Busqueda de contenidos
obra
Los dos años que Fortuny pasó en Andalucía serán los más felices de su vida. Residiendo en Granada, visitará con frecuencia Córdoba y Sevilla, admirando la luminosidad de las distintas ciudades andalusíes. La portada del Alcázar almohade será uno de los lugares favoritos del artista ya que podía relacionarla con las arquitecturas granadinas, interesándose una vez más por los efectos de la luz y la atmósfera sobre un objeto, como más tarde hará Monet con la catedral de Rouen. Las últimas luces del atardecer impactan en la fachada, creándose un acertado efecto de claroscuro que envuelve los diferentes arquillos y las decoraciones de azulejos. El dibujo acertado y preciso deja paso a un abocetado espectacular, sin apenas reparar en detalles, trabajando con una pincelada larga y fluida que no llega a cubrir algunos espacios del lienzo. El resultado es una perfecta prueba del luminismo que Fortuny representa, quedando de manifiesto la dualidad en su producción con estos trabajos rápidos y el preciosismo de otras obras como el Carnaval en el corso romano o la Elección de la modelo.
monumento
La portada del cementerio de Navarrete, en pleno Camino de Santiago, justo después de salir de la villa, es uno de los baluartes de la arquitectura románica de La Rioja. Fue, en sus principios, portada del monasterio de San Juan de Acre -fundado por Doña María Teresa Ramírez, viuda de Fortún Baztán y madre de Martín Baztán, obispo de Osma- que pasó luego a ser hospital para quienes viajaban a Santiago de Compostela. Posteriormente fue trasladada al cementerio. Recientemente se ha realizado una reconstrucción parcial del hospital -simplemente testimonial- a partir de sus cimientos, también en el Camino de Santiago pero, en este caso, se lo encuentra el peregrino un poco antes de llegar a la Villa. La clasificación de la portada es un tanto problemática. Aquí siempre se ha dicho que es románica, aunque en algunos libros aparece como gótica. En cualquier caso, los primeros vestigios de arte gótico aparecen a partir del 1150aproximadamente, y la portada es del 1185, es decir, si es gótica, será de los primeros góticos del mundo, lo que hace suponer, puesto que la transiciones entre estilos habrían ser graduales, que la portada puede tener elementos que recuerden a ambas épocas. Tiene cinco arquivoltas de baquetones con dientes de sierra y cuadrifolios; impostas de tallos y entrelazados y capiteles de profunda talla, que representan leyendas -San Jorge y el dragón- o escenas cotidianas: peregrinos comiendo y bebiendo. El frontón estaba rematado por un capitel, en que se representa una pelea entre dos caballeros, que ha sido interpretada, según señala Antonio Cillero Ulecia en su Historia de la Villa, como la lucha entre Roldán y Ferragut. Hace unos años, como conmemoración del milenario de la fundación de Navarrete, fue trasladado a la muralla de El Certijo.
video
Hacia 1240 se realiza en la catedral de Burgos una de las portadas más interesantes del Gótico peninsular: la portada del Sarmental. En el tímpano se representa a Cristo sentado, bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo en la izquierda el Libro de la Vida. Se rodea de los símbolos de los Evangelistas: el ángel de san Mateo, el león de san Marcos, el toro de san Lucas y el águila de san Juan. Estos símbolos se acompañan de los propios evangelistas sentados en sus pupitres, una escena cargada de realismo. En las tres arquivoltas se representan los veinticuatro ancianos del Apocalipsis y los coros angélicos, junto con algunas figuras de difícil identificación. El dintel está ocupado por los apóstoles sentados, realizados de manera naturalista, cargados de belleza. Las figuras de las jambas pertenecen a siglos posteriores, concretamente al XVIII. El parteluz tiene una figura identificada tradicionalmente con el obispo Mauricio, fundador de la catedral, aunque ahora se piensa que se trata de san Indalecio, fundador de la diócesis de Burgos. Sobre el dintel aparece la representación del Cordero. Constituye esta portada una obra de gran interés, tanto por su estilo, directamente relacionado con Francia, como por ser un trabajo aislado en la región burgalesa.
obra
Durante la XII dinastía son frecuentes las figuras de sirvientas o esclavas en los ajuares funerarios de grandes señores. En esta ocasión se trata de la representación de una mujer que porta un recipiente sobre la cabeza sujeto por el brazo izquierdo. En el derecho soporta otra ofrenda. El apogeo de este género de figuras tendrá lugar durante el Imperio Nuevo.
obra
Figura de calidad excepcional entre las estatuas de sirvientes realizadas en el Primer Periodo Intermedio. Lleva a su amo, el canciller Meketre, una caja de frascos de vino con tapones de corcho y un pato vivo. Como era costumbre en los relieves de las mastabas, estas portadoras de ofrendas personifican a las diversas fincas del gran señor.
obra
Quizá sea esta escena la que tenga un mayor efecto de paisaje en toda la serie del Triunfo de César. La parte más suculenta del botín es llevada por los más veteranos soldados, acompañados por trompeteros que indican la llegada del desfile. Al fondo contemplamos varios edificios, alguno de ellos en ruinas, demostrando el conocimiento de Andrea de la arquitectura antigua. Las tonalidades del cielo indicando el atardecer crean un efecto atmosférico de gran belleza. El punto de vista bajo que utiliza Mantegna refuerza el efecto escultórico de las figuras y la sensación de movimiento.
obra
El Realismo supuso una tremenda subversión de las que hasta entonces habían sido consideradas las correctas leyes de representación en el arte. Esa revolución fue tanto técnica como temática. En lo primero, todos los recursos del Realismo estuvieron encaminados a destruir el Romanticismo; así, la pincelada es menos impulsiva y más sistemática, precisando cada contorno para mostrar la verdadera forma de los objetos. Lo mismo sucede con la aplicación de los colores: se abandonan los tonos subjetivos, emocionales, y se eligen sólo aquéllos que se creen son "los" colores de cada objeto. También en lo que a la composición hace referencia, el Realismo se mostró innovador. En esta obra de Monet, tan preñada de realismo, todas las características que hemos comentado están presentes, a las que añade un ritmo musical en la ondulación de las colinas y del bosque, nada desdeñable tratándose de un aprendiz.