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monumento
El nombre de este mercado granadino debemos buscarlo en época del emperador Justianiano, responsable de la cesión a los árabes del derecho a vender seda, por lo que éstos expresaron su gratitud llamando a todos los lugares donde se vendiera esta mercancía "el lugar de César" -"al-Kaysar-ia" en lengua árabe-. El primitivo Zoco granadino se extendía desde la Plaza Nueva a la Plaza Bibarrambla. Sufrió un espectacular incendio en la noche del 19 de julio de 1843 y el espacio quedó reducido a cenizas. Se reconstruyó en parte, en estilo neomudéjar, y en la actualidad esta zona de estrechas calles en estructura de damero está repleta de tiendas de souvenirs, dotando a este espacio urbano de un aspecto muy oriental.
Personaje Pintor
Alfredo Alcaín estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1953·-1958) y posteriormente en la Escuela de Cinematografía. Su primera exposición individual fue en la Galería Toisón en Madrid en el año 1962. En un principio fue considerado como un pintor costumbrista y populista debido a su temática: personajes y tiendas del viejo Madrid. Pero en la primera mitad de los sesenta su obra se verá influida por el pop americano, convirtiéndose en un destacado representante de este movimiento en España. Convierte a la realidad en pura apariencia mediante el juego de imágenes, que son irónicas y sarcásticas. Alcaín mostró siempre una gran inclinación por los bodegones, destacando Tres Bodegones en el Mar de 1970, Frutero en el Campo de 1980. En los años 80 hace una serie Cezanne Petit Point en la que rinde homenaje al gran pintor francés. A partir de 1985 toma como referencia los bodegones cubistas de Juan Gris de 1887-1927, como, por ejemplo, en Bodegón del Anís Machaquito en el que introduce un cierto volumen que le da un aire escultórico. En 1981 expuso en el Museo de Bellas Artes de Bilbao y en 1988 en la Sala de Exposiciones de la Caja de Ahorros de Vizcaya en Bilbao.
lugar
<p>Las raíces históricas de esta localidad turolense se remontan a la Prehistoria. Una buena muestra la encontramos en las pinturas rupestres de la Cañada del Marco. El siguiente estadio histórico está representado por la cultura ibérica, concretamente en el yacimiento del "Cabezo de la Ermita". El poblado fue arrasado en el siglo I a.C., en el marco de los conflictos de esa época. La dominación romana de la Península también afectó a Alcaine, si bien la verdadera historia del lugar se inicia en la Edad Media. En estas fechas se construye el castillo -hoy, por desgracia, perdido- y se refuerzan las defensas de la villa, situada en lugar fronterizo. Dominando el horizonte podemos observar todavía ocho torreones que, junto a otros tres, conforman un interesante entramado de fortificaciones. Alcaine fue reconquistada en el siglo XIII, provocando una encarnizada lucha entre los señores de los alrededores por controlar la fortaleza. A finales de la centuria, el rey pone fin al conflicto, al convertir la villa en realengo. Esta situación sólo dura hasta los primeros años del siglo XV, cuando la familia Sesse se adueñe de las tierras de Alcaine, situación temporal, ya que Fernando I de Aragón recuperará la población para la corona. Será Alfonso V quien entregue Alcaine definitivamente a don Berenguer de Bardaxí, quedando como propiedad de esta familia hasta el siglo XIX. En este periodo de dominio señorial se construye la iglesia parroquial, dedicada a Santa María la Mayor. Un episodio importante de la historia del pueblo se vivió durante la Guerra Civil. La FAI controla el poder en 1936 y hace de Alcaine un ejemplo de colectivismo, viviendo sus habitantes de las minas y la agricultura. El experimento finalizó de manera brusca, cuando las tropas del general Franco toman el pueblo. La democracia supondrá una nueva etapa para la historia de Alcaine. El cambio que se ha experimentado ha sido muy importante, especialmente tras la inauguración del Parque Cultural del Río Martín. Este parque -creado en marzo de 1995 por una asociación de ocho municipios del tramo medio por el que fluye el río- tiene en las pinturas rupestres su principal nexo de unión.</p>
Personaje Otros Literato
En el "Jardim anagrammatico" utiliza el castellano, latín y portugués para escribir sus poesías. Otra de sus creaciones más conocidas es la "Corona y ramillete de flores salutíferas", que publicaría en Zaragoza en 1682. Sin embargo, la obra que mayor prestigio le proporcionó fue "Varios efectos de amor en cinco novelas ejemplares". En estos libros alterna complicados recursos literarios como evitar en empleo de una vocal en cada ejemplar.
