<p>Se trata de una colección dedicada a armas blancas y de fuego de los siglos XV - XVII. La armería Odescalchi es el resultado de la obsesiva búsqueda de las armas más extrañas disponibles en el mercado de antigüedades, llevada a cabo por el príncipe Ladislao, apasionado coleccionista de la segunda mitad del siglo XIX. Tras la muerte del nieto de Ladislao, encargado de las armas, el Estado italiano adquirió 1200 piezas de la colección, que cedió al museo del Palazzo di Venezia en 1959. Las mejores piezas expuestas en el museo son una selección de las cerca de 700 ya definitivamente restauradas, entre las que destacan armaduras, escudos pintados, fusiles, pistolas, espadas y corazas, entre otras.</p>
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El palacio de Hampton Court se encuentra en la periferia londinense, a las orillas del Támesis. Forma parte del conjunto de residencias de la familia real británica. El palacio se construyó en diferentes fases. La parte más antigua es la de la torreta, de estilo Tudor. Fue edificada en 1514 por encargo de Thomas Wolsey, arzobispo de York. Wolsey era consejero de Enrique VIII, uno de los personajes más importantes de la corte. Su poder alcanzó tales niveles que el rey empezó a recelar de su consejero. Wolsey regaló su ostentoso palacio al rey para aplacarlo, en 1526, pero sólo tres años después el arzobispo cayó en desgracia y fue desterrado de la corte.Enrique VIII realizó algunas ampliaciones, como el Green Hall. Pero la mayor reforma llegó en 1689, por el encargo de Guillermo III a Christopher Wren, que se encargó de añadir el ala este, alrededor de la Fountain Court. Esta es la parte visitable, con la exposición de obras de arte. La edificación es de estilo barroco, a la que se accede por una gran escalinata decorada al fresco. En las salas hay pinturas de artistas flamencos. En los jardines se conserva un famoso laberinto vegetal del siglo XVIII.Las obras más importantes de la colección pertenecen a artistas italianos de los siglos XVI al XVIII, como Pontormo, Parmigianino y Tintoretto. En las salas Tudor podemos contemplar cuadros de Brueghel y Lucas Cranach. Los salones rococó exhiben pinturas de Carracci y Domenichino. Por último, como conjunto de singular importancia, tenemos los nueve lienzos de Mantegna con los Triunfos del César.
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<p>La National Gallery de Washington ha recibido múltiples donaciones a lo largo de su historia. Entre estas donaciones se encuentra la colección del magnate Samuel H. Kress.</p>
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El origen de la Colección Thyssen-Bornemisza se remonta a principios del siglo XX cuando el abuelo del recientemente fallecido barón Thyssen-Bornemisza inició una pequeña colección de arte adquiriendo varias esculturas de Rodin. Su hijo Heinrich Thyssen continuó con la pasión coleccionista de su padre y llegó a reunir en los años veinte un importante número de obras de arte de una calidad excepcional. La colección se instaló en Villa Favorita, una villa del siglo XVII construida a orillas del lago Lugano en Suiza, que la familia adquirió en 1932. La colección se dispersó por motivos de herencia, pero el barón Hans Henrich Thyssen-Bornemisza no cesó hasta volver a reunir la colección de su padre. A partir de ese momento y con un criterio excelente fue completando períodos de la historia de la pintura que no estaban representados en la colección como los siglos XIX y XX, dando forma a una de las colecciones de arte privadas más importantes del mundo. Desde 1992 una buena parte de esta magnífica colección está instalada en el Palacio de Villahermosa habilitado como Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid; además de una selección de 72 obras entre pinturas y esculturas que se pueden ver en el Monasterio de Pedralbes de Barcelona.
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La Guerra Franco-prusiana se decantó rápidamente hacia el lado alemán, cayendo las tropas francesas estrepitosamente en Sedán y dejando franco el paso del ejército prusiano hacia París. El asedio de la capital provocó la escasez de comida por lo que Manet, presente en aquellos momentos en la ciudad, muestra en esta obra las largas colas que se formaron delante de las tiendas de comestibles. Las mujeres, con trajes oscuros y paraguas, se apiñan para conseguir algún bocado con el que alimentar a sus familias. La sensación de tumulto ha sido perfectamente creada por el artista, interesado en transmitir con su trabajo la situación que vive el pueblo, como si de un cronista se tratara. Pintor de la modernidad, Manet nos muestra de la misma manera esta cola o la Música en las Tullerias.