De su hermano Ladislao heredó la corona de Nápoles en 1414. Juana II, que había enviudado de Guillermo de Austria, se volvió a casar con Jacobo de Borbón, conde de la Marca. Pero, la reina continuó su relación con Pandolfo Alapo, su favorito. Al ser descubierta fue encerrada y su amante decapitado. Con el paso del tiempo su marido se fugó y ella se enamoró de Juan Caracciolo, que fue nombrado senescal y llegó a tener una enorme influencia en el reino. Al final de sus días sufrió la invasión de Luis de Anjou. En estas circunstancias tuvo que recurrir a Alfonso V de Aragón. Ante la repentina muerte de Luis de Anjou y luego de la propia Juana, Alfonso de Aragon se quedó con el reino.
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Personaje
Político
Hija de Luis X el Hutín y esposa de Felipe de Evreux, en el año 1328 accedió al trono. Desde aquí tuvo que enfrentarse a Alfonso XI de Castilla, por quien fue derrotada, debido a los problemas fronterizos. Su sucesor fue su hijo Carlos II.
Personaje
Político
Nacida en 1462, es hija del rey castellano Enrique IV y de Juana de Portugal, su segunda mujer. Las Cortes de Toledo de ese mismo año la proclaman heredera al trono, pero durante una sublevación de nobles dos años más tarde se acusará sin pruebas fehacientes a su madre de adúltera y a ella misma de ser hija del favorito del rey, Beltrán de la Cueva (lo que explica el apelativo de Beltraneja). En 1468 se pone fin a la revuelta mediante el Pacto de Guisando, por el cual Enrique IV reconocerá como sucesora a su hermana Isabel (más tarde Isabel I). Sin embargo, dos años más tarde (Val de Lozoya), un enfrentamiento entre hermanos hará que el rey reconozca nuevamente los derechos al trono de Juana. Al fallecer Enrique IV en diciembre de 1474 se desata la guerra, siendo ayudada Juana por su tío Alfonso V de Portugal, con quien casará. Los tratados de Alcaçovas (1479) supondrán el fin de la guerra y el retiro de Juana al Convento de Santa Clara de Coimbra. Posteriormente, se instalará en Lisboa al asentarse el poder de los Reyes Católicos, falleciendo en 1530.
obra
El pintor Juan de Flandes llega a España después de haber pasado por Italia. Se cree que se formó en la escuela de Justo de Gante. Este magnífico retrato, se caracteriza por la minuciosidad en el tratamiento de los detalles de influencia flamenca y por la delicada luz con que se dota a la retratada. Felipe el Hermoso es su compañero.
obra
Cuadro por excelencia del género histórico en España. Se trata de la evocación del viaje que hace doña Juana desde la Cartuja de Miraflores a Granada acompañando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso. Según la crónica de P. Mártir de Anglería, la comitiva estaba compuesta por eclesiásticos, nobles y caballeros, y en una de las jornadas, de Torquemada a Hornillos, "mandó la reina colocar el féretro en un convento que creyó ser de frailes, mas como luego supiese que era de monjas, se mostró horrorizada y al punto mandó que lo sacaran de allí y le llevaran al campo. Allí hizo permanecer toda la comitiva a la intemperie, sufriendo el riguroso frío de la estación". Pradilla recoge este momento, reflejando el drama amoroso, los detalles de la comitiva y la riqueza del paisaje invernal castellano. La figura de doña Juana centra la composición, delante de un sencillo asiento de tijera cubierto por un almohadón. Viste un grueso traje de terciopelo negro que pone de manifiesto su avanzado estado de gestación. En su mano izquierda podemos observar las dos alianzas que indican su viudedad. La reina vela el féretro de su esposo, colocado sobre parihuelas y adornado con las armas imperiales. Dos grandes velones mortuorios flanquean su cabecera. Junto al catafalco se encuentran una joven dueña y un fraile de blanco hábito, leyendo en voz baja una plegaría y sosteniendo