La expresión más habitual del espectador no especializado ante la pintura del Bosco es la de asombro por la anticipación del pintor a la psicología contemporánea. Muchos han identificado el túnel de luz de esta pintura con las narraciones de pacientes salidos del coma que hablan de una luz ante el umbral de la muerte. Todos olvidamos que El Bosco nació hace cinco siglos, que era un intérprete más de las imágenes patrimonio común de su sociedad y que somos nosotros quienes hemos heredado su cultura, y no él quien se anticipaba sumisamente a la nuestra. La escena que plantea forma parte de un conjunto perdido, integrada en cuatro tablas conocidas como el Paraíso Terrenal, la Caída de los Condenados y el Infierno. En ellas se narra la historia de la Humanidad desde el estado de gracia en el Edén hasta su Juicio Final, que debía ser la tabla central del conjunto. Así, esta escena nos muestra que tras el Juicio, los bienaventurados se elevan al cielo acompañados de ángeles, mientras que los condenados se precipitan en las otras tablas a la condenación eterna. Posiblemente su colocación original era bajo la tabla del Paraíso Terrenal, a la izquierda del perdido panel central con el Juicio Final, a modo de portezuelas laterales.
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obra
La inestabilidad en el poder es la referencia que Goya destaca en esta estampa. Un personaje del que sale humo de su cabeza y manos es mantenido por un extraño personaje mientras los que le precedieron caen a sus pies. Se ha querido ver una alusión a la imparable escalada de Godoy en la corte.
Personaje
Escultor
Formado en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi y en el taller de E. Casanovas, Subirachs empezó sus trabajos influido por su maestro y el mediterraneísmo de Maillol. Sus primeras exposiciones fueron en Barcelona, en la Casa del Libro (1948) y el Salón de Octubre (1949). Integrado en el Grupo Postectura, a partir de 1950 inicia una etapa de mayor expresividad, tendiendo a la estilización y la deformación que le conducirán a la abstracción. En 1954 abandona la Ciudad Condal y se dirige a Bélgica, donde permanecerá dos años, poniéndose en contacto con las nuevas tendencias escultóricas, interesándose especialmente por la obra de Julio González. Esta etapa de la década de los cincuenta se caracteriza por la abstracción, predominando lo tectónico, empleando un interesante y variado abanico de texturas. En 1959 recibe un importante encargo: el programa escultórico del santuario de la Virgen del Camino en León, encargo que supone un paréntesis figurativo en su etapa abstracta. De forma paralela continúa con sus investigaciones, introduciendo el vacío en sus trabajos y empleando formas derivadas de objetos domésticos o artesanales, sintiéndose atraído por el ensamblaje de diversos materiales.A partir de 1967 recupera de manera global la figuración, sin abandonar su particular lenguaje en el que se incluye cierta tendencia a la abstracción. Esta nueva etapa le permitirá conseguir el reconocimiento público, participando en las exposiciones más importantes como la Bienal de Venecia (1968). Desde 1988 es el encargado de la decoración escultórica de la Puerta de la Pasión de la Sagrada Familia de Barcelona, la obra inconclusa de Gaudí.
Personaje
Escultor
Pintor y arquitecto italiano que llega a España llamado por Procaccini en 1622, para ayudar al maestro en sus encargos regios. Como pintor colaboró en la decoración al fresco en habitaciones del Palacio de La Granja. Heredó de su maestro el cargo de director de las obras de San Ildefonso, haciéndose cargo de la Furriera y de la administración de la enfermería real.
