Busqueda de contenidos

contexto
En Polonia se inició, realmente, la Segunda Guerra Mundial. Polonia es la nación mártir de la historia, reiteradamente repartida entre sus vecinos. En el año 1939 conoció tres repartos, en beneficio del III Reich y de la Unión Soviética. Por el último de ellos -el de octubre-, más de ocho millones de polacos quedaban bajo el dominio de Berlín y los soviéticos se establecían con síntomas de permanencia indefinida en el este. La paradoja definitiva sería que Polonia, sin territorio nacional, tenía dos Gobiernos: el del exilio de Londres (Rackiewicz-Sikorski), con un ejército combatiente al lado de los aliados, y el de Lublin, en el interior, con un supuesto ejército nacional (Armija Krajowa), que sería dócil a las indicaciones de Moscú. Tanto más cuanto que el Armija Krajowa se vio superado y sobrepasado por un tercer ejército, guardia popular, el brazo armado del Partido Comunista, creado en enero de 1942 como sustitución del que había sido disuelto en 1938. La presencia soviética en el este polaco constituía un hecho consumado tan asimilado por los occidentales que Churchill, en la Conferencia de Teherán (noviembre-diciembre de 1943), estuvo de acuerdo en que las "inevitables pérdidas polacas del territorio oriental se compensarían con territorios alemanes en el oeste". La propuesta de Chruchill jamás fue comunicada al Gobierno en el exilio, aunque tenía su teórica sede en Londres. Pero esta idea de las compensaciones quedó como un firme argumento para las negociaciones posteriores. Potsdam fue, para Polonia, una bonita colección de teorías sobrepasadas por la realidad de los hechos. "Hemos tomado nota con placer -se dice en el texto- del acuerdo realizado entre los polacos representativos de Polonia y del exterior, que ha hecho posible la formación, conforme a las decisiones de la Conferencia de Crimea, de un Gobierno provisional polaco de unidad nacional, reconocido por las Tres Potencias". Hasta aquí, la teoría perfectamente esbozada. Pero el párrafo sigue, con la evidencia de los hechos: "El establecimiento por los Gobiernos británico y americano de relaciones diplomáticas con el Gobierno provisional polaco ha tenido por consecuencia la retirada de su reconocimiento al antiguo Gobierno polaco de Londres, que ha dejado de existir". La sentencia sobre el futuro de Polonia estaba dictada. Hay en los acuerdos de Potsdam otras tres remisiones a Crimea (recuérdese que éste era el nombre oficial y no el de Yalta); la determinación de celebrar elecciones libres, bajo la base de sufragio universal y secreto, con la participación de todos los partidos democráticos y antinazis; el núcleo de la compensación territorial -"Conforme a los Acuerdos de la Conferencia de Crimea... los jefes de los Tres Gobiernos han solicitado el consejo del Gobierno provisional polaco sobre el aumento de territorio del que Polonia debe aprovecharse al norte y al oeste". Y la precisión de ese desplazamiento territorial -en tanto se llega a la fijación definitiva sobre la línea de los ríos Oder y Neisse. Los hechos discurrían, una vez más, por otros cauces. El Gobierno provisional, citado en los textos, no era otra cosa que el Comité de Lublin, presidido por el socialista Osobka Morawski, pero preferentemente controlado y dirigido por B. Beirut, el presidente del Consejo Nacional comunista. Era tan evidente su posición que, a pesar de lo escrito en Potsdam, los aliados no habían llegado a una solución y Polonia no pudo estar representada en la Conferencia de San Francisco para la elaboración de la Carta de las Naciones Unidas. El compromiso llegó a finales de junio de 1945 con un llamado Gobierno de unidad nacional. De nuevo se salvaban las apariencias porque en ese Gobierno se integraban Nikolajczyck -hasta entonces primer ministro del exilio- y otro político del Partido Campesino Independiente. Pero los comunistas dominaban la orientación del Gabinete, el extinto Gobierno provisional controlaba todo el país y, lo que es más importante, los políticos de orientación no comunista habían sido calificados de subversivos, detenidos y procesados en Moscú. Para 1947 sí se había procedido a la expansión hacia los territorios alemanes orientales, a los que se denominó "territorios reconquistados", pero, desde el punto de vista de la política interior, las fuerzas no comunistas habían sido excluidas del Gobierno y las elecciones libres previstas en Yalta y en Potsdam parecían olvidadas. Se celebraron elecciones, al fin, en enero de 1947. Sin embargo, ni los más optimistas se atrevieron a calificarlas de libres, ni siquiera de auténticas. Solamente se permitió la presentación de un partido de oposición frente a un "bloque democrático" dirigido por los socialistas y que obtuvo la mayoría casi absoluta. El nuevo Gobierno, presidido por el socialista Cyrankiewicz, inició la orientación hacia la democracia popular, cuyo significado quedó bien claro en la órbita de Moscú, incluso en la llamada Pequeña Constitución que se aprobó en febrero de 1947.