un cirio. La zona de la derecha de la composición está presidida por la hoguera y el humo que ha provocado una fuerte ráfaga de viento. A su alrededor vemos a los miembros de la corte que acompañan a la soberana en el viaje, reflejando en sus rostros el abatimiento, la compasión hacia la reina o el aburrimiento, vestidos todos ellos con ropas de la época. El fondo está ocupado por el monasterio del que doña Juana sacó el féretro de su marido al saber que estaba ocupado por monjas; en el extremo contrario aparece el resto de la regia comitiva, llegando al lugar con las luces del último atardecer de un día de invierno. La composición se organiza alrededor de un aspa, destacando como Pradilla ha conseguido la plenitud atmosférica del espacio abierto en el que se desarrolla la escena. Otro elemento a reseñar es el tratamiento de las indumentarias e incluso de los elementos orográficos con los que se consigue elevar la tensión del momento. Todo ello ha sido conseguido con una pincelada vigorosa y segura, con un toque certero, sin renunciar al dibujo pero empleando una técnica jugosa, muy pictoricista, que se convertirá en la tarjeta de presentación del pintor. Medalla de Honor en la Exposición de 1878 -la primera en la historia de estos certámenes-, alcanza también los máximos premios en París, Berlín y Viena, señalando el cenit de la pintura de historia en España y de la pintura española en Europa. No es extraño, pues, que todo el mundo suspirase por su adquisición, que llega a la cifra record de 45.000 pesetas, haciendo necesaria la aprobación de un crédito especial por el Congreso de los Diputados.
Personaje
Político
La historia no ha sido muy condescendiente con Juana, la hija de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos. Su sobrenombre de La Loca nos demuestra que no ha tenido muy buena prensa. Juana nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479. Su gran parecido a su abuela paterna, doña Juana Enriquez, motivó que, cariñosamente, Isabel llamara a su hija "mi suegra". Su educación estuvo marcada por la severidad, tanto de su madre como de sus maestros. Buena muestra de ello es que aprendió latín siendo bien pequeña. Pronto se manifestó en Juana una vena mística que ella pretendió encauzar haciéndose monja. Pero sus padres tenían otro objetivo para la atractiva Juana y cuando cumplió 16 años fue concertada su boda con el archiduque Felipe de Austria, hijo de Maximiliano I y María de Borgoña, conocido por el sobrenombre de El Hermoso. El enlace entraba dentro de la política exterior de los Reyes Católicos, que tenía como fin cercar al enemigo reino de Francia. Para ello también casaron a su heredero, el príncipe Juan, con la hermana de Felipe, Margarita de Austria. La boda se celebró en Lille el 21 de agosto de 1496, prematuramente, ya que ambos cónyuges sintieron una mutua atracción nada más verse, deseando consumar el matrimonio cuanto antes. El matrimonio no cambió la actitud conquistadora de Felipe, acostumbrado a mantener relaciones sexuales con las damas de la corte, actitud que doña Juana no estaba dispuesta a permitir. Por eso pronto aparecieron los celos y los enfrentamientos entre los esposos. A pesar de esta desagradable situación, Juana y Felipe tuvieron seis hijos. El primer parto tuvo lugar el 15 de noviembre de 1498, naciendo una niña a la que se puso el nombre de Leonor. Pasando el tiempo, primero se casará con el rey Manuel I de Portugal y tras quedarse viuda, contraerá matrimonio con Francisco I de Francia. El 24 de febrero de 1500 nace su segundo hijo, Carlos. Cuenta la tradición que el parto tuvo lugar en un pequeño retrete del palacio de Gante, debido a la facilidad de Juana para dar a luz, y a los celos, de ahí que acudiera a una fiesta para vigilar constantemente a su marido. El tercer alumbramiento se produjo en 