Oficial de Marina, en 1784 formó parte de la investigación hidrográfica de Vicente Tofiño. Un año más tarde, en 1785, se integra en la expedición que, dirigida por Antonio de Córdoba, se dirige al estrecho de Magallanes. Nuevamente en 1778 se encuentra con Tofiño, esta vez en la realización de una investigación cartográfica en las Azores. En 1779 se integra en la expedición dirigida por el italiano Alejandro Malaspina, con la que viaja a América del Sur. En el seno del equipo científico, Alcalá Galiano desempeña labores como cartógrafo e hidrógrafo. Estando en México, en 1791, realiza algunas observaciones astronómicas. Un año después, con la goleta Sutil y junto a Cayetano Valdés, recorre las costas de Nutka y el estrecho de Juan de Fuca, en busca del paso del noroeste, corredor que debía unir los océanos Atlántico y Pacífico. De este viaje escribirá una Relación del viaje hecho por las goletas "Sutil" y "Mejicana" para reconocer el Estrecho de Fuca, en la que incluye valiosos datos etnográficos como un vocabulario indígena. En 1794 está de nuevo en España. Espíritu inquieto, conforme a la ideología ilustrada, su ansia de conocimiento le lleva a proponer nuevos proyectos de investigación. El más importante es la elaboración de un mapa topográfico de la península Ibérica, empresa que propone a José Espinosa. Sin embargo, igual que otros compañeros de viaje y el mismo Malaspina, protegidos del conde de Aranda, fue acusado de conspirar contra el gobierno de Godoy, lo que impidió la realización de cualquier proyecto científico. De vuelta a su actividad de marino, participó en la batalla de Trafalgar, en la que resultó muerto. Son obras suyas Memoria sobre el cálculo de la latitud del lugar por las dos alturas del Sol (Madrid, 1795) y Memoria sobre las observaciones de latitud y longitud en el mar (Madrid, 1796).
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Personaje
Militar
Político
Era militar de profesión. "Construcción y uso de los instrumentos meteorológicos" fue uno de sus estudios más tempranos. Desde 1784 comenzó a impartir clases de Matemáticas en la Academia de Segovia y fue nombrado secretario de la Sociedad Económica de esta localidad. A esta época corresponden algunas de sus publicaciones, memorias y discursos. Cuando alcanzó el grado de capitán en 1786 realizó una traducción de la obra de José Toaldo "La meteorología aplicada a la agricultura" y otra de Mauduit titulada "Memoria sobre los distintos modos de administrar la electricidad". Entre sus obras hay que mencionar "Elogio del Sr. D. Melchor Fuertes y Lorenzana", "Sobre los nuevos impuestos", "Preservativo seguro de la enfermedad del trigo comúnmente llamada niebla o tizón" o "Trigo. De sus enfermedades y remedios". A petición de los condes de Floridablanca y Lerena abandonó Segovia y comenzó a trabajar para ellos. En este tiempo tradujo varias obras. Vicente Alcalá fue un gran admirador de Adam Smith. Por otra parte, desempeño importantes cargos políticos. De él se dice que apoyaba la república. Mostró su apoyo a José I y aprobó la Constitución de Bayona. Ocupó el cargo de Tesorero general y de Ministro del Consejo de Regencia.
lugar
Localidad situada a unos 75 km. de Jaén capital, en el centro de un círculo montañoso, a unos 900 m. de altitud. Su población alcanza los 25.000 habitantes. Según los últimos estudios, las primeras ocupaciones en las cercanías de Alcalá la Real se debieron producir hacia el V milenio a.C., como demuestra la existencia de cuevas cercanas de otras localidades (Zuheros, Castillo de Locubín). Se cree que debió ser lugar de paso y asentamiento durante el Neolítico, cuya gente se dedicaría al pastoreo. En la Edad de Bronce, estos grupos se establecieron en la zona cercana al cerro de San Marcos, al norte del actual casco urbano y a unos mil metros de altitud. En el siglo II a.C. la zona norte del término fue colonizada por túrdulos provenientes de la Campiña de Jaén y, poco tiempo después, se produjo la llegada romana, reflejada en gran cantidad de inscripciones; Ipocobulcola o Iliturgicola, derivadas de los nombres Ipolca y Obulco, actuales Porcuna y Mengíbar, hacen pensar que alguno de estos topónimos fue el de la primera Alcalá la Real. El territorio ha dejado rastros de una importante romanización, reflejado en puentes sobre el Guadalcotón, restos de calzadas romanas que conducían a Martos, aljibes, restos de muralla y morteros encontrados en el interior de la iglesia Abacial de la Mota. Dentro del casco urbano se ha encontrado en una de las excavaciones una estatua de mármol representando a Hércules. Importante en su