<p>Alfonso II es hijo de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y de Petronila, de Aragón. Se educó tutelado por Enrique II de Inglaterra y por el conde de Provenza, Ramón Berenguer II. De este último heredó el condado a su muerte en 1166, siendo encomendado a sus hermanos Ramón Berenguer IV y Sancho el gobierno efectivo del territorio. El dominio sobre las regiones al sur de Francia le enfrentó con Felipe II Augusto de Francia y con el conde de Tolosa, Ramón VI. Bajo su mandato, se anexionaron los condados de Rosellón en 1172 y de Pallars en 1192, logrando controlar el gobierno de Urgell y estableciendo relaciones con el señor de Albarracín. Conquistó a los musulmanes los valles de Guadalaviar y Alfambre y fundó Teruel en 1171. Su política con respecto a Castilla pasó por diferentes momentos. En un principio fue aliado de Alfonso VIII, casándose con su hermana y participando en la toma de Cuenca, en 1177. Las buenas relaciones entre ambos reinos se plasmaron en la exención de prestar vasallaje a Castilla por el reino de Zaragoza y la renuncia, por el tratado de Cazorla (1179), de intervención en el territorio de Murcia por parte de Aragón. Sin embargo, años más tarde se enfrentó a la hegemonía peninsular castellana al aliarse con los reyes de Navarra, León y Portugal mediante la firma del tratado de Huesca, en 1191. No obstante, la fortaleza del poder almohade instó al papa a recomendar la unión de los reinos cristianos peninsulares, con predominio de Castilla. Su muerte en 1196 separó sus dominios, quedando los peninsulares para su primogénito Pedro II y el marquesado de Provenza para Alfonso.</p>
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obra
Detalle de una miniatura del Liber Feudorum Maior. Representa a Alfonso II de Aragón y I de Cataluña y a su esposa Sancha de Castilla.
Personaje
Militar
Político
Alfonso II fue nombrado rey de Asturias tras la muerte de Silo gracias a la mediación de Adosinda, la reina viuda. Sin embargo, la juventud del monarca motivó que un grupo de nobles encabezado por Mauregato se hiciera con el poder, refugiándose el joven Alfonso en tierras alavesas. A la muerte de Vermudo I regresaba de nuevo Alfonso a escena, ahora con 32 años y mayor experiencia, haciéndose definitivamente con el trono. El nuevo monarca era hijo de Fruela I y la alavesa Munia, formando parte del linaje de Alfonso I. Las dificultades llegaron pronto, procedentes del sur. En los veranos de 792, 793 y 794 diversos ataques cordobeses saqueaban la zona de Alava y el corazón de reino asturiano, llegando hasta la capital, Oviedo. En una de las retiradas Alfonso infligirá una severa derrota a los cordobeses, en la pantanosa zona de Lutos. Precisamente para evitar estos continuos ataques, el rey asturiano iniciará estrechos contactos diplomáticos con los reyes de Pamplona y Carlomagno y su sucesor, Ludovico Pío. El contacto con la corte carolingia motivará la llegada a Asturias de influencias culturales, religiosas o políticas. Al-Hakam I evitará en la medida de los posible que se produzcan estos contactos y atacará la zona de Alava y Lisboa de manera contundente entre los años 798 y 803, aunque el éxito cordobés será muy limitado. Abd al-Rahman III continuará con esta política de campañas anuales, utilizando Galicia como frente de operaciones. Asturias saldrá reforzada de estas campañas ya que afianzará sus dominios en las zonas de Castilla, Galicia y León, poniendo en marcha una intensa labor repobladora en estos territorios. La situación interna del reinado de Alfonso II tuvo un momento de gravedad, entre los años 801 y 808, cuando el rey fue obligado a retirarse al monasterio de Ablaña ante la presión de un grupo nobiliario. Recuperó el trono gracias al noble Teudano, poniendo en marcha desde ese momento una importante labor de reorganización del reino, vinculándose a la herencia visigoda para reforzar el poder real. El anónimo autor de la "Crónica Albeldense" manifiesta que Alfonso restauró en Oviedo "todo el orden gótico toledano, tanto en la Iglesia como en Palacio". Construirá un nuevo palacio en Oviedo que será su centro propagandístico y se distanció de las Iglesias toledana y franca, creando una nueva sede metropolitana en Lugo. El sobrenombre de "el Casto" viene motivado por su renuncia a las mujeres, falleciendo sin descendencia, lo que motivó que la corona recayera en Ramiro I.
Personaje
Militar
Político
Hijo de Alfonso II, hereda el trono de su hermano Sancho II en el año 1248. Uno de sus méritos fue la conquista de los Algarbes. Como gobernante su gran preocupación fue la industria. Además, determinó el precio de la moneda, entre otras medidas, y se enfrentó a los abusos del clero. Su hijo Dionisio fue su sucesor.
