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Datos principales
Desarrollo
De lo que dicen estos naturales de Ticiviracocha, y de la opinión que algunos tienen que atravesó un Apóstol por esta tierra, y del templo que hay en Cáchan y de lo que allí pasó. Antes que los Incas reinasen en estos reinos ni en ellos fuesen conocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor que todas las que ellos dicen, porque afirman questuvieron mucho tiempo sin ver el sol y que, padeciendo gran trabajo con esta falta, hacían grandes votos e plegarlas a los que ellos tenían por dioses, pidiéndoles la lumbre de que carecían; y questando desta suerte salió de la isla de Titicaca, questá dentro de la gran laguna del Collao, el sol muy resplandeciente, con que todos se alegraron. Y, luego questo pasó, dicen que de hacia las partes del Mediodía vino y remanesció un hombre blanco de crecido cuerpo, el cual en su aspecto y persona mostraba gran autoridad y veneración, y queste varón que así vieron tenía tan gran poder que de los cerros hacía llanuras y de las llanuras hacia cerros grandes, haciendo fuentes en piedras vivas; y como tal poder reconociesen llamábanle Hacedor de todas las cosas criadas, Principio dellas, Padre del sol, porque, sin esto, dicen que hacía otras cosas Mayores, porque dio ser a los hombres y animales; y que, en fin, por su mano les vino notable beneficio. Y este tal, cuentan los indios que a mí me lo dixeron, que oyeron a sus pasados, que ellos también oyeron en los cantares que ellos de lo muy antiguo tenían, que fue de largo hacia el Norte haciendo y obrando estas maravillas por el camino de la serranía y que nunca jamás lo volvieron a ver.
En muchos lugares diz que dio orden a los hombres cómo viviesen y que les hablaba amorosamente y con mucha mansedumbre, amonestándoles que fuesen buenos y los unos a los otros no se hiciesen daño ni injuria, antes, amándose, en todos hobiese caridad. Generalmente le nombran en la mayor parte Ticiviracocha, aunque en la provincia del Collao le llaman Tuapaca, y en otros lugares della Arnauan. Fuéronle en muchas partes hechos templos, en los cuales pusieron bultos de piedra a su semejanza, y delante dellos hacían sacrificios: los bultos grandes questán en el pueblo de Tiahuanacu se tiene que fue desde aquellos tiempos; y aunque, por fama que tienen de lo pasado, cuentan esto que digo de Ticiviracocha, no saben decir dél más ni que volviese a parte ninguna deste reino. Sin esto, dicen que, pasados algunos tiempos, volvieron a ver otro hombre semejable al questá dicho, el nombre del cual no cuentan, y que oyeron a sus pasados por muy cierto que por donde quiera que llegaba y hobiese enfermos los sanaba y a los ciegos con solamente palabras daba vista; por las cuales obras tan buenas y provechosas era de todos muy amado; y desta manera, obrando con su palabra grandes cosas, llegó a la provincia de los Canas, en la cual, junto a un pueblo que ha por nombre Cacha, y que en él tiene encomienda el Capitán Bartolomé de Terrazas, levantándose los naturales inconsideradamente fueron para él con voluntad de lo apedrear y, conformando las obras con ella, le vieron hincado de rodillas, alzadas las manos al cielo, como que invocaba el favor divino para se librar del aprieto en que se veía.
Afirman estos indios más, que luego pareció un fuego del cielo muy grande que pensaron ser todos abrasados; temerosos y llenos de gran temblor fueron para el cual así querían matar y con clamores grandes le suplicaron de aquel aprieto librarlos quisiese, pues conocían por el pecado que habían cometido en lo así querer apedrear, les venía aquel castigo. Vieron luego que, mandando al fue o que cesase, se apagó, quedando con el incendio consumidas y gastadas las piedras de tal manera que a ellas mismas se hacían testigos de haber pasado esto que se ha escripto, porque salían quemadas y tan livianas, que aunque sea algo crecida es levantada con la mano como corcha. Y sobre esta materia dicen más: que saliendo de allí fue hasta llegar a la costa de la mar, adonde, tendiendo su manto, se fue por entre sus ondas y que nunca jamás pareció ni le vieron; y como se fue le pusieron por nombre Viracocha, que quiere decir espuma de la mar. Y luego questo pasó se hizo un templo en este pueblo de Cacha, pasado un río que va junto a él, al Poniente, adonde se puso un ídolo de piedra muy grande en un retrete algo angosto; y este retrete no es tan crecido y abultado como los questán en Tiahuanaco hechos a remembranza de Ticiviracocha, ni tampoco parece tener la forma del vestimento que ellos. Alguna cantidad de oro en joyas se halló cerca dél. Yo pasando por aquella provincia, fui a ver este ídolo3l, porque los españoles publican y afirman que podría ser algún apóstol; y aún a muchos oí decir que tenía cuentas en las manos, lo cual es burla, si yo no tenía los ojos ciegos, porque aunque mucho lo miré no pude ver tal ni más de que tenía puestas las manos encima de los cuadriles, enroscados los brazos y por la cintura señales que debrían significar como que la ropa que tenía se rendía con botones.