1501, viniendo al mundo una niña a la que se llamó Isabel, que sería reina de Dinamarca tras su matrimonio con Christian II. Parece ser que este embarazo vino motivado por la muerte del infante don Miguel de Portugal, lo que dejaba la sucesión al trono de España en manos de Juana. El ambicioso Felipe se mostró durante una temporada solícito y servicial, naciendo la pequeña Isabel de estas relaciones. Felipe, que ya era duque de Borgoña, de Luxemburgo, de Brabante, de Güeldres y Limburgo y conde de Tirol, Artois y Flandes, deseaba ampliar cuanto antes su poder. A principio del año 1502 Juana y Felipe llegaron a Fuenterrabía para ser jurados príncipes de Asturias en Toledo y príncipes de Gerona en Aragón. El 10 de marzo de 1503 nacía en Alcalá de Henares el cuarto hijo del matrimonio: Fernando, futuro Emperador de Alemania y rey de Hungría y Bohemia, el ojito derecho de Fernando el Católico. Felipe partió para Flandes alegando cierto desgobierno en sus estados y Juana quedaba en Castilla. Pronto decidió acudir en compañía de su esposo, a pesar de su estado tras el parto, por lo que fue detenida por su madre. Desde ese momento se apuntó la enfermedad mental de Juana como un elemento a vigilar, por lo que los Reyes Católicos desearon que quedara a su lado. Pero Juana ansiaba tanto reunirse con su marido que, desestimando los consejos, decidió marcharse a Flandes. Tras el fallecimiento de Isabel en 1504, Juana era nombrada reina propietaria de Castilla y León, siguiendo el testamento de la reina católica. Don Fernando se encargaría de la regencia mientras los flamantes monarcas llegaban procedentes de tierras flamencas. A finales del año 1505 Juana tendrá una nueva hija, María, que casará con el rey Luis de Hungría y Bohemia. En la primavera de 1506 llegaban Juana y Felipe a La Coruña, tras una estancia en Inglaterra. La llegada de los reyes provocó el definitivo enfrentamiento entre Felipe y Fernando, siendo una de las causas la pretendida locura de Juana esgrimida por el Hermoso para hacerse con la regencia. Fernando abandonó Castilla y dejó expedito el camino a su yerno En los primeros días del mes de septiembre de 1507 don Felipe jugaba un partido de pelota con sus más allegados en Burgos. Después de practicar deporte, bebió agua helada, por lo que al día siguiente se sintió con fiebre. Nunca se curó y el día 25 de septiembre de 1507 fallecía, especulándose que pudo haber sido envenenado, lo que no se pudo probar. Un cortejo encabezado por la reina se trasladó hacia Granada, viajando siempre de noche y alojándose en lugares donde las mujeres no pudiesen tener contacto con el cortejo, lo que aumentó las noticias de la locura de doña Juana. Precisamente de camino a Granada tuvo Juana su último alumbramiento, naciendo una niña llamada Catalina, el día 14 de enero de 1507, en Torquemada. Catalina contraería años después matrimonio con Juan III de Portugal. Juana no deseaba el gobierno del reino y mandó llamar a su padre para que se hiciera cargo de los asuntos de Estado como regente de Castilla. Dando muestras de enajenación mental -no se cambiaba de vestido ni se aseaba e iba acompañada del féretro de su esposo- se decidió que Juana fuera encerrada en Tordesillas. Corría el mes de enero de 1509 y allí permaneció el resto de sus días, vestida siempre de negro y haciendo una vida retirada, lo que contribuyó a acentuar su problema mental. El 12 de abril de 1555 fallecía doña Juana, tras 46 años de reclusión, cubierto su cuerpo de llagas al negarse a ser aseada y cambiada de ropa. Quizá la pobre Juana tuviera una leve enfermedad mental, pero no se llevó a cabo un programa de recuperación muy adecuado con ella al encerrarla en Tordesillas, aunque, para descargo de sus familiares, esto ha sido práctica común con la mayoría de los enfermos mentales hasta nuestros días.