contexto
El Achelense, basado en la presencia de bifaces en proporciones importantes, se encontró en Garba XII y en el nivel T de Gombore I, así como en el Bed II de Olduvai. En general, es difícil de distinguir de las fases avanzadas del Oldovayense avanzado y casi será la proporción de los bifaces el criterio utilizado. Así, entre 1,4 y 1 millón de años el Achelense se presenta como una nueva fase cultural. Sus características principales, junto al ubicuo bifaz, serán el progresivo abandono de los cantos trabajados y el desarrollo de la industria sobre lasca, tanto en cantidad como en variedad de instrumentos. Otro útil nuevo es el hendedor, especie de bifaz con el filo recto. Entre los bifaces su variedad aumenta: junto a formas simples que podemos considerar como cantos trabajados en toda su superficie, pronto se empiezan a ver cómo los bordes se rectifican y se retocan para conseguir un filo recto. Sus formas se regularizan dando ejemplares triangulares, ojivales o elípticos. También empiezan a cambiar sus estrategias. Mientras que los grupos durante el Oldovayense se sitúan siempre cerca del agua, en el Achelense comienzan a utilizar otras zonas más alejadas; esto también se refiere a su aprovisionamiento de materias primas. Mientras que en el Oldovayense se tiende a usar las piedras del propio río, en el Achelense se busca una mayor variedad. Las estructuras de habitación, como las conocidas en Garba XII en Melka Kunture, se presentan como más elaboradas, aunque el esquema básico es el mismo que las anteriores de Olduvai DK. Sin duda, las condiciones climáticas no hacen necesario un sistema de abrigo más elaborado, pues como vimos es casi el mismo que perdura en la actualidad. Con el Achelense vemos una dispersión de los grupos humanos, que tienden a ocupar todo el continente africano. Materiales de este tipo se encuentran en el norte de Africa, donde los estudios de P. Biberson han establecido la secuencia cultural de Marruecos. Desde una fecha anterior a un millón de años, donde se podría situar Ain Hanech, se puede seguir una serie continua de yacimientos, que le permiten asegurar que el Achelense se encuentra ya hace 900.000 años. Este período cuenta con varias etapas representadas en los yacimientos de Ternifine y Casablanca y cuya cronología se extiende por el Pleistoceno Medio. Entre sus instrumentos destacan los hendedores, con una tardía aparición de la técnica Levallois. A partir de este momento vemos la expansión de los grupos humanos fuera de África. La vía natural de salida es a través de Palestina, donde encontramos el yacimiento de Ubeidiya. Situado al sur del lago de Tiberíades, presenta una alternancia de depósitos de tipo lacustre y fluvial. Entre ellas se descubrieron cerca de 14 niveles arqueológicos. Su situación cronológica no está perfectamente establecida, aunque oscila entre 1,4 y un millón de años. La industria, que se considera un Achelense Antiguo, presenta tanto cantos trabajados como bifaces, así como una importante industria sobre lasca. Las materias primas presentes son, fundamentalmente, la cuarcita y el basalto. Una buena evidencia del interés del corredor palestino es la presencia, entre los restos de fauna, de animales característicos tanto de la provincia faunística etiópica como de la euroasiática. Otros yacimientos atribuibles a este momento antiguo son la cantera de Evron, en Israel, o las terrazas de Nahr el Kebir, en Siria. El Achelense está muy bien representado en la zona, desde el valle del Jordán hasta el Eufrates con fechas entre el 500.000 y el 300.000, lo que indica ya una total ocupación de la zona. Una facies especial es el denominado Acheleo-Yabrudiense, caracterizado por una industria laminar, sin técnica Levallois o bifaces. Su datación entre los 150.000 y los 100.000 años lo sitúa ya dentro de la variabilidad del Paleolítico Medio antiguo. En el resto de Asia los yacimientos adscribibles al Paleolítico Inferior se encuentran por todo el continente. En general nos indican la existencia de una fuerte variabilidad regional en las industrias, situadas cronológicamente en el Pleistoceno Medio, lo que provoca la aparición de una abundante terminología según las distintas zonas. Así, se habla de Soaniense en la India y Pakistán, con industrias con cantos trabajados, bifaces y técnica Levallois. Las industrias sin bifaces se sitúan hacia el Este con el Anyatiense en Birmania y el Padjitaniense en Indonesia. En China será el yacimiento de Zhoukoudian (Chou Kou Tien) el que alcanzará su fama por la presencia de restos de Homo erectus. Su industria se basa en los cantos trabajados, así como lascas y núcleos casi siempre de cuarzo. La coexistencia de industrias con y sin bifaces será una característica del Paleolítico Inferior. Se ha intentado buscar una explicación en las limitaciones de la materia prima, pero no siempre podremos interpretarlo así. La propia dispersión geográfica podría explicar estas variaciones al permitir que los grupos humanos desarrollen soluciones específicas a sus condiciones particulares.
