En 1836 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando recibe una importante donación de manos de don Manuel García de la Prada, rico comerciante que había tenido responsabilidades políticas con José I, teniendo después que exiliarse. Se trata de una serie de cuatro "caprichos", realizados en tabla por Goya casi con total seguridad tras la Guerra de la Independencia. Desconocemos como llegaron a ser propiedad de don Manuel. La serie está formada por Corrida de toros, Procesión de disciplinantes, Auto de fe de la Inquisición y Casa de locos. Son temas que siempre habían obsesionado a Goya, especialmente después de la enfermedad que le dejó sordo en 1792. Las cuatro tablas están trabajadas con finas y transparentes capas de color, diluidas en forma de aguadas, aplicadas sobre la preparación rojiza. Las figuras están dibujadas con un negro contorno y animadas por las diferentes tonalidades en rápidos y precisos toques de pincel. De esta manera, Goya demuestra su soltura y calidad en un momento en el que se está cuestionando su arte al llegar a la corte Vicente López.La Corrida de toros está en franca relación con la serie de grabados de La Tauromaquia. Una improvisada plaza de tablas es el lugar donde se desarrolla la escena, apreciándose los espectadores arremolinados tras la barrera formando un imperfecto círculo. En primer plano se han situado algunas personas para acercar al espectador al espectáculo. En el centro de la arena, un picador espera recibir la embestida del toro, preparado con su larga pica. A su lado un torero llama al animal y alrededor observamos algunos miembros de la cuadrilla.. Las figuras han sido perfectamente individualizadas, tanto las que observan la faena como los toreros, resultando un conjunto de enorme atractivo.
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obra
Uno de los maestros que más entusiasmó a Fortuny fue Goya, especialmente las obras de pequeño tamaño que el de Fuendetodos llamaba de "gabinete". En esta Corrida de toros en Sevilla el maestro catalán hace un homenaje al gran pintor tan aficionado a la tauromaquia interesándose también por efectos de luz y de movimiento. Fortuny deja de lado su estilo preciosista para crear con manchas, enlazando con los movimientos franceses que rompían con el academicismo tradicional, especialmente el Impresionismo. El dibujo da paso a rápidos toques de color, en un espectacular contraste entre las zonas de luz y sombra, luz que diluye todo tipo de contornos. El aspecto abocetado no elimina el dinamismo y la fuerza de la suerte de picar, esquematizando las figuras al máximo para transmitir sensaciones e impresiones. Por desgracia, Fortuny no tuvo el suficiente valor para abandonar los cuadros de "casacón" que tanto dinero le aportaban e integrarse definitivamente en este tipo de pintura con la que hubiera introducido el Impresionismo en España; la falta de coraje y su temprana muerte, por supuesto.
acepcion
Término aborigen que define la reunión de estos grupos, donde se discutía de asuntos importantes. Tenía además un marcado carácter religioso y ceremonial.
contexto
La Dra. Alison Taylor, del Institute of Field Archaeologists, presentaba recientemente en la Escuela Británica de Roma un trabajo que ha despertado el interés de la comunidad científica y causado un cierto revuelo en la sociedad británica. En una noticia de prensa, publicada en The Guardian, se avanzan unas primeras conclusiones que llevan a la Dra. Taylor y a otros colegas suyos a considerar equivocado el modelo de gente civilizada que hasta ahora se tenía de los romanos. El hallazgo, en diferentes excavaciones británicas, de cuerpos salvajemente torturados, desmembrados y decapitados, como los aparecidos en Walbrook, un arroyo cercano al Támesis, donde al menos seis personas fueron decapitadas y sus cabezas presentadas como ofrendas a la divinidad o la aparición de huesos humanos en zanjas próximas a templos y en pozos rituales, ha llevado a esta conclusión. Hasta el momento, este tipo de hallazgos se había atribuido a rituales celebrados por los druidas, pero los últimos restos pueden fecharse en el siglo II, lo que indicaría que fueron legionarios romanos los autores de tales hechos. La incógnita que hoy plantean estos hallazgos es si en la sociedad romana fue habitual la práctica de sacrificios humanos, tal como nosotros entendemos este término, es decir, dar muerte a una persona o varias, como parte de un ritual religioso destinado a obtener el favor de los dioses o aplacar su ira; o si se trató de simples episodios esporádicos. Una cuestión aparte es la de la crueldad o el mal trato dado a las poblaciones conquistadas por parte de las tropas romanas. Esta si debió ser una práctica generalizada y en este contexto pensamos que deben encuadrarse los hallazgos de Inglaterra, que confirman unas prácticas que fueron relatadas por los escritores de la Antigüedad y tienen frecuente reflejo en el arte. Sin embargo, no debe descartarse la existencia de sacrificios humanos entre los romanos que, aunque no fueron frecuentes, sí se dieron en determinados momentos de su historia.
