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monumento
Este conjunto palatino fue construido por el príncipe Kapara en Guzana. El hilani contaba en el muro sur con cinco torreones decorados con ortostatos de basalto y caliza roja. El pórtico de acceso, conocido como La Puerta de los Escorpiones, daba paso a la plataforma sobre la que se levantaba el hilani. Se cree, por la propia estructura del edificio sin anexos, que tan sólo se utilizó como lugar de audiencias y no cómo residencia real. Destacan el pórtico con los atlantes y los pedestales teriomorfos.
obra
Este conjunto palatino fue construido por el príncipe Kapara en Guzana. El hilani contaba en el muro sur con cinco torreones decorados con ortostatos de basalto y caliza roja.
obra
Uno de los pintores más admirados por Renoir en su juventud sería Delacroix, uno de los responsables de la afición a lo exótico y oriental que se prodiga en Francia durante el Romanticismo. Interesado por conocer de cerca ese mundo exótico, Renoir decide en 1881 marcharse a Argelia, llegando a su capital, Argel, el 4 de marzo. Su buen amigo Cordey le acompañará y allí se reunirá con los pintores Lhote y Lestringuez. En el mes que dura la estancia, Renoir realiza algunas obras interesándose por las fiestas y por los paisajes de la región, entre los que destacan este platanal.Atraído, como sus compañeros impresionistas, por los efectos lumínicos, Renoir se sintió cautivado por la luz africana, al igual que le pasaría al pintor español Mariano Fortuny. La luz del atardecer en el Mediterráneo inunda la escena, resaltando las tonalidades verdes, marrones y amarillentas de los platanales, recortados ante un limpio cielo azul y dominados por las blancas casas de la ciudad al fondo. El pintor francés renuncia a las figuras para interesarse por el paisaje natural, al igual que su buen amigo Monet, tomado directamente del natural para captar los colores en su máximo esplendor, utilizando una pincelada rápida y empastada con la que no renuncia a la forma, construyendo las hojas de las plataneras gracias al color, de la misma manera que hacía Cézanne, otro de sus mejores amigos. El resultado es una obra cargada de sensualidad, exotismo y belleza, alejada de los paisajes franceses más "europeizantes".
lugar
contexto
La importancia de la victoria naval en Salamina respondía principalmente a la perspectiva ateniense. Para los peloponesios, a pesar de que de momento habían evitado la invasión de su península, quedaba pendiente el control territorial amenazado por la permanencia de las tropas persas al mando de Mardonio, que, en definitiva, era lo que respondía a las aspiraciones persas a establecer un control fundamentalmente territorial, sólo alterado recientemente por medio de las intervenciones en el Egeo. Los griegos ni siquiera dieron su apoyo para que Temístocles continuara la acción naval en el Helesponto, donde cortaría las posibilidades de que llegaran, por tierra, nuevos refuerzos. La política de la Liga sigue controlada por los espartanos. Con todo, Temístocles siguió actuando en el mar, en Andros, Paros, Naxos, en misiones de castigo contra poblaciones que habían tomado actitudes favorables a los persas y favorecido el paso de la expedición naval de un decenio antes. En el año 479, Mardonio, tras algunos intentos de negociación diplomática para conseguir la sumisión de Atenas, donde intervino Alejandro I de Macedonia, invadió de nuevo la ciudad del Ática. Las fuerzas de la Liga se presentan finalmente a combatir a los persas en Platea donde, al mando de Pausanias, consiguen una victoria terrestre que produce la muerte de Mardonio y la huida de los supervivientes. Paralelamente, la flota griega, al mando del espartano Leotíquidas, con un importante contingente ateniense al mando de Jantipo, del genos de los Alcmeónidas, partió hacia Asia Menor, en apoyo de los de Quíos, que se rebelaban del poder persa. Los espartanos seguían manifestando sus dudas, hasta que la actitud de Samos, igualmente convertida en aliada, con su importante flota, impulsó a llevar a cabo una acción profunda de intervención. En el cabo Mícala, frente a Samos, la flota persa recibió una importante derrota que vendría a facilitar la nueva tendencia al predominio en el Egeo de los griegos y, específicamente, de los atenienses.
