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Este portacandil de bronce fechado entre los siglos X-XI y procedente de Madinat Ilbira (Atarfe, Granada), se caracteriza por su complejidad, con núcleo de arena, base soldada y decoración cincelada. Desde el punto de vista cronológico, el portacandil presenta dudas ya que se encuadra dentro del periodo califal pero destaca su clara influencia bizantina. Las basas son troncopiramidales y los capiteles, muy estilizados, son la base de plintos en los que se apoya el primer cuerpo del conjunto.
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Tal y como habían hecho en Italia los Macchiaioli, los impresionistas ansían captar de forma científica los efectos de la luz sobre los objetos. En realidad, ésta llegó a ser la principal obsesión del grupo - liderado por Pissarro, Sisley, Renoir y, en especial, por Monet - que desde los años sesenta del siglo XIX aspiran a plasmar la impresión inmediata que produce la visión del natural, generalmente al aire libre, por medio de una técnica rápida y directa de pinceladas sueltas y de colores puros. Sólo en un sentido amplio puede calificarse de impresionista aquella obra pictórica que demuestre una preocupación por los valores de la luz y de la atmósfera más que por el tema. El impresionismo es una experiencia que, pese a que tenga sus precedentes, no puede ser asimilada a ninguna otra sino que sólo encuentra explicación dentro de su propia evolución.
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El Impresionismo debe ser analizado desde múltiples puntos de vista, dentro de unas precisas circunstancias históricas (la crisis del II Imperio y la Revolución de 1871), filosóficas (se comienzan a cuestionar los conceptos tradicionales sobre el espacio y el tiempo), técnicas (las leyes del color de Chevreul, la fotografía) e incluso estéticas (la influencia de la estampa japonesa) que le acompañaron. Temáticamente, se caracteriza por la preferencia del paisaje, la utilización de la luz - natural o artificial - las actitudes cotidianas, los argumentos intrascendentes, así como todo aquello que varía en función del tiempo, tales como el agua, las nubes, la nieve o el humo. Estilísticamente, los impresionistas se definen por la pincelada suelta y la preferencia del color frente a la línea.