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termino
acepcion
En la Grecia clásica éste era el nombre que recibía el cochero o conductor de un carro.
obra
El Auriga formaba parte de un grupo dedicado a Apolo por el tirano Polyzalos de Gela (Sicilia), por lo que se ha pensado en atribuirlo a un gran broncista suritálico, tal vez, Pythágoras de Rhegion. El cuerpo del Auriga, está fundido por piezas primorosamente soldadas. Pese a la actitud de reposo, la figura está en tensión y así lo refleja la expresión del rostro, en el que afortunadamente se conservan los ojos. A estas cualidades se unen las del plegado, por todo lo cual la obra es un estupendo exponente de la categoría de los broncistas griegos. El Poseidón procedente del cabo Artemisión (Eubea) es otra de las grandes obras de este momento.
lugar
contexto
Después del 31.000 se perfila un momento en el que el Auriñaciense aparece plenamente desarrollado y como un momento en que éste se presenta como una etapa virtualmente homogénea por toda Europa. Sus características industriales se centran en materiales líticos sobre grandes hojas, normalmente retocadas con un retoque escamoso denominado a veces retoque auriñaciense. Este presenta claras relaciones con el retoque Quina, siendo como él tendente a semiabrupto. Las hojas presentan, a veces, amplias muescas en sus bordes, siendo conocidas como hojas auriñacienses estranguladas. Junto a ellas aparecen lascas espesas que se transforman en raspadores carenados y en hocico. Un útil característico de los primeros momentos es la hojita Dufour. Éstas son pequeñas hojas con un fino retoque semiabrupto, y su presencia desde Sjuren en Crimea a Cueva Morín en Cantabria, pasando por Krems en Austria o el Riparo Tagliente en Italia, permiten plantear las relaciones a largas distancias durante el Auriñaciense. Su pequeño tamaño nos indica la necesidad de un uso engarzadas en un mástil, una de las primeras evidencias indirectas del uso de piezas enmangadas. Estas piezas aparecen unidas a una industria de hueso centrada en las azagayas. El Auriñaciense se suele dividir en función de las formas y tipo de enmangue de las azagayas. Así, en el Auriñaciense Típico son características las azagayas y se sustituyen por azagayas losángicas o biapuntadas, sin preparación especial en la base. Desde el punto de vista de las formas de vida, durante este período se fijan los caracteres específicos del Paleolítico Superior. La mayor parte de los yacimientos auriñacienses proviene de yacimientos en cueva, especialmente en la Europa occidental, con yacimientos como Cueva Morín, la Cueva del Pendo o la Cueva del Castillo en Cantabria; el Reclau Viver o La Arbreda en Gerona; La Ferrasie, Castanet o el Abri-Pataud en la Dordoña; y Vogelherd o Geisseklöosterle en el sur de Alemania. Junto a ellos, en Europa central y oriental se encuentra más normalmente al aire libre, lo que permite constatar la existencia de cabañas y estructuras complejas en lugares como Willendorf o Langmannersdorf en Austria; Milovçe o Tibava en Checoslovaquia o algunos de los yacimientos de Kostienki en Rusia. En muchos de ellos se detecta la presencia de ocre, elemento que resulta habitual en las estructuras de habitación, y que puede resultar tanto de una coloración del propio suelo como de procesos de preparación y curtido de las pieles utilizadas en la cubrición de las estructuras. La presencia de fosas y hogares estructurados no es exclusiva de los yacimientos al aire libre. En Cueva Morín las excavaciones de J. González Echegaray y L. G. Freeman descubrieron los restos de una estructura rectangular separada de un área dé enterramientos por varios agujeros de postes. La presencia de enterramientos comienza a ser habitual, destacando el propio del Abri de Cro-Magnon atribuido a este período. En la misma Cueva Morín aparecieron varias fosas, en las que se descubrieron varios cuerpos conservados como moldes en proceso de fosilización. En estos yacimientos, los restos de fauna permiten hablar de una caza organizada hacia diferentes especies, según las regiones. Mientras que en la Europa occidental destacan el ciervo y el reno, en la Europa central y oriental serán el caballo y los grandes bóvidos los preferidos, junto a los mamuts y rinocerontes lanudos. Este modelo será el dominante a lo largo del Paleolítico Superior. La especialización en la caza se detecta ya durante este momento. En el Abri-Pataud, los renos representan más del 80 por 100 de los restos, mientras que en la Cueva del Castillo el ciervo alcanza porcentajes semejantes. Los grupos auriñacienses son también los responsables del desarrollo de los elementos de adorno. Los dientes perforados, sobre todo caninos de zorro o ciervo, son los preferidos aunque también se encuentran en abundancia fósiles de moluscos o cuentas fabricadas en rocas blandas. Incluso se han encontrado en lugares como la Cueva del Pendo imitaciones en piedra de dientes como los caninos de ciervo, las primeras falsificaciones. Estos momentos son los primeros en que encontramos las primeras evidencias artísticas como las figurillas de Vogelherd o Geissenldosterle.