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A los 29 años pinto Francisco Pradilla su obra maestra, obteniendo con ella la medalla de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1878. La tela narra un episodio del rocambolesco traslado del féretro de don Felipe desde la cartuja de Miraflores a Granada. La figura de doña Juana centra la composición, delante de un sencillo asiento de tijera cubierto por un almohadón. Viste un grueso traje de terciopelo negro que pone de manifiesto su avanzado estado de gestación. En su mano izquierda podemos observar las dos alianzas que indican su viudedad. La reina vela el féretro de su esposo, colocado sobre parihuelas y adornado con las armas imperiales. Dos grandes velones mortuorios flanquean su cabecera. Junto al catafalco se encuentran una joven dueña y un fraile de blanco hábito, leyendo en voz baja una plegaría y sosteniendo un cirio. La zona de la derecha de la composición está presidida por la hoguera y el humo que ha provocado una fuerte ráfaga de viento. A su alrededor vemos a los miembros de la corte que acompañan a la soberana en el viaje, reflejando en sus rostros el abatimiento, la compasión hacia la reina o el aburrimiento, vestidos todos ellos con ropas de la época. El fondo está ocupado por el monasterio del que doña Juana sacó el féretro de su marido al saber que estaba ocupado por monjas; en el extremo contrario aparece el resto de la regia comitiva, llegando al lugar con las luces del último atardecer de un día de invierno. La composición se organiza alrededor de un aspa, destacando como Pradilla ha conseguido la plenitud atmosférica del espacio abierto en el que se desarrolla la escena. Otro elemento a reseñar es el tratamiento de las indumentarias e incluso de los elementos orográficos con los que se consigue elevar la tensión del momento. Todo ello ha sido conseguido con una pincelada vigorosa y segura, con un toque certero, sin renunciar al dibujo pero empleando una técnica jugosa, muy pictoricista, que se convertirá en la tarjeta de presentación del pintor.
Personaje
Científico
Cursó la carrera de medicina en Pavia y allí ejerció como médico hasta que se trasladó a Milán. En esta localidad comenzó a trabajar para Juan José de Austria como cirujano. A la muerte del príncipe se trasladó a España, concretamente a Zaragoza. En la capital aragonesa conoció a José Lucas Casalete, perteneciente al grupo de los médicos novatores. Durante su posterior estancia en Madrid sus relaciones en los ambientes científicos fueron más limitadas. "Discurso político y phísico" es su primer libro. También dejó un manuscrito sobre problemas físicos que no llegó a ver la luz. De sus escritos se deduce que fue defensor del sistema iatroquímico. Su aportación fue decisiva para la corriente de renovación científica.
Personaje
Político
Nacido en San Pablo de Guelatao, Oaxaca, en 1806, era hijo de zapotecas. A los tres años fallecieron su padres, Marcelino Juárez y Brígida García, quedando al cuidado de sus abuelos paternos junto con sus hermanas María Josefa y Rosa. Su hermana menor, recién nacida, María Longinos, pasará a vivir con su tía Cecilia García. Tras fallecer sus abuelos se trasladó a vivir con su tío Bernardino Juárez, quien parece que se emborrachaba habitualmente y se dedicaba al pastoreo de ovejas. Fue en este ambiente donde Juárez aprendió el laboreo y las tareas campesinas, si bien su tío le enseñó a leer y el idioma castellano, que consideraba esencial para prosperar económica y socialmente. Dos hechos se entrecruzan en su decisión de establecerse en Oaxaca. Uno es la necesidad de completar su formación y otro es un descuido en la realización de sus labores, lo que le hizo temer el castigo de su tío. Así, con doce años, se escapa de casa y se establece con su hermana María Josefa, cocinera en la casa de la familia Maza. Durante esta etapa, gracias a su hermana y a la propia familia Maza, consigue incrementar sus estudios y vive unos años de estabilidad. Aprendió también un oficio en el taller del encuadernador