contexto
Cuando, a causa del temor a la peste, los lacedemonios renuncian a invadir Ática, emprenden alternativamente el asedio de Platea, como castigo por su anterior actitud ante los tebanos. La situación se prolongó durante dos años, para acabar con una reducción violenta y la entrega de la ciudad a éstos. La invasión del Ática, en 428, no consiguió efecto alguno. Durante esos años los atenienses ejercieron una mayor presión sobre los aliados. Forzaron a Tera a someterse al tributo, pero no lo consiguieron con Cidonia, al noroeste de Creta. Parece que intentaban cortar el suministro de los peloponesios. Ante las dificultades, los atenienses tuvieron que recurrir por primera vez a la exigencia de la eisphorá, tributo interno que gravaba sobre los ricos y creaba conflictos intestinos al romper la concordia que se producía cuando el imperio beneficiaba a todos. En estas circunstancias, los oligarcas de Mitilene consiguen promover una rebelión en la que participaron todas las ciudades de la isla de Lesbos salvo Metimna. Piden ayuda a Esparta, pero los atenienses impedían que ésta se produjera con sus ataques navales alrededor del Peloponeso. Los oligarcas repartieron armas entre el demos, pero éste amenazó con entregar la ciudad, por lo que aquellos intentaron negociar con Atenas a través de Paquete, estratego encargado de la represión. Mitilene se tuvo que rendir, pues, el año 427 y en Atenas la Asamblea, a propuesta de Cleón, decidió la muerte de todos los varones y la esclavización de mujeres y niños. Una nueva reunión de la Asamblea trató al día siguiente de rectificar tan dura decisión. Cleón defendía la aplicación del castigo, pues el imperio tenía que actuar como una tiranía sin escuchar a los sofistas que hablaban de justicia, ya que ésta sólo serviría para envalentonar a los súbditos. Es la ley del más fuerte convertida en doctrina del representante del demos, frente al que Diódoto, defensor de las ventajas de la retórica, argumenta con la utilidad que puede extraerse de conservar la fidelidad del demos de los aliados, entre otras cosas para poder seguir obteniendo el tributo. El demos decide enviar una nueva nave para rectificar la decisión tomada el día anterior. Destruyen la muralla de Mitilene, confiscan la flota y distribuyen la tierra entre clerucos atenienses, pero seguía cultivada por los lesbios, en una forma específica de dependencia. Los campesinos dependen ahora de Atenas, no de los propios oligarcas. Al mismo tiempo, en Corcira estalló la stasis, o conflicto civil, heredera de las circunstancias que anteriormente habían servido para pedir ayuda a Atenas y provocar una de las causas de la guerra. La lucha se hizo famosa por las consideraciones que hace Tucídides acerca de la violencia interna, de sus implicaciones en la guerra entre ciudades y de la alteración de todos los valores, en una especie de análisis de psicología colectiva. Aquí intervienen, en efecto, tanto Esparta como Atenas, en favor de oligarcas y demócratas respectivamente, y la solución tomó una orientación democrática, ya en 425.
termino
acepcion
Estilo arquitectónico y decorativo español que surge en época de los Reyes Católicos y que perduró hasta tiempos de Felipe II. La fusión de los elementos musulmanes, góticos y del Quatroccento italiano componen las características fundamentales de este estilo.
