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Personaje
Político
Durante los nueve años que duró el reinado de Sisebuto se manifiesta en Hispania un importante florecimiento cultural, llegando el propio monarca a cultivar las letras. La política religiosa de Sisebuto vendrá marcada por la promulgación de diversas leyes antijudías, forzando a su conversión al cristianismo. San Isidoro de Sevilla criticó estas medidas lo que prueba que no todos los católicos eran partidarios de la política real. Sisebuto continuó las campañas contra los bizantinos, llegando a someter ciudades costeras entre las que destaca Málaga. La situación se volvió favorable al monarca por lo que el gobernador bizantino solicitó la paz, limitándose el territorio controlado por el Imperio a Cartagena y algunos puntos costeros. Sisebuto fue sucedido por su hijo Recaredo II que permaneció sólo un mes en el trono al sucumbir ante una revuelta nobiliaria encabezada por Suintila.
Personaje
Político
Una conjura apoyada por el monarca franco Dagoberto motivó el ascenso al trono de Sisenando, tras acabar con la vida de Suintila y su hijo Recimero. El ejército franco procedente de Toulouse llegó hasta Zaragoza para proclamar rey a Sisenando. De esta manera la Iglesia y la nobleza demostraban su fuerza frente al fortalecimiento monárquico que se venía produciendo en reinados anteriores. Quizá el episodio más importante de los cinco años de reinado de Sisenando será la celebración del IV Concilio de Toledo en el año 634, donde san Isidoro de Sevilla se convertirá en el principal protagonista. Los eclesiásticos se afanaron por evitar nuevos actos de violencia que debilitarían el poder real y por ende, al propio reino visigodo. De esta manera se establecía que la realeza era sagrada y que los monarcas debían morir de manera pacífica. El rey sería elegido por el conjunto de la nobleza y la Iglesia, recibiendo la unción de esta última. Así se ponía de manifiesto quienes eran los poderes fácticos en la monarquía visigoda, en detrimento del poder real. Sisenando siguió las disposiciones del Concilio y fortaleció tanto a nobles como a eclesiásticos, política seguida por su sucesor, Chintila.
obra
La reina María de Hungría encargó a Tiziano en 1548-49 una serie de cuadros conocida como Las Furias, en la que el denominador común era el castigo ante un hecho delictivo. Sólo pudo realizar dos: Tizio y Sísifo, ambos en el Museo del Prado. La fuerza de las figuras permitirán a Tiziano competir con MIguel Angel.Sísifo era el hijo de Eolo, pero se hizo desgraciadamente popular por sus crueldades y terribles robos. Al morir, fue condenado a subir una enorme piedra a una de las montañas del Hades cayendo a su base al faltarle siempre las fuerzas para coronar la cima. Tiziano ha captado perfectamente el esfuerzo y la tensión del cruel rey de Corinto, marcando toda su musculatura por la pesada carga e iluminando su figura con un potente haz de luz para que aprendamos la lección. El Hades oscuro sirve de fondo, aunque se observan los efectos del fuego del lugar. La pincelada empleada por Tiziano es más suelta y empastada que en sus obras juveniles como la Bacanal.
Personaje
Pintor
La figura de Alfred Sisley siempre ha sido considerada secundaria dentro del Impresionismo. Inició su aprendizaje artístico en el taller de Gleyre, relacionándose con Monet y Renoir e interesándose por las obras de Corot. Sisley sintió siempre especial atracción hacia los paisajes, trabajando en esos años juveniles en las cercanías de París. Miembro de una rica familia inglesa, pintaba por afición ya que su padre se ocupaba de sus gastos. La ruina de la familia llegó en 1870 con la Guerra Franco-Prusiana, trasladándose Alfred a Londres con Monet y Pissarro, vendiendo sus primeros lienzos al marchante Durand-Ruel. A su regreso a Francia se interesó por los paisajes parisinos, tratando de reproducir las diferentes luces de los momentos del día. La representación de los cielos, el agua y sus reflejos será su mayor logro, siendo las horas posteriores a las tormentas sus favoritas. Buena parte de su vida la pasó en la miseria, llegando a enviar obras al Salón de París de 1879 esperanzado en obtener un triunfo que le sacara de la pobreza, triunfo que no llegó. Los fracasos le obligaron a refugiarse en la localidad de Moret-sur-Loing, donde falleció. Paradójicamente, el público se interesó por sus trabajos tras su muerte, alcanzando un extraordinario éxito de ventas.