Personaje
Literato
Aunque nace en Bruselas, vivió desde niño en Buenos Aires con su progenitores. Tras cursar su carrera en la Escuela Normal de Profesores, comenzó a impartir clases de Lengua y Literatura francesa. Primero ejerció su actividad docente en Institutos y luego en la Universidad de Cuyo. Estableció su residencia en París y en 1981 obtuvo la nacionalidad francesa. A comienzos de la década de los años cincuenta se traslada a París y comienza a realizar traducciones para la UNESCO. Cortazar desarrollaría esta actividad hasta la fecha de su jubilación. Tras un viaje a Cuba, invitado por Fidel Castro, se alzó como uno de los principales defensores de la causa, al igual que luego ocurrió con la Nicaragua sandinista. Siempre fue una persona muy comprometida con los derechos humanos y con la política. En este sentido, cabe recordar su intervención en el Tribunal Russell II de 1973, celebrado en Roma, donde se juzgaron los crímenes acontecidos en las dictaduras hispanoamericanas. Testimonio de este capítulo es "Dossier Chile: el libro negro". Cortazar, junto con otros autores, fue promotor del denominado boom de la Literatura latinoamericana. Todos ellos consiguieron que se prestara mayor atención a un fenómeno literario que traía nuevos aires renovados. Su producción literaria se enmarca dentro de género surrealista. "Los reyes" es una de sus obras iniciales. Este poema en prosa aborda la leyenda del Minotauro. "Los premios" es otra de sus obras donde el laberinto aparece como referencia. Sin duda, el cuento es uno de los género que Cortázar aborda con mayor maestría. Bajo formas vanguardistas, introduce al espectador en ambientes fantásticos que evocan la literatura de Borges. El leguaje de estos cuentos es mucho más oral, aludiendo así a las lecturas en voz alta de los cuentacuentos. El humor y el misterio son sólo algunos de los ingredientes que dan vida a sus historias. Dentro de este género es autor de cuentos como "Bestiario", "Las armas secretas", "Todos los fuegos el fuego", "El perseguidor" o "Queremos tanto a Glenda". Otros ensayos y relatos que completan su producción son "Historia de cronopios y de famas", "La vuelta al día en ochenta mundos", o pomas como "Crespúsculos". Sin duda, "Rayuela" es su obras más importante. En esta presenta una original estructura narrativa, que, en forma de juego, le permite al lector cambiar el orden de los capítulos. Su objetivo es evocar el absurdo y presentar una "antinovela sin trama".
obra
Los frescos de Mantegna en el Palacio Ducal de Mantua recubren completamente una espaciosa sala, conocida como la "camara picta" (habitación pintada) o la Cámara de los Esposos. Mantegna la realizó entre 1471 y 1474 y el fresco que ahora contemplamos cubre la pared derecha por completo. La escena es de tipo profano, cortesano, sin ningún elemento religioso, lo cual era poco frecuente excepto en los retratos. Se trata de una representación de la Corte de los Gonzaga, la familia gobernante en Mantua y que encargó los frescos. Están presentes todos los miembros de la familia, niños incluidos. Todos se encuentran en una loggia o pasillo abierto al aire libre, adornado con vegetación y bajo un cielo azul. Llevan sus mejores galas y destacan, de entre todas, las figuras el Duque, rodeado de sus consejeros, y su impresionante esposa, la auténtica efigie de la matriarca, a quien acuden los niños y los miembros más jóvenes de la familia. Bajo el asiento del Duque, un perro simboliza la fidelidad de la Corte hacia su dueño y señor.