estructura actual ha sido también el periodo bajo dominación árabe. Durante estos 630 años de presencia musulmana, la ciudad adquirió parte de su configuración actual, teniendo como joya interior la fortaleza de la Mota. En el siglo XI, Alcalá quedó incluida en el reino ziri de Granada. En el 1074, el rey Alfonso VI, aprovechando las luchas entre Granada y Sevilla, impuso el cobro de tributos a cambio de no hostigar ambos territorios; la negativa de éstos provocó el enfrentamiento, conquistando la ciudad el monarca castellano. Alcalá, sin embargo, pronto volvió a control musulmán, siendo el siglo XII el de máximo apogeo y desarrollo cultural. En el siglo XIII, Alcalá y su territorio de influencia cayeron alternativamente en manos cristianas y musulmanas, hasta la conquista definitiva por el rey Alfonso XI (1341), dándole el nombre de Real, concediéndole el fuero de Jaén y en feudo la villa de Castillo de Locubín. A partir de este momento, Alcalá la Real vivió un rápido aumento de la población, provocando la salida extramuros de la misma y pasando a ser un importante puesto fronterizo en las relaciones castellano - granadinas durante todo el siglo XV. De ella partieron los Reyes Católicos en 1491 para recibir la capitulación de la ciudad de Granada, a principios de 1492. Durante toda la Edad Moderna, Alcalá la Real entró en una progresiva decadencia económica, motivada por una creciente pérdida de su importancia. A principios del siglo XIX, la antigua ciudad estaba despoblada y, tras la retirada francesa durante la guerra de Independencia, la fortaleza de la Mota sufrió un gran incendio. A partir de este momento, todo el conjunto monumental, prácticamente intacto hasta el siglo XIX, es desmontado silla a sillar, contando con el beneplácito municipal, sin que se haya producido un importante esfuerzo de prservación hasta hace poco, cuando se ha iniciado la reconstrucción de la fortaleza.
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Populosa ciudad y fortaleza, Alcalá la Real es la llave del histórico camino que unía Córdoba con Granada. Cuna de Ibn Said al-Magribí, escritor, historiador y geógrafo, en Alcalá pasó parte de su infancia el Arcipreste de Hita, autor del Libro del Buen Amor. También alcalaíno es Juan Martínez Montañés, genio de la escultura barroca. La villa nos seduce por la majestuosa Fortaleza de la Mota, sólido castillo que corona el cerro que domina la población. Una imponente torre de 42 metros de altura define la silueta de la iglesia mayor abacial. La gastronomía local se apoya en un sabroso aceite de oliva y en el vino del terreno. En las cercanías de Alcalá encontramos parajes de gran valor paisajístico.
Personaje
Literato
Cursó la carrera de Medicina en Valencia, pero también desarrolló su faceta como escritor. Es autor de poemas como "Milagros de Nuestra Señora de la Fuencisla" y de "Verdades para la vida cristiana". También escribió la novela "Alonso, mozo de muchos amos", directamente inspirado en "El lazarillo de Tormes".
Personaje
Político
Estudió la carrera de Leyes y desde 1899 trabajó para el Consejo de Estado. Miembro del partido liberal desde su más temprana juventud, en 1917 se inicia en el ámbito de la política como ministro de Fomento, durante la monarquía de Alfonso XIII y con Manuel García Prieto en el poder. En 1922, coincidiendo con el nuevo gobierno de García Prieto fue elegido para encabezar el Ministerio de Guerra y un año después representó a España en la Sociedad de Naciones. Mostró su desacuerdo con el gobierno dictatorial de Primo de Rivera. Al lado de Miguel Maura fue uno de los creadores del partido de Derecha Liberal Republicana y como representante de tal participó en la firma del Pacto de San Sebastián. Este tratado suponía la creación de un grupo revolucionario, cuyo fin era la creación de una república. Como presidente de este comité fue elegido presidente de la II República y luego ganó las elecciones. Pero no tardó en dimitir cuando surgió el debate constitucional sobre la cuestión religiosa. En su lugar subió a la presidencia Manuel Azaña. Regresó a la presidencia al poco tiempo de ratificarse la Constitución. Uno de sus objetivos fue poner de acuerdo a los republicanos socialistas con las fuerzas de derecha democrática. Permaneció en el poder hasta 1936, siendo destituido por ir en contra de un mandato constitucional. En este año triunfó el Frente Popular. A partir de esta fecha se instala en París y tras pasar por Pau y Marsella, estableció su residencia en Buenos Aires. Escribió varios artículos en "El Diario de la Nación" y en 1977 se publicaron sus "Memorias".