obra
Puech reprodujo el cuerpo femenino de la diosa de una manera tremendamente academicista, si bien renunció a mostrarla de manera alada, tal y como se representaba desde la Antigüedad. Aurora era la diosa romana del alba por lo que era considerada como la mensajera que anunciaba el día, venciendo a las tinieblas. Puech la muestra arrodillada sobre una nube, apartando con sus manos el manto de sus cabellos para mostrar su amplia y agradable sonrisa. La obra fue presentada en el Salón de 1901, siendo una de las esculturas más reproducidas por la fábrica de porcelana de Sèvres.
obra
El estilo de Guido Reni, que había comenzado por deber algunos de sus rasgos al tenebrismo de Caravaggio, evoluciona casi radicalmente hacia el polo opuesto, siguiendo las enseñanzas de su maestro, Annibale Carracci. Durante la madurez, Reni realizó obras sólidas y frías en su perfección, como la Matanza de los Inocentes, o la elegantísima coreografía de su Atalanta e Hipomenes. En los últimos años, la imitación del maestro se hace sublime y en frescos como éstos parece repetir casi literalmente los cuadros del máximo exponente del Idealismo. Aquí, Reni hace alarde de una pintura que se ha diluido, que ha perdido su solidez para convertirse en un fluido luminoso que parece abrir el muro en una escena aérea, vista a través de las nubes. No ha perdido sus referentes clásicos, por el contrario ha perfeccionado esos modelos, que parecen salir bien de las galerías de esculturas romanas, bien de los cuadros de Rafael, el gran precursor para los artistas de la línea clasicista.
obra
¡Qué diferente es este fresco de los cuadros que el mismo Guercino había pintado tan sólo dos años antes, como el Regreso del hijo pródigo o Sansón capturado por los filisteos! En el encargo que a Alessandro Ludovisi, el papa Gregorio XV, le hizo para su villa romana, Guercino hace gala de haber aprendido todas las pautas de los idealistas liderados por Annibale Carracci. El artista realiza un fresco lleno de atrevimiento, para los modelos previos que se habían establecido, por ejemplo la Aurora de Guido Reni, pintada pocos años antes del el Palazzo Paravicini. Guercino abre el espacio en una tremenda perspectiva "sotto in sú", es decir, de abajo a arriba, como si en efecto el techo se hubiera abierto hacia el cielo y el carro de la aurora desfilara sobre nuestras cabezas, rodeada de alondras, nubes y los rayos de la mañana. El dinamismo y la espontaneidad con las que el Guercino se expresaba chocaron con la frialdad y la elegancia de Reni, Carracci, etc., y fue siempre un elemento polémico dentro de la corriente clasicista que finalmente eligió, tras sus comienzos como seguidor de Caravaggio.