contexto
La temprana presencia de artistas italianos en Granada y Murcia y la llegada de los grandes arquitectos castellanos, Diego de Silóe (1526) y Pedro Machuca (1527), formados en Italia, señala en Andalucía la pronta apertura de una nítida vía clasicista a la que no tardaron en sumarse maestros locales, como Vandelvira en Jaén, o Hernán Ruiz el Joven en Andalucía occidental. El capítulo plateresco tiene aquí pues breve existencia, persistiendo algún tiempo como expresión marginal. Es claro, sin embargo, que hasta mediados de los años cuarenta no culmina el burgalés la cabecera del convento jerónimo granadino, convertida en triunfal capilla funeraria del Gran Capitán, y que el radical giro clasicista que imprimió desde 1529 a la catedral no se puso plenamente de manifiesto hasta finales de los treinta. Las primeras creaciones platerescas granadinas surgen en la esfera de Enrique de Egas, y aún en obras suyas, pero no por propia creación. Así ocurre en la Lonja (desde 1518), que erigió estorbando la ya angosta Capilla Real, cuya fachada integra en su adornada arquería gótica una portada de no menos decorativas formas renacientes que es obra de García de Praves. En esta misma línea están las cuatro ventanas frontales del Hospital Real, que iniciara el toledano, asignables en parte al mismo García de Praves, aunque las más expresivas han de ser de Juan de Marquina, autor por otro lado de las portadas de la Universidad (curia), de San Andrés y San Cecilio, y del Colegio de las Niñas Nobles. De factura ya postsiloesca es la fachada de la Casa Castril, obra asignada a Sebastián de Alcántara, marcada por un fuerte sentido acumulativo y ornamental, en el que se han visto influencias puntuales de Covarrubias. La llegada de las formas platerescas a Sevilla va unida a la del trasmerano Diego de Riaño, cuya labor parece fluctuar entre obras del más absoluto goticismo, en buena parte heredadas, y creaciones de marcada impronta italianizante cuya erección final escaparía a su competencia, por lo breve de su actividad. Comenzadas en 1526 y sembradas de adiciones y reformas que desvirtúan su aspecto original, las Casas Consistoriales de Sevilla son el primer edificio hispalense que muestra una imagen decididamente renacentista, merced a la articulación apilastrada de su fachada, en la que fluyen con contención las formas ornamentales, integrando medallones de Hércules y Hebe, de Carlos I e Isabel de Portugal, o de Julio César, de Marte y de Minerva, junto a motivos alegóricos, en exaltación de la ciudad y del emperador, al tiempo que en las puertas del Apeadero y en la Sala Capitular otros elementos iconográficos muestran el edificio del Ayuntamiento como Templo de la Justicia. La labor de Riaño, que dio la traza original, quedó ceñida a lo que hoy son las dos áreas góticas del edificio, y es difícil determinar hasta qué punto Juan Sánchez fue fiel a sus diseños. La sacristía de la catedral, otra de las grandes obras del trasmerano, mantiene el mismo sentido ornamentista, pero responde ya por entero a planteamientos espaciales, estructurales y formales que enlazan con el arte de Silóe. Pero es el vizcaíno Martín de Gaínza, colaborador y continuador de Riaño en las obras catedralicias, quien todavía a mediados de siglo dota a la capilla de los Reyes de una pintoresca y algo rancia definición ornamental, con gigantescos balaustres aplanados, arcosolios murales de afiligranado enmarcamiento, honacinas-tabernáculo dobles y arracimada ordenación de imágenes en la venera de su exedra. Obras de más explícita dimensión plateresca hay no obstante en Ecija (casa de los marqueses de Cárdenas), en Constantina (iglesia), en Jerez de la Frontera o en Córdoba, amén de la hibridación estilística que refleja Hernán Ruiz el Viejo en la catedral cordobesa. Pero es en tierras jiennenses donde por influencia castellana parece haber gozado de una mayor y temprana aceptación este aderezo formal, y será Andrés de Vandelvira, activo inicialmente en el monasterio de Uclés -otra de las grandes obras de fuerte carácter plateresco- quien introduzca el definitivo giro clasicista tras su contacto con Silóe en El Salvador de Ubeda y un mayor estudio de los principios de la arquitectura clásica. En Ubeda, encontramos precisamente un importante foco plateresco en torno a la figura de Diego de Alcaraz (portada de Santo Domingo), que tiene su mejor expresión en la acumulativa y semicolgada portada de la Casa de las Torres o de los Dávalos, con remate goticista (cornisa con gárgolas y crestería), plana y envolvente decoración vegetal, y motivos simbólicos (cabezas, veneras, escudos con salvajes, efigies en láureas). Este mismo espíritu decorativista está presente en la iglesia de Alcaudete y en San Andrés de Baeza -no tanto en la interesante Casa del Pópulo- y aún en la fachada del Ayuntamiento-cárcel de esta localidad (1559), que ciñe sus vandelvirianos vanos con pilastras, frisos y arcos de minuciosa labra, y desarrolla una cornisa de imaginativos y variados canecillos.