contexto
La sucesión de Carlos V por Felipe II supuso para los Países Bajos la dependencia de un monarca extranjero y de la política española. Sin embargo, los problemas no nacieron ahora. La penetración del luteranismo desde 1518 provocó la represión del emperador, que inició su persecución por todos los medios. El particularismo político y fiscal de estas provincias, descontentas con una política imperial que en buena parte financiaban ellas, se manifestó en una clara resistencia desde los años treinta. La hábil política de la gobernadora María de Hungría impidió que los asuntos pasaran a mayores, pero el apego a las libertades del país y la expansión del calvinismo desde mediados de siglo explican la oposición posterior al gobierno español. Las necesidades financieras crecientes de la Monarquía española, que terminan obligando a la primera bancarrota, llevaron a Felipe II a intentar conseguir de los Países Bajos la mayor cantidad de impuestos, a pesar del conocimiento directo que poseía de sus circunstancias, debido a haber residido allí desde 1556 a 1559. Para ello tuvo que utilizar métodos de gobierno más absolutos que los hasta ahora existentes. A incrementar el malestar se unió la ofensiva católica contra el calvinismo y la propagación del anabaptismo, lo que se reflejó en la creación de 14 obispados y tres arzobispados (1559). La nueva gobernadora, Margarita de Parma, hija natural del emperador, y su principal consejero, Antonio Perrenot de Granvela, cardenal-obispo de Malinas, se enajenaron la voluntad de la alta nobleza, que vio reducida su importancia y desoídas sus peticiones de tolerancia religiosa, autonomía política y retirada del ejército español. Como consecuencia, en 1566 se iniciaron los primeros disturbios, de gran agresividad anticatólica. La respuesta fue el envío, en 1567, del duque de Alba, al mando de un gran ejército, con la misión de aplastar la oposición política y religiosa desde su cargo de nuevo gobernador. La ejecución de los principales cabecillas, los condes de Egmont y Horn, el 5 de junio, fue continuada por el enjuiciamiento por parte del "Tribunal de los Tumultos" o "Tribunal de la Sangre", con poderes absolutos para la represión de la herejía y la disidencia política y presidido por el propio gobernador, de 12.000 personas y la condena de más de 1.000, en los años siguientes. Guillermo de Orange abanderó la rebelión, reclutando un ejército en Alemania, con el que inició los ataques en 1568. El Sur permaneció fiel a Alba, sin rastros de rebelión popular, pero en el Norte la insurrección se generalizó y los piratas de aquellas provincias, los "gueux" o mendigos del mar, atacaron las costas y obstaculizaron las comunicaciones con la Península Ibérica. Ante su fracaso frente a los rebeldes del Norte, el duque de Alba fue sustituido en 1574 por don Luis de Requesens, proclive a los métodos moderados, aunque sin variar los objetivos. Aun así, las dificultades no se aminoraron: los motines del ejército español, impagado, se repetían, mientras se multiplicaban las revueltas y los calvinistas del Norte se hacían fuertes. En 1576, Holanda y Zelanda se dieron un poder político y militar único, que entregaron a Guillermo de Orange. En noviembre, los católicos del Sur y los calvinistas del Norte llegaron a un acuerdo, la Pacificación de Gante, por el que exigían la retirada de las tropas extranjeras. En ese mismo año fecundo de hechos, don Juan de Austria se convirtió en el nuevo gobernador. Por el "Edicto Perpetuo" de 1577, impuesto por los Estados Generales, aceptaba la mayor parte de las reivindicaciones de los rebeldes, iniciando la evacuación de su ejército. Sin embargo, la pervivencia de la oposición le llevó a volver a la línea dura y solicitó más tropas. En 1578, los refuerzos militares enviados al mando de Alejandro Farnesio se impusieron al ejército de los Estados Generales. La inesperada muerte de don Juan de Austria este año convirtió en gobernador a Farnesio, que fomentó la división entre el Norte, calvinista y democratizante, y el Sur, católico y nobiliario. Por la Unión de Arras de 1579 las provincias del Sur (Artois, Henao y Douai) reconocieron el poder real y la fe católica y poco después el gobernador prometía el respeto a las libertades tradicionales. Las siete provincias calvinistas del Norte (Holanda, Zelanda, Frisia, Güeldres, Utrecht, Overijsel y Groninga) se confederaron en la Unión de Utrecht (1579), oponiéndose a la soberanía española y declarándose independientes. En los años siguientes, Farnesio deshizo la conspiración de Orange, Isabel I y el duque de Alençon, hermano del rey de Francia, para deponer a Felipe II y se impuso militarmente sobre los focos de resistencia del Sur, conquistando Bruselas y Amberes (1585), aunque el Norte resultó inexpugnable. Llegados a este punto de equilibrio militar, lo que podía desnivelar la balanza era la guerra marítima y de ahí la importancia de Inglaterra para ambos contendientes.
Personaje
Pintor
Aunque cursa estudios en Toulouse y París, antes de cumplir los treinta años se traslada a Roma. En la capital italiana comienza a destacar por maestría en el retrato. A este época pertenecen obras como La abadesa Battistina Vernasca o el retrato de Benedito XIV. La austeridad y el clasicismo de su obra son las notas más características. Dentro de la vertiente sacra, es autor de obras como el Milagro de San Benedicto o Santa Francesca Romana.
obra
Este mechero o quemador musulmán de época califal se compone de un recipiente cilíndrico para combustible líquido, seguramente aceite; un tubo vertical para sostener la mecha; otro oblicuo para recargar el depósito e insuflar aire en la base de la llama; tres patas superiores para soportar un recipiente esférico superpuesto; otras tres inferiores para aislar el utensilio y evitar la pérdida de calor y un asa circular para cogerlo sin necesidad de esperar a que se enfríe. Esta pieza forma parte del sublimador, instrumento relacionado con el experimento químico que permite a las sustancias pasar directamente del estado sólido al gaseoso, sin hacerlo por el estado líquido. Fue adquirido recientemente por el Museo Arqueológico Nacional a un anticuario.