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obra
Entre los varios diseños de guerra que Leonardo trazó para los Sforza, los Borgia y la familia real francesa, tenemos este Cañón gigante, en la línea de la Ballesta gigante, es decir, una serie de armas preexistentes de las que Leonardo pretende aumentar su potencia. La creación propiamente suya sería todo el mecanismo para desplazar y manejar el pesadísimo camión. Así, en el dibujo podemos ver a varias decenas de hombres que han traído el cañón desplazándolo en una especie de soporte tubular rodando sobre troncos de madera. Una vez llevado al lugar necesario, se monta de un gigantesco trípode y entre todos se afanan por orientarlo correctamente.
fuente
Diseñado en 1914 por el alemán R. Becker, fue ampliamente utilizado durante la I Guerra Mundial por las fuerzas germanas. En 1919 Becker se trasladó a Suiza, donde la firma SEMAG comenzó a fabricar este cañón, haciéndolo después también la compañía W. M. Oerlikon. Construido en varias versiones, pronto fue a su vez producido bajo licencia en otros países como Francia y Gran Bretaña. Durante la Guerra Civil española las fuerzas republicanas se hicieron con un centenar de ejemplares, algunos de los cuales, en su versión doble, fueron instalados en buques de guerra. El ejército de Franco también dispuso de esta arma aunque en un número indeterminado, efectuando su compra entre 1937-38. Durante la II Guerra Mundial fue profusamente utilizado por casi todos los contendientes, tanto entre los aliados como entre los ejércitos alemán e italiano, llegando incluso a combatir en el Pacífico. El Oerlikon disponía de un sistema de accionamiento por gases, asistido por los muelles recuperadores dispuestos alrededor del tubo. Esta excelente arma, de moderno diseño y gran ligereza, podía disparar proyectiles perforantes o explosivos mediante un cargador de 60 cartuchos o uno de 20 tipo petaca. Su transporte era sumamente sencillo, acoplándosele un juego de ruedas.