De época medieval, que comunica las dos márgenes del río Ulla, entre Palas de Rei y Antas de Ulla. Realizado en granito. De forma ligeramente alombada. Tiene dos arcos, uno ojival y otro de medio punto. Los tajamares son de sección triangular.
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monumento
Salvando el río Arga, a la entrada de Zubiri, encontramos este puente gótico de dos ojos que da nombre a la localidad. El nombre posiblemente viene motivado por la tradición local de hacer pasar tres veces a todos los animales de la comarca por el puente para librarlas de la rabia, gracias a que en uno de sus estribos están enterradas algunas reliquias de santa Quiteria, virgen y mártir gascona muy venerada en Tolosa, de donde puede proceder su culto. El aventurero alemán del siglo XV Arnold von Harff le llama puente del Paraíso, pero no sabemos a qué se debe.
monumento
La basílica de la Trinidad se levanta junto a un antiguo puente hoy restaurado, pero de posible origen romano. Precisamente en una viña anexa a la ermita fueron encontradas en 1583 dos láminas de bronce con inscripciones latinas fechadas en los siglos I y II d.C. Denominado a mediados del siglo XIII "puente de Atarrabia", permitía salvar el río Ulzama a la antigua calzada romana y posteriormente al camino de Santiago que, proveniente de Roncesvalles, conduce a la capital navarra. Este puente fue cortado en su tramo central durante la última Guerra Carlista (1873-1876) y no fue restaurado hasta 1963.
obra
En los alrededores de Arles, Van Gogh se interesó por unos puentes de madera al estilo holandés que cruzaban el Ródano. El puente de Langlois con mujeres lavando y éste que aquí observamos son las mejores muestras de ese recuerdo de Vincent hacia su país natal. Quizá esta escena tenga más serenidad que su compañera, a la que sigue en sus líneas básicas. Emplea tonos vivos y alegres - amarillos, azules y verdes - aplicados con una pincelada muy corta que se aprecia claramente en el lienzo. La luz del atardecer primaveral inunda la escena, siguiendo al Impresionismo y abandonando las premisas que le dictaba Bernard desde París, en las que solicitaba la primacía de la imaginación sobre la Naturaleza. Los reflejos en el Ródano - obtenidos ahora con tonos claros - demuestran la atenta mirada de Vincent, preocupado más por lo que sus ojos ven que por lo que su mente le dicta. Sólo se permite imitar a Bernard cuando emplea líneas oscuras para delimitar los contornos, similar al cloisonnismo inspirado en las vidrieras y esmaltes medievales.
obra
La llegada de Van Gogh a Arles va a producir un efecto balsámico en su agitada existencia. La situación en París se había hecho desesperante al no soportar las reuniones artísticas e ingerir cantidades descontroladas de alcohol. Para Vincent, Arles será su Japón particular, dentro de una visión fantástica y personal del País del Sol Naciente adquirida por la contemplación de las estampas niponas. En contra de los que escribe su amigo Bernard desde París - otorgar la primacía a la imaginación sobre la naturaleza - Vincent se siente atraído por la belleza primaveral de los campos provenzales. En una de sus numerosas excursiones descubrió una serie de puentes de madera al estilo holandés construidos sobre el Ródano; el recuerdo de su país natal le hizo realizar un buen número de lienzos con estos puentes como protagonistas. El bello puente se sitúa al fondo de la composición - con un carruaje sobre él - mientras que en primer plano contemplamos a un grupo de mujeres lavando. El primer sol primaveral inunda la escena - recordando al Impresionismo -, iluminando con las luces de atardecer las figurillas, las piedras o el río. Las tonalidades empleadas son muy brillantes, especialmente el azul y el amarillo, las preferidas por el pintor. Vincent utiliza una línea de color oscuro para delimitar los contornos, siendo ésta la única sugerencia que sigue del cloisonismo de Bernard o Gauguin. La pincelada aplicada por Van Gogh es muy rápida, sin apenas reparar en detalles y sin ningún sentido establecido. Las líneas onduladas del agua muestran perfectamente el movimiento de las lavanderas mientras en primer plano líneas verticales indican la presencia de matorrales. La mancha azul del Ródano centra la composición, creando los reflejos con gran maestría al recurrir a tonalidades más oscuras. La vitalidad de esta imagen la convierte en la mejor de toda la serie.
obra
Nos hallamos ante una visión diferente del Puente de Langlois por el que Vincent sintió una especial admiración a su llegada a Arles ya que le recordaba a su Holanda natal donde estos puentes de madera eran habituales. El camino que circunda una de las orillas ocupa el primer plano mientras que al fondo aparece la bella silueta de la construcción, mostrando a lo lejos unas casas a las que se dirigen las figurillas que cruzan. Las tonalidades amarillas se convierten, una vez más, en las protagonistas absolutas de la composición, sin menospreciar al azul o el verde. El aspecto grisáceo del cielo, creando una sensación tormentosa, le acerca al Impresionismo.
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La admiración de Vincent por los puentes que cruzaban el Ródano le llevó a ejecutar una atractiva serie tomándolos como protagonistas. En marzo elaboró quizá la composición más atractiva - el Puente de Langlois - que repite en esta obra de abril empleando aquí unas tonalidades más oscuras que otorgan una sensación de atardecer, enlazando con el Impresionismo y su máximo representante, Claude Monet, en su deseo de mostrar las diferencias lumínicas sobre un mismo objeto.
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Los impresionistas también se sintieron atraídos por las vistas urbanas a las diferentes horas del día, resultando imágenes tan atractivas como esta vista del puente de las Artes en París. Renoir se ha situado en uno de los muelles donde atracaban las barcazas que navegaban en el Sena, apreciándose al fondo el puente. Los edificios recortan su silueta sobre un fondo de nubes realizado en tonalidades malvas, al igual que la sombra de primer plano. La fuerte luz solar ilumina la ciudad, resaltando los trajes de las figurillas que animan la composición. La imagen pintada por Renoir recuerda a las realizadas por Monet en estos años, en unos momentos en que ambos trabajaban muy unidos.