Antonio Salanueva, lo que permite también aprender mediante la lectura de autores como Feijóo o Plutarco. Con todo este bagaje puede ingresar en el seminario, como alumno externo, el 18 de octubre de 1821, el mismo año en que México declara su independencia. En 1834 obtiene su licenciatura en Derecho y ya tiene encaminada su carrera política, tras ser en los dos años anteriores diputado por Oaxaca. En 1846 ya es miembro del Congreso, siendo entre 1847 y 1852 gobernador de Oaxaca. El régimen dictatorial iniciado un año más tarde le condena al destierro en La Habana, volviendo dos años más tarde para ocuparse del Ministerio de Justicia. Desde su puesto emprendió una profunda labor legislativa con dos líneas principales: la reforma agraria y la sumisión del ejército y la Iglesia al gobierno civil. Su cuerpo legislativo se plasmó en la Constitución liberal moderada de 1857. Un golpe de estado dirigido por Ignacio Comonfort hizo a Juárez ser encarcelado, inició una guerra civil y llevó a la presidencia del ejecutivo al conservador Félix Zuloaga. Más tarde, Juárez logró formar un gobierno constitucional en Guanajuato y, algo después, en Guadalajara. Perseguido, hubo de exiliarse en Panamá, volviendo a México en mayo de 1858 y estableciéndose en Veracruz. Su gobierno fue reconocido al año siguiente por los Estados Unidos, iniciando entonces todo el proceso político conocido como la Reforma. Su programa suponía una radicalización de la Constitución de 1857, al incluir la nacionalización de los bienes eclesiásticos, la eliminación de las órdenes monásticas, la creación de un registro civil y la separación de la Iglesia y el estado. La victoria de San Miguel Calpulalpan en 1860 dio el triunfo definitivo al gobierno constitucional de Juárez, si bien la suspensión del pago de la deuda externa, decretada por Juárez, tensó hasta un clima pre-bélico las relaciones con Francia, Gran Bretaña y España. El convenio de la Soledad apaciguó los ánimos de españoles y británicos, si bien Francia se decidió a intervenir militarmente. En 1864, ocupada la Ciudad de México, los invasores proclamaron al archiduque Maximiliano de Austria como emperador de México. La situación bélica obligó a Juárez a extender sus poderes presidenciales para contrarrestar la ofensiva francesa. Así, el triunfal sitio de Querétaro (1867) acabó con el fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio de el Cerro de Campanas. Reelegido presidente, su mandato conoció innumerables problemas. El primero de ellos era el bandolerismo y la lucha armada revolucionaria, que amenazaba la estabilidad del régimen. No menos importante era la oposición de grupos reaccionarios, opuestos a la constitución. Acusaciones de corrupción y fraude en las elecciones minaron la confianza popular en el gobierno de Juárez, rematada con su intento de alcanzar mayores cotas de poder para estabilizar al país. La contestación popular cundió incluso entre sus propias filas, dando como resultado la deserción de Porfirio Díaz, militar destacado en la lucha contra Maximiliano, y de Lerdo de Tejada, quien fundó su propio partido. Algunos pronunciamientos, como los de Treviño y Naranjo, hubieron de ser sofocados y minaron las ya de por sí escasa fuerzas personales y políticas de Juárez. La presión de Porfirio Díaz sobre Juárez, al que acusaba de dictador, acabó en una revuelta cuya propuesta principal era impedir la reelección de los presidentes de la República. Tras reprimir este último levantamiento, el 18 de junio de 1872 falleció Benito Juárez de un ataque al corazón, dolencia que sufría desde tiempo antes.
Personaje
Pintor
No tenemos muchos datos biográficos de este pintor que difunde en Nueva España el estilo naturalista de Zurbarán, que previamente había introducido en la región Sebastián de Arteaga. El tenebrismo alcanzará un importante auge, teniendo una significativa influencia en un amplio grupo de artistas. La Adoración de los Reyes, el Martirio de San Lorenzo y la Sagrada familia, esta última con ecos de Rafael, son sus obras más importantes.