Esta tabla formaba parte de uno de los retablos que la iglesia de la Santa Croce encargó a Giotto para la decoración de sus capillas. La obra presenta un espacio interior, con profundidad bien conseguida, en el que tiene lugar el episodio de la Venida del Espíritu Santo. La estancia está bien construida, dentro de las leyes racionales de la matemática, presentando una decoración muy vistosa en su remate, como en el panel de la Ultima cena del mismo retablo. La imagen presenta dos momentos consecutivos de la misma secuencia de la Pentecostés, que Giotto ha conseguido dar forma verosímil. En la estancia interior se desarrolla el acontecimiento en sí, las lenguas de fuego sobre las cabezas de los discípulos de Cristo y la paloma del Espíritu Santo en la parte de arriba, de la que parten unos rayos luminosos. El don de lenguas que les confiere a los apóstoles tiene su resultado en el primer plano, en las reacciones de los hombres que los oyen hablar en su mismo idioma, delante de la puerta de la casa donde se sitúa la Pentecostés. Si los rostros de los apóstoles nos muestran la confusión y sorpresa inherente al acontecimiento, no menos expresivos son las miradas incrédulas de los personajes del exterior de la casa, o el gesto pensativo de la figura del extremo izquierdo de la imagen, que parece presenciar el suceso milagroso.
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Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar, y se produjo un ruido del cielo, como de viento impetuoso que pasa, que llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron como lenguas de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo". (Hechos, 2, 1-5) La narración bíblica está perfectamente interpretada en este gran lienzo de altar realizado por Tiziano para la basílica de Santa Maria della Salutte en Venecia. La escena se desarrolla en un interior, representando el maestro una espectacular bóveda de casetones con la que prolonga la arquitectura de la capilla -de la misma manera que había realizado Mantegna en Florencia-. La figura de María rodeada de las santas mujeres preside la composición, situándose a su alrededor los apóstoles en variadas posturas, destacando los escorzos del apóstol de primer plano y del de la izquierda. Las diferentes expresiones de apóstoles y santas mujeres se convierten en otro punto de atención, enlazando con los retratos de esta década. El elemento culminante de la escena es el Espíritu Santo, vértice del esquema triangular que define el conjunto. La potente iluminación que procede de la paloma baña el resto de las figuras y resalta la riqueza cromática de la escena. La influencia de Miguel Angel se manifiesta en las amplias figuras empleadas mientras que los escorzos y los colores son deudores del manierismo, al situarse este trabajo en plena "crisis manierista".
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Este tríptico estaba originalmente en la iglesia de los Santos Apóstoles. En la segnda mitad del siglo XVIII se trasladó a la iglesia de Badia, pasando desde allí a la Galleria della Accademia en 1939. La obra presenta las características de la última fase de Orcagna, apreciándose la rigidez frontal de las figuras, la exquisita gama cromática y la sensacional delimitación de los volúmenes. Algunos expertos apuntan la colaboración de Jacobo, hermano menor de los Orcagna.
acepcion
Entre los cristianos es el término que se emplea para expresar la llegada del Espíritu Santo.
fuente
Navío de origen griego, antecesora del resto de galeras clásicas. Contaba con el impulso de 50 remeros, 25 por cada costado.
obra
Pentera o quinquerreme de fe los siglos IV y II a.C. A la derecha, la forma griega; a la izquierda, el modelo cartaginés, que será adoptado por los romanos.
fuente
Quinquerreme, navío con tres órdenes de remos, en la que las dos filas superiores llevaban dos remeros por pala y la inferior, uno. Fueron especialmente famosas las cartaginesas, de quienes las copiaron los romanos.