lugar
Situada a unos 15 kilómetros de Sevilla, cuenta con una población actual que ronda los 56.000 habitantes. Está situada en el extremo de la cornisa de los Alcores. Existen restos de ocupación humana en toda la zona que rodea el asentamiento. Las excelencias naturales y geológicas de la comarca del Bajo Guadalquivir favorecieron el asentamiento humano durante el periodo prehistórico. Existen restos de presencia humana en los yacimientos arqueológicos del Palacio de Gandul o el Cerro del Castillo desde el Paleolítico hasta la etapa de dominación islámica; hubo también ocupación ibérica, griega y romana. Los griegos la denominaron Hienipa y los romanos Ordo Hienípensis. No será, sin embargo, hasta el periodo musulmán cuando Alcalá adquiera un gran desarrollo e importancia estratégica; los árabes la llamaron Al-Kalat Guaxira (río del abasto) y la convirtieron en bastión defensivo a partir del siglo XII. El asentamiento y su castillo fueron tomados por las tropas cristianas de Fernando III El Santo en el año 1246. En 1253, tras el repartimiento de tierras llevado a cabo por Alfonso X El Sabio, se cedió la villa a la ciudad de Sevilla. Durante toda la Edad Media la población se fue asentando en los alrededores del castillo y, en periodo Moderno, Alcalá se caracterizó por la pujanza de sus ingenios harineros, produciéndose una expansión de la villa; de hecho, ha sido conocida también con el nombre de Alcalá de los Panaderos, ya que abastecía de agua y pan a la capital hispalense. Actualmente, es uno de los enclaves más florecientes de la provincia sevillana.
obra
En este paisaje Martín Rico se interesa especialmente por la luz, introduciendo algunas figurillas en el paisaje con las que crea un mayor efecto realista, en sintonía con las obras de la Escuela de Barbizon, concretamente con Daubigny. El colorido que más abunda es el verde de los árboles y su reflejo en el agua, contrastando con los blancos de las nubes. La sensación atmosférica y las pinceladas rápidas y sueltas le sitúan en la antesala del impresionismo.
lugar
La villa de Alcalá de Henares se remonta a los tiempos de los romanos, cuando en este mismo lugar fundaron una ciudad, llamada Complutum, aunque previamente su solar había estado ocupado por pueblos celtíberos. Del periodo romano se conservan aun magníficos monumentos, como la Casa de Hyppolitus, un colegio del siglo II. La etapa bajoimperial viene definida por la presencia de dos santos mártires locales, Justo y Pastor, que sufrieron persecución durante el reinado de Diocleciano. Sobre su tumba se edifica, mucho tiempo después, la Santa Iglesia Magistral de los Santos Justo y Pastor, alrededor de la cual se organiza la Alcalá bajomedieval y moderna. Tras el paso de los romanos, son los godos quienes ocupan su lugar en Complutum. No es mucha la huella que deja esta nueva invasión, si bien los siguientes pobladores, los árabes, ocuparán su lugar durante los próximos cinco siglos. La Alcalá árabe se organiza en torno a un castillo, población estratégicamente situada en un territorio de frontera. En el año 1118 la ciudad es conquistada por el cristiano Bernardo de Sedirac, Arzobispo de Toledo, pasando a depender jurídica y eclesiásticamente de esta población, por decisión expresa de Alfonso VII. Situada aun en territorio fronterizo, se le dota de gruesas murallas y de un Palacio Arzobispal, residencia de los Arzobispos de Toledo en Alcalá, en el que tendrán lugar importantes acontecimientos, como la muerte del rey Juan I de Castilla o la entrevista de Colón con la reina Isabel la Católica para comentarle sus proyectos, allá por el año 1486. Durante la Edad Media Alcalá de Henares tiene un papel principal en la historia peninsular. Por ella pasan personajes como Jiménez de Rada, Pedro Tenorio, Carrillo de Acuña, Fonseca, Tavera o Sandoval y Rojas. Además, la ciudad es visitada por los reyes castellanos, y en ella se elabora el conocido Ordenamiento de Alcalá, en el año 1348. Pero, sin duda, tres son los personajes principales ligados a la historia de Alcalá. El primero de ellos es Juan Ruiz, arcipreste de Hita, nacido en Alcalá. El segundo es el cardenal Cisneros quien, en 1499, recibe del papa Alejandro VI las bulas necesarias para la creación de unos estudios universitarios, germen de su famosa Universidad. Por esta pasan personajes como Elio Antonio de Nebrija, Benito Arias Montano, Juan de Valdés o Diego López de Zúñiga, siendo, junto a la de Salamanca, el más prestigioso centro educativo de la época. Y el tercer personaje ligado de manera indisoluble a la historia de Alcalá es Miguel de Cervantes, quien nació en esta localidad en 1547 y cuya casa-museo puede ser visitada hoy en día. Además de los monumentos citados, merecen ser destacados otros como el Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia o de Antezana, construcción de 1483, el convento de San Bernardo, de 1618, cuya fachada se atribuye a Juan Gómez de Mora, el oratorio de San Felipe Neri, o los numerosos edificios y dependencias de su Universidad, entre otras numerosas muestras del arte civil y religioso.