Personaje
Político
Hijo de Pedro III de Aragón y de Constancia de Sicilia, quedó a cargo del reino de Aragón y Cataluña al marchar su padre a Sicilia en 1282. En 1285 participó en la defensa de Cataluña contra el ataque francés. Ese mismo año alcanzó el trono y en 1286 emprendió la anexión de Baleares, enfrentándose a su tío Jaime II. Así, consiguió la fidelidad de Mallorca e Ibiza y en 1287 tomó Menorca. Se enfrentó a Castilla en represalia por la pasividad de Sancho IV en el ataque francés a su padre, emprendiendo expediciones fronterizas y apoyando al infante Alfonso de la Cerda. Interesado en los dominios mediterráneos, se enfrento a Francia y al Papado por defender los derechos de su hermano Jaime al trono de Sicilia. Así, el Papado donó el reino de Aragón a Carlos de Valois y estableció censuras eclesiásticas, que fueron revocadas en el tratado de Tarascón, en 1291. Según éste, Aragón conservaba Mallorca y Alfonso III se comprometía a actuar para que Jaime renunciase a Sicilia en favor del Papado. Los nobles aragoneses, sin embargo, tomaron partido en favor de Carlos de Valois, cuestión no resuelta hasta 1287, en que se les concedió el Privilegio de la Unión. Murió en 1291, antes de contraer matrimonio con Leonor de Inglaterra, legando Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca a su hermano Jaime II, a condición de renunciar a Sicilia y cederla a su otro hermano, Fadrique.
Personaje
Político
El reinado de Alfonso III el Magno coincide con el momento de mayor expansión territorial alcanzado por el reino asturiano. Los límites de sus territorios serán el Cantábrico por el norte, el río Duero por el sur, el Atlántico por el oeste y Navarra por el este. Alfonso sucede a su padre Ordoño I cuando contaba con 18 años por lo que pronto aparecerán los levantiscos nobles. El gallego Fruela Vermúdez encabeza una rebelión que será sofocada gracias a los apoyos castellanos con los que contaba Alfonso. También la zona vascona vivirá una revuelta que acabará siendo derrotada. La debilidad de al-Andalus será aprovechada por el rey astur expandiéndose por el norte de Portugal. Oporto será tomada (868) y la zona comprendida entre el Miño y el Duero vivirá un importante proceso repoblador, alcanzando la plaza de Coimbra (878). De esta manera Alfonso podía contener las ansias guerreras de la nobleza gallega. La respuesta del emir cordobés no se hizo esperar y en el año 879 Muhammad I enviaba un potente ejército contra las plazas de León y Astorga. Alfonso saldrá victorioso del encuentro en la batalla de Polvoraria, lo que redundará en sus deseos de expansión. En 881 penetraba en el sur del Tajo y avanzaba en dirección oriental, contando con el apoyo de los Banu Qasi de Tudela y la monarquía navarra, casándose con la princesa Jimena. Un año después el conde Diego Rodríguez fundaba la plaza de Burgos. En 883 las tropas musulmanas eran derrotadas en Pancorbo y Castrojeriz. El emir cordobés firmará un tratado de paz con Alfonso lo que significa que el asturiano ha alcanzado la culminación de su poder. La Meseta Norte se convertirá en su próximo objetivo, llegando hasta el Duero. Zamora, Simancas y Toro serán tomadas entre los años 893 y 900 mientras que por la zona oriental llegará a Osma y San Esteban de Gormaz (Soria). La repoblación de estos territorios se hará con colonos procedentes del norte -cántabros, vascones o gallegos- y mozárabes llegados de al-Andalus. La expansión del reino de Alfonso, el control sobre la nobleza y su posición dominante ante los reyes de Navarra motivarán que en algunos textos aparezca el título de "Imperator" para referirse a Alfonso, aprovechando la idea de continuidad y herencia visigoda que existía en el reino astur. Se redactarán un buen número de crónicas que exaltan la supremacía asturiana. Curiosamente los últimos años de Alfonso III están teñidos de cierta oscuridad ya que en el año 910 parece que el rey es apresado debido al triunfo de una rebelión nobiliaria encabezada por su propio hijo García y el conde castellano Munio Núñez. La inminente división del reino en cuatro espacios -Galicia, Asturias León y Castilla- será la consecuencia de la revuelta y de la muerte de Alfonso III. Podemos afirmar que la supremacía del reino de Asturias sobre los demás reinos cristianos de la península ha finalizado. En adelante, sus sucesores se titularán reyes de León.