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La del Cambrón es una de las puertas de acceso más antiguas de Toledo, pues la que se puede ver hoy día, del siglo XVI, fue construida sobre una antigua puerta visigoda de tiempos de Wamba (siglo VII). A lo largo de los siglos ha sufrido diferentes reformas, siendo las más importantes las llevadas a cabo en 1576, por orden del Corregidor Gutiérrez Tello, y la posterior a la Guerra Civil española (1936-39).
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Entre los años 1571-1573, por orden del Corregidor Gutiérrez Tello, la Puerta del Cambrón fue reedificada casi por completo y allanado su camino de acceso. Los cambios posteriores fueron insignificantes, conservándose todavía las antiguas hojas de la puerta, chapadas en hierro.
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En el siglo XV se la denominó Puerta de los Judíos por estar situada junto al barrio hebreo. A lo largo de los siglos ha sufrido diferentes reformas, siendo las más importantes las llevadas a cabo en 1576, por orden del Corregidor Gutiérrez Tello.
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En 1880 Auguste Rodin recibía el encargo oficial de llevar a cabo una puerta de grandes dimensiones para el nuevo museo de Artes Decorativas. Inspirándose en Dante, la tituló La puerta del infierno, si bien en lo formal recuerda a la renacentista Puerta del paraíso, en Florencia, de Ghiberti. La complejidad del proyecto desbordó en más de una ocasión al escultor. Integrado por 186 figuras, muchos de los bocetos y realizaciones dieron lugar a numerosas composiciones, algunas de las cuales llegaron a convertirse en obras independientes como El pensador o El beso.
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En esta imagen podemos observar como era la parte trasera de la famosa Puerta del Puente en los primeros años del siglo XX, apreciándose al fondo la Torre de la Calahorra.
monumento
La Puerta del Sol es uno de los centros neurálgicos de Madrid. En ella se encuentra el kilómetro 0 de la Red de Carreteras del Estado y por ella pasan a diario miles de madrileños que se acercan a las bulliciosas calles comerciales que la rodean -Preciados y Carmen, especialmente- de las diez que confluyen en la plaza. Los orígenes de este lugar se remontan a época medieval; las primeras referencias son del siglo XV, aludiéndose a la existencia de una Puerta del Sol en este lugar, abierta en la muralla que cerraba la pequeña villa. La denominación vendría, según diversos especialistas, por su orientación hacia el este. Pero el erudito del siglo XVII Antonio de León Pinelo hace referencia a que en "1520, con ocasión de las Comunidades, para asegurarse esta villa de los bandoleros y comuneros que infectaban la tierra, se hizo un foso por la parte en que hoy está el Hospital de la Corte -posteriormente iglesia del Buen Suceso- y fabricó allí un castillo que por estar al oriente, o porque fue voluntad del que ordenó la obra, se pintó un sol encima de la puerta que servía de entrada al común de Madrid por aquella parte". Será en 1539 cuando se hace la primera descripción de la primitiva Puerta, al ser derribada para ser sustituida por una nueva. Debido a su carácter defensivo, fue construida en ladrillo y cubierta con cal, rematándose en la parte superior con seis almenas. López de Hoyos nos informa de que la mencionada puerta fue derribada en 1570 para dar amplitud a esta zona. Este espacio fue ocupado paulatinamente por diferentes edificios, entre los que destaca los mencionados Hospital Real e iglesia del Buen Suceso, el convento de San Felipe el Real -uno de los más famoso mentideros del Madrid del Siglo de Oro- y la Fuente de Mariblanca. En el siglo XVIII Jaime Marquet será el encargado de diseñar el principal edificio de la plaza: la Real Casa de Correos, rematada por el famoso reloj que cada 31 de diciembre da la bienvenida al nuevo año. Entre 1852 y 1862 se lleva a cabo la reforma de la plaza que conforma la estructura actual: un amplio espacio con uno de sus flancos en línea recta y el otro elíptico, al que se abren las transitadas calles anteriormente mencionadas. En el siglo XX se han realizado algunas remodelaciones en el urbanismo interior de la plaza. En 1967 se colocó la estatua del Oso y el Madroño, escultura de veinte toneladas realizada en piedra y bronce por Antonio Navarro Santafé. En 1994 se colocó en la Puerta del Sol, por decisión popular, el monumento ecuestre de Carlos III, obra de Eduardo Zancada y Miguel Ángel Rodríguez tomando como modelo una estatua de Juan Pascual de Mena. El monarca y su caballo se realizaron en bronce y el pedestal es de granito y piedra caliza, con una larga inscripción.