contexto
La villa de Alcalá de Henares se remonta a los tiempos de los romanos, cuando en este mismo lugar fundaron una ciudad, llamada Complutum, aunque previamente su solar había estado ocupado por pueblos celtíberos. Del periodo romano se conservan aun magníficos monumentos, como la Casa de Hyppolitus, un colegio del siglo II. La etapa bajoimperial viene definida por la presencia de dos santos mártires locales, Justo y Pastor, que sufrieron persecución durante el reinado de Diocleciano. Sobre su tumba se edifica, mucho tiempo después, la Santa Iglesia Magistral de los Santos Justo y Pastor, alrededor de la cual se organiza la Alcalá bajomedieval y moderna. Tras el paso de los romanos, son los godos quienes ocupan su lugar en Complutum. No es mucha la huella que deja esta nueva invasión, si bien los siguientes pobladores, los árabes, ocuparán su lugar durante los próximos cinco siglos. La Alcalá árabe se organiza en torno a un castillo, población estratégicamente situada en un territorio de frontera. En el año 1118 la ciudad es conquistada por el cristiano Bernardo de Sedirac, Arzobispo de Toledo, pasando a depender jurídica y eclesiásticamente de esta población, por decisión expresa de Alfonso VII. Situada aun en territorio fronterizo, se le dota de gruesas murallas y de un Palacio Arzobispal, residencia de los Arzobispos de Toledo en Alcalá, en el que tendrán lugar importantes acontecimientos, como la muerte del rey Juan I de Castilla o la entrevista de Colón con la reina Isabel la Católica para comentarle sus proyectos, allá por el año 1486. Durante la Edad Media Alcalá de Henares tiene un papel principal en la historia peninsular. Por ella pasan personajes como Jiménez de Rada, Pedro Tenorio, Carrillo de Acuña, Fonseca, Tavera o Sandoval y Rojas. Además, la ciudad es visitada por los reyes castellanos, y en ella se elabora el conocido Ordenamiento de Alcalá, en el año 1348. Pero, sin duda, tres son los personajes principales ligados a la historia de Alcalá. El primero de ellos es Juan Ruiz, arcipreste de Hita, nacido en Alcalá. El segundo es el cardenal Cisneros quien, en 1499, recibe del papa Alejandro VI las bulas necesarias para la creación de unos estudios universitarios, germen de su famosa Universidad. Por esta pasan personajes como Elio Antonio de Nebrija, Benito Arias Montano, Juan de Valdés o Diego López de Zúñiga, siendo, junto a la de Salamanca, el más prestigioso centro educativo de la época. Y el tercer personaje ligado de manera indisoluble a la historia de Alcalá es Miguel de Cervantes, quien nació en esta localidad en 1547 y cuya casa-museo puede ser visitada hoy en día. Además de los monumentos citados, merecen ser destacados otros como el Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia o de Antezana, construcción de 1483, el convento de San Bernardo, de 1618, cuya fachada se atribuye a Juan Gómez de Mora, el oratorio de San Felipe Neri, o los numerosos edificios y dependencias de su Universidad, entre otras numerosas muestras del arte civil y religioso.
lugar
Aunque el lugar pudo estar habitado desde tiempos remotos, Alcalá del Júcar comienza a ser una población destacada a partir de la entrada de los árabes en la Península. Éstos levantan una fortaleza de aspecto ciertamente inaccesible, pues aprovechan un elevado promontorio desde el que se domina el río y todo el entorno. La fortaleza y su guarnición tienen como objetivo proteger las fronteras musulmanas del creciente empuje de los reinos cristianos, por lo que forma parte de un sistema defensivo mucho más amplio, compuesto por otros castillos y fortificaciones levantadas a lo largo de todo el río. Sin embargo, las defensas musulmanas no podrán impedir la entrada, en 1211, de las huestes cristianas, que toman los castillos de Garadén, Jorquera y Alcalá. Un año más tarde, en 1212, la victoria de los reinos cristianos sobre los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa significará el declive de éstos y, por lo que a Alcalá respecta, su entrada definitiva en la órbita cristiana. Acabada la etapa musulmana, Alcalá y sus pobladores comienzan una nueva era, al principio en dependencia directa de la cercana Jorquera, hasta que, en 1346, consigan de Pedro I el derecho de villazgo y diversos privilegios otorgados, como un Fuero legal y su propio ordenamiento concejil. A pesar de su nuevo estado, Alcalá continuó perteneciendo al Marquesado de Villena, viéndose envuelta en las luchas señoriales que el Marquesado protagonizará durante los siglos finales del periodo medieval. Alcalá, como el territorio en el que se asienta, alcanzará gran importancia gracias a su estratégica situación y a la productividad de sus campos, lo que hará que sea motivo de frecuentes disputas entre distintos señores y entre los reinos de Castilla y Aragón. Estos enfrentamientos se prolongarán hasta el reinado de los Reyes Católicos, época en la que la comarca es totalmente pacificada. De este largo y esplendoroso pasado ha quedado un buen puñado de monumentos y riquezas artísticas. El castillo es, con toda seguridad, lo más notable, pero no se deben olvidar la iglesia de San Andrés, el puente romano, las cuevas del Diablo, Masagó y Agraden, o su peculiar plaza de toros.