obra
Concebido en 1954, este complejo arquitectónico acoge algunos de los mejores edificios de la moderna arquitectura madrileña.
monumento
Concebido en 1954, este complejo arquitectónico acoge algunos de los mejores edificios de la moderna arquitectura madrileña: Torre Picasso, Torre Europa, Edificio BBVA, Edificio Mahou o Edificio Windsor. La idea original, en buena parte no respetada, pretendía crear un entorno urbano capaz de integrar edificios de oficinas, áreas de ocio, jardines, etc. La construcción comenzó en la década de los 70 y, actualmente, es uno de los mayores centros de actividad económica de España.
obra
Complejo palatino suso-elamita de numerosas unidades donde destacan las múltiples salas de columnas y bancos corridos.
monumento
Complejo palatino suso-elamita de numerosas unidades donde destacan las múltiples salas de columnas y bancos corridos. En el edificio sur, se ha querido ver un templo organizado en torno a una hornacina y cámara del muro opuesto a la entrada.
contexto
El 14 de agosto de 1945 el principal sueño de la discreta sociedad militar japonesa Tosei-ha, la creación de una "Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia" (Dai Toa Kioiken), había llegado a su trágico término. La Tosei-ha, cuyo más destacado representante en un momento fue Hideki Tojo, general y primer ministro, venía manteniéndose en el poder, o manteniendo en éste sus ideas, desde el 26 de febrero de 1936. Ese día, el grupo militar rival, la sociedad Kodo-ha, o de la "Vía Imperial", abiertamente socializante, había animado un sangriento y audaz golpe de Estado que, fallido, habría de ser también ahogado en sangre. En la tentativa, llamada por los japoneses "Ni Ni Roku", o sea, "2/26", habían participado veintidós oficiales y 1.400 hombres de tropa. De ellos, trece oficiales fueron fusilados. Cuatro teóricos de la Kodo-ha, personalidades civiles entre las que figuraba el escritor Kita Ikki, autor del célebre "Programa para la Reconstrucción de Japón", exacerbadamente socialista y nacional, fueron también ejecutados. La depuración que siguió -de diez generales jefes de Cuerpo de Ejército sólo tres fueron mantenidos en sus puestos- dejó el campo abierto a la hegemonía de la Tosei-ha, de nacionalismo más reformista y que no pretendía ninguna revolución social profunda en el interior de Japón. Sin embargo, en el programa de la Tosei-ha estaba la creación y el mantenimiento de una especial esfera económica, complementaria del desarrollo industrial de Japón, que pretendía englobar a todo el Asia extremo oriental, el Sudeste asiático (con Filipinas, Birmania e Insulindia), y quizá también, en una segunda etapa, a Ceilán e India. Este proyecto oponía irreductiblemente el expansionismo japonés, naciente entonces, a las potencias instaladas en la región: Inglaterra, Francia, Holanda y Estados Unidos -como antes lo había enfrentado con China. Así, la "Dai Toa Kioiken", la esfera, implicada por fuerza la "Dai Toa Senzo", es decir, la Guerra de la Gran Asia contra todas las potencias no asiáticas presentes en el área. Esta guerra, comenzaba con el fulminante ataque de Pearl Harbor, estaba ahora, el 14 de agosto de 1945, irremediablemente perdida para Japón. Hacia las doce de la mañana de ese martes, el primer ministro, el anciano Kantaro Suzuki, héroe de un ataque suicida de la lejana guerra ruso japonesa en 1904-1905 y superviviente, con tres balazos en el cuerpo, a un atentado de la Kodo-ha el día célebre del "Ni Ni Roku", convocó una nueva reunión del gabinete nipón. Esta seguía a otra, considerablemente dramática, que había terminado a las cuatro de la madrugada del día 10 de agosto, celebrada en presencia del Emperador Hiro Hito, y que fue la primera en que se aceptó dirigir a las potencias aliadas un mensaje bastante explícito: "El Gobierno japonés está dispuesto a aceptar las condiciones enunciadas en la Declaración de Potsdam de 25 de julio de 1945 por los jefes de Gobierno de Estados Unidos, Inglaterra y China y, ulteriormente, ratificadas por el de la Unión Soviética, con la única reserva de que esa declaración no