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El ariete es una mortífera máquina de asedio, usada para franquear las defensas enemigas, como muros y puertas. Transportado sobre ruedas, se requería la fuerza de muchos hombres para moverlo.
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El ariete cubierto permitía a su dotación resguardarse de las flechas y piedras arrojada por los defensores de las murallas. Transportado sobre ruedas, el tejado iba cubierto con pieles de animal, reforzando así la protección.
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Tan antiguo como las fortalezas y el asedio, el ariete es una gran viga de madera, rematada a veces por una bola o punta de metal. Dicha viga se suspendía y se balanceaba hacia atrás y adelante, golpeando repetidamente un punto del muro. En murallas de piedra bien trabada su efectividad era escasa, con lo que en el Medievo se empleó sobre todo contra puertas. La estructura de suspensión y los propios hombres que manejaban el ariete justo bajo el muro enemigo habían de protegerse mediante una estructura móvil y sólida, en forma de casamata o caparazón -tortuga- cubierta con madera y cueros húmedos o incluso planchas de metal, para impedir que la incendiaran los defensores; estos adoptaban medidas pasivas (como suspender de la muralla balas de paja o tela que amortiguaran los golpes del ariete) o activas (enganchar y dislocar el ariete con lazos corredizos, ganchos o grúas; quemarlo; romperlo, arrojando vigas y piedras sobre la tortuga; dispersar a los atacantes con agua o pez hirviendo.
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Los muros enemigos podían ser asaltados con una compleja máquina, mezcla de ariete y torre. Mientras el ariete golpeaba el muro en la zona baja, en la alta podía ser desplegado un puente móvil para saltar la muralla.
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Estaban realizados en madera, con la cabeza del carnero realizada en bronce. Aunque no se conoce su empleo en los ataques a Numancia, existen pasajes de las guerras celtibéricas en los que se menciona su uso durante el asalto a poblaciones. Los arietes se empujaban hasta las puertas o murallas por varios hombres. Se les colocaban ruedas para facilitar su transporte. También se colocaban protecciones para los hombres que los movían, mediante escudos de compañeros, o manteletes de madera y cuero para evitar ser alcanzados por las lanzas y proyectiles de los enemigos. Una vez que estaba situado junto a la muralla, se empujaba el tronco o viga de madera, sujeto por cuerdas a la estructura principal, provocando el balanceo y el golpe en la muralla. Se movía hasta que se abría brecha en el muro, o se derruían las puertas.
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Capitán, jefe de tropa árabe de 40 a 100 hombres.
Personaje Pintor
<p>Avigdor Arikha fue un destacado pintor, dibujante y académico israelí, conocido por su estilo figurativo y su habilidad para capturar la esencia de sus sujetos con una precisión notable. Arikha nació el 28 de abril de 1929 en Radauti, Rumanía, y falleció el 29 de abril de 2010 en París, Francia.</p><p>Arikha y su familia emigraron a Palestina en 1944, donde se establecieron en Jerusalén. Durante su juventud, mostró un interés temprano por el arte y estudió en la Academia de Bellas Artes de Jerusalén. Posteriormente, continuó su formación en París, donde se trasladó en 1948. En París, estudió en la École des Beaux-Arts y en la École des Arts et Métiers. Durante este período, Arikha se sintió atraído por las obras maestras del Louvre y del Museo del Prado, lo que influyó significativamente en su estilo artístico.</p><p>En sus primeras obras, Arikha experimentó con diferentes estilos artísticos, pero eventualmente se sintió atraído por un enfoque más realista y figurativo. Su estilo maduro se caracterizó por una técnica notablemente detallada y una atención meticulosa a la luz y la sombra.</p><p>Arikha fue conocido por su capacidad para capturar la esencia de sus sujetos con una economía de trazos. Sus retratos y figuras humanas son particularmente elogiados por su expresividad y su capacidad para transmitir emociones sutiles.</p><p>Además de su carrera como artista visual, Arikha también fue un académico destacado. Enseñó en varias instituciones prestigiosas, incluida la École des Beaux-Arts de París y la Universidad de Yale. También escribió extensamente sobre arte y estética.</p><p>A lo largo de su carrera, Arikha recibió numerosos premios y honores por su contribución al mundo del arte. Sus obras se encuentran en importantes colecciones públicas y privadas en todo el mundo. Avigdor Arikha dejó un legado duradero en el mundo del arte, siendo reconocido como uno de los grandes maestros del siglo XX.</p>
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