquitecto de profesión, trabaja como ingeniero municipal. Como arquitecto uno de sus diseños más importantes fue la fachada del palacio del Podestá. Además solventó los problemas de inclinación que presentaba el campanario de San Blas de Cento. Entrada la segunda mitad del siglo XV trabaja para Francesco de Sforza en Milán como ingeniero hidráulico y luego se traslada a Hungría, donde entra al servicio de Mattia Corvino. En 1475 se traslada a Moscú al ser llamado por Iván III. En esta ciudad trabajó en la iglesia de Dormición. Además intervino en la construcción del Kremlin, entre otros proyectos. Sus obras muestran una conjunción entre el renacimiento y la arquitectura rusa.
Personaje
Literato
Religioso
Nacido en Calabria, abrazó el monacato y defendió recibir revelaciones de Dios. En sus escritos reflejó el contenido de estas revelaciones, de contenido profético. Fundó la orden de San Giovanni.
Personaje
Pintor
Federico Barocci desarrolló la mayor parte de su actividad artística en Urbino, salvo dos años que pasó en Roma en su juventud. En esta capital participó en la pintura de los frescos del Casino de Pío IV, que se encontraba en los Jardines Vaticanos. Entre 1568 y 1569 en Perugia emprendió un manierismo hecho con colores evanescentes, composiciones con muchas figuras y mucho movimiento. Preludia lo que será el Barroco. En su obra destacan algunos cuadros como La Vocación de San Andrés de 1586 de Bruselas y que se encuentra en el Museo Royaux des Beaux-Arts y La Magdalena del año 1590 de Munich, Alte Pinakothek. A pesar de que trabajó fuera de los principales centros artísticos, su obra fue muy solicitada, contándose entre sus clientes al emperador Rodolfo II. La carrera de El Barocci fue larga y fecunda a pesar de que se quejaba con frecuencia de sus enfermedades. Como dibujante llegó a tener una gran producción.
Personaje
Literato
Firdusi es el autor de la epopeya más importante que se conserva del pueblo persa. Se trata del "Libro de los Reyes" o "Sha-Nameh" en el que narra la formación de la nación persa, inspirándose en las fuentes históricas y las leyendas orales. Para la elaboración de esta ingente obra empleó unos 35 años, realizando un total de 60.000 dísticos. Firdusi también escribió poesía épica y se le considera autor de la primera epopeya novelesca: la balada de "Yusuf y Zuleica", la historia del casto José seducido por la mujer de Putifar.