Busqueda de contenidos

monumento
La Puerta del Puente, más conocida como Arco del Triunfo, fue construida con motivo de la visita de Felipe II en 1570. Obra diseñada por Hernán Ruiz III, fue ejecutada a modo de arco triunfal, de un solo vano, con dintel configurado por dovelas y a cada lado dos columnas dóricas sobre basamento almohadillado; éstas sostienen un entablamento rematado por una gran cornisa.
monumento
A la entrada de la Ciudad Universitaria se levantó un Arco de Triunfo, una réplica modular de un arco herreriano de El Escorial. Se trata de un enorme arco de un solo vano rematado por una cuadriga, guiada por un soldado que porta en su mano izquierda una larga lanza.
monumento
De los monumentos honoríficos que destacan en época napoleónica hay que señalar el Arco del Carrousel de Percier y Fontaine, también arqueologista, y, sobre todo, el Arco del Triunfo de la Place de I'Etoile, comenzado el mismo año que su homólogo, pero que no se terminará hasta 1837. Es obra del que antes fuera autor del Teatro de l'Odeon (1799), Jean-François Chalgrin. La decoración escultórica incluye espléndidas piezas de F. Rude. El Arco del Triunfo se encuentra en una inmensa plaza en la que confluyen doce avenidas. Su construcción fue auspiciadapor Napoleón, alcanzando 45 metros de anchura y 50 de altura. En su interior se mencionan los nombres de las batallas en las que el emperador triunfó, incluyéndose incluso algunos sonoros fracasos como el de Bailén.
fuente
El arco que manejaban los ingleses era una arma peculiar. La habían descubierto a finales del siglo XIII, cuando Eduardo I de Inglaterra conquistó Gales a costa de graves pérdidas, ocasionadas por un arco singular: era de madera de olmo, podía medir incluso 1,85 metros de longitud, pesaba unos cinco kilos y lanzaba flechas de hasta 90 centímetros a una distancia que oscilaba entre los 250 y los 340 metros, con una cadencia útil de hasta diez disparos por minuto. La fuerza del proyectil era tal que podía traspasar una cota de malla doble, una armadura de acero o una tabla de roble de 25 mm de grueso. Su eficacia era tan extraordinaria que los reyes ingleses centraron sobre ella el peso de la táctica de combate, empleando los arqueros en grandes concentraciones que rompieran el centro neurálgico del dispositivo enemigo. Para disponer de grandes masas de arqueros bien adiestrados, Eduardo I ordenó que las competiciones de arco fuesen "el único pasatiempo de todos sus súbditos", salvo que padecieran algún defecto físico grave. Desde finales del siglo XIII hasta el primer tercio del XV, las competiciones de arco fueron el primer deporte de los plebeyos ingleses: había competiciones de alcance, de precisión e, incluso, de "campo a través" en el que los arqueros debían correr por el campo disparando sobre blancos diversos a diferentes distancias, computándose, al final, la rapidez y la puntería. Al comienzo de la Guerra de los Cien Años, en 1339, a causa de la disputa por el trono de Francia entre Eduardo III Plantagenet y Felipe VI de Valois, el arco galés, o arco largo, era desconocido en el continente, aunque ya había sido decisivo en varias batallas libradas en las islas Británicas. Quedaba por ver si su resultado era tan satisfactorio cuando se midiera con la ballesta, una arma más precisa, de similar potencia aunque más lenta, favorita de los ejércitos continentales. En Crécy se iba a comprobar la eficacia de uno y otra, para desdicha de los ballesteros mercenarios de Felipe VI. Tras su gran victoria, los ingleses quedaban dueños del campo y de la guerra... El arco largo dictaría su ley en Maupertuis (1356) y en Azincourt (1415), pero por entonces se estaba perfeccionando el arma que terminaría con su protagonismo: el cañón. Un siglo después de Crécy, la artillería francesa destrozaría a los ingleses en la batalla de Castillon (1453), cerrando a favor de la dinastía Valois la Guerra de los Cien Años. Con todo, el arco largo perviviría en las formaciones militares inglesas hasta su abolición definitiva en 1595. Claro que, como anécdota pintoresca, puede añadirse que en la Cámara Alta hubo un lord que promovió su recuperación durante las guerras napoleónicas. No le hicieron caso.
obra
En la imagen vemos los restos del gran arco levantado sobre la va principal de la ciudad, y las majestuosas columnas que flanqueaban esta calle principal porticada.
monumento
Menos suntuosos que la ciudad en Baalbek, en Palmira se erigieron igualmente numerosos monumentos para dejar constancia del poder romano en estas regiones orientales. En la imagen vemos los restos del gran arco levantado sobre la vía principal de la ciudad y las majestuosas columnas que flanqueaban esta calle principal porticada.
obra
El edificio más importante que nos ha llegado de la ciudad romana de Capera (actual Oliva de Plasencia, Cáceres) es el arco cuadrifonte o "tetrapylon". Se sitúa en pleno centro urbano, en el lugar que ocuparía el foro, por lo que se considera que en él confluirían las dos vías principales de la ciudad, el cardo y el decumanus. Tiene una planta cuadrada de 8,60 por 7,35 metros y alcanzaría unos 12,30 metros de altura. El arco se levanta sobre cuatro pilares que sostienen cuatro arcos de medio punto adornados por una arquivolta que envuelve el trasdós. Cada pilar se asienta sobre un basamento rematado por una cornisa. Los frontales norte y sur presentan dos pedestales adosados en los que se ubicarían las estatuas de quienes encargaron la obra. En el interior hallamos una bóveda de aristas, pero desconocemos cómo se coronaba el arco. El cliente que encargó esta interesante obra fue un tal Marcus Fidius Macer, tal como reza una inscripción en el pilar de la derecha del frente sur. Este hombre fue un insigne ciudadano de Capera, siendo en tres ocasiones magistrado, dos veces duunviro y una vez jefe de los obreros municipales. Se considera una obra de época Flavia, a finales del siglo I.