afrente en ningún modo contra las prerrogativas ("taiken") de Su Majestad (el Emperador del Japón Hiro Hito) como soberano en ejercicio..." Era el fin, el más amargo final. Sin embargo, quedó perfectamente entendido, por sugestión del general Korechika Anami, ministro de la Guerra, que el conflicto sólo cesaría si esas " taiken" eran escrupulosamente respetadas por los vencedores aliados. Anami, brillante campeón de la esgrima japonesa de sable llamada "kendo", el arte de los legendarios "samurai", lo había planteado a todos cuantos encarnaban un poder, de una manera bastante brutal y directa: "¿Se proseguirá la lucha si el enemigo se niega a garantizarnos el mantenimiento de la dinastía?" El "premier" Kantaro Suzuki, pese a su ardiente deseo de firmar la paz, causa última en fin de cuentas de su designación, no pudo responder sino: "En ese caso continuaríamos la guerra" Anami obtuvo la misma respuesta del almirante, en ese momento también "pacifista", Mitsumasa Yonai, ministro de la Marina Imperial o más bien de lo que quedaba de ella, pero mantenedor sin duda de su audaz tradición. Estas respuestas fueron así, y no podían ser distintas, porque para ninguno de los ministros del último gabinete imperial de tiempos de guerra (penúltimo si se cuenta el posterior que presidió el príncipe Naruhiku Higashikuni, tío de Hiro Hito, verdadera designación de circunstancias y prueba de que el poder real había terminado siendo asumido por el propio Emperador), era concebible un Japón, en paz o en guerra, sin que a su frente estuviese el Emperador, el "Tenno", su símbolo vivo y encarnación, la famosa "Grulla sagrada". Este sentimiento era decisivo y vital, incluso instintivo, para la amplísima mayoría de los japoneses y los propios norteamericanos y sus aliados habían acabado por comprenderlo. Naturalmente, la identidad del principio "Tenno" era particularmente sentida en el moderno Ejército japonés, que dependió siempre directísimamente del emperador por formación y por práctica. Esta dependencia estrecha procedía también, históricamente, de que la autoridad imperial se había restaurado en 1868 sobre la base de una liquidación del poder exclusivamente militar encarnado durante siglos por el "Shogun" y con la retirada del monopolio secular del empleo de las armas a la pequeña nobleza de los "samurai", dependientes hasta entonces exclusivamente de los señores feudales ("daimios") y regidos sólo por su exigente código moral y guerrero interno, el "Bushido".
lugar
A este lugar del Bierzo se retiró san Fructuoso (siglo VII) para fundar el primer monasterio, denominado Complutense -de aquí el nombre de la localidad- y dedicado a los santos Justo y Pastor. Recesvinto entregó a los monjes de Compludo los territorios situados en la vertiente norte de los montes de León. La decadencia de los monasterios bercianos también afectó a esta localidad, reduciéndose su población en la actualidad a menos de 100 habitantes. Sus monumentos son la herrería y la iglesia parroquial, ya que del monasterio de los santos Justo y Pastor no queda nada en la actualidad, excepto algunos restos que recientes excavaciones están sacando a la luz.
obra
Lazar Makovich Lissitzky es otro de los artistas rusos que harán las veces de mensajeros del Constructivismo. El Lissitzky será el más sobresaliente colaborador de Malevich, cuyo universo plástico veneró. Pero no se limitó a rendir culto al suprematismo, sino que propició una rápida renovación de éste, aproximándolo a los presupuestos productivistas.
obra
Colocado en el callejón sin salida del expresionismo abstracto, Philip Guston, que había abandonado la figuración, pero no el tema, decide en 1966 dar un giro a su pintura y volverla a poner en contacto con los objetos comunes, las cosas enraizadas con el mundo tangible. Su vuelta a la figuración está dentro de la corriente general en estos años, pero el canadiense emprende un camino personal al dar dimensiones gigantescas a los objetos que pinta, recuperando también la vertiente crítica -ahora más irónica- de los cuadros comprometidos de los años treinta y cuarenta.