Si éste o el otro fue alguno de los gloriosos apóstoles que en el tiempo de su predicación pasaron a estas partes, Dios todopoderoso lo sabe, que yo no sé que sobre esto me crea más de que, a mi creer, si fuera apóstol, obrara con el poder de Dios su predicación en estas gentes, que son simples y de poca malicia, y quedara reliquia dello o en las Escrituras Santas lo halláramos escrito; mas lo que vemos y entendemos es que el Demonio tuvo poder grandísimo sobre estas gentes, permitiéndolo Dios; y en estos lugares se hacían sacrificios vanos y gentílicos; por donde yo creo que hasta nuestros tiempos la palabra de Santo Evangelio no fue vista ni oída; en los cuales vemos ya del todo profanados sus templos y por todas partes la Cruz gloriosa puesta. Yo pregunté a los naturales de Cacha, siendo su cacique o señor un indio de buena persona y razón llamado don Juan, ya cristiano, y que fue en persona conmigo a mostrarme esta antigualla, en remembranza de cuál Dios habían hecho aquel templo, y me respondió que de Ticiviracocha. Y, pues tratamos deste nombre de Viracocha, quiero desengañar al lector del creer que el pueblo tiene que los naturales pusieron a los españoles por nombre Viracocha, ques tanto decir como espuma de la mar; y cuanto al nombre es verdad, porque vira es nombre de manteca, y cocha de mar; y así, pareciéndoles haber venido por ella, les habían atribuido aquel nombre. Lo cual es mala interpretación, según la relación que yo tomé en el Cuzco y dan los orejones; porque dicen que luego que en la provincia de Caxamarca fue preso Atahuallpa por los españoles, habiendo habido entre los dos hermanos Huascar Inca, único heredero del imperio, y Atahuallpa, grandes guerras y dádose capitanes de uno contra capitanes de otro muchas batallas, hasta que en el río de Apurimac, por el paso de Cotabamba, fue preso el rey Huascar y tratado cruelmente por Calicuchima, sin lo cual el Quisquiz en el Cuzco hizo gran daño y mató, según es público, treinta hermanos de Huascar e hizo otras crueldades en los que tenían su opinión y no se habían mostrado favorables a Atahuallpa; y como andando en estas pasiones tan grandes hobiese, como digo, sido preso Atahuallpa y concertado con él Pizarro que le daría por su rescate una casa de oro, y para traelle fuesen al Cuzco Martín Bueno, Zárate y Moguer, porque la mayor parte estaba en el solene templo de Curicancha; y como llegasen estos cristianos al Cuzco en tiempos y coyunturas que los de la parte de Huascar pasaban por la calamidad dicha y supiesen la prisión de Atahuallpa, holgáronse tanto como se puede significar; y así, luego, con grandes suplicaciones imploraba(n) su ayuda contra Atahuallpa su enemigo, diciendo ser enviados por mano de su gran dios Ticiviracocha y ser hijos suyos; y así luego les llamaron y pusieron por nombre Viracocha.
Y mandaron al gran sacerdote, como a los demás ministros del templo, que las mugeres sagradas se estuviesen en él, y el Quizquiz les entregó todo el oro y plata. Y como la soltura de los españoles haya sido tanta y en tan poco hayan tenido la honra ni honor destas gentes, en pago del buen hospedaje que les hacían y amor con que los servían, corrompieron algunas vírgenes y a ellos tuviéronlos en poco; que fue causa que los indios, por esto y por ver la poca reverencia que tenían a su sol y cómo sin vergüenza ninguna ni temor de Dios violaban sus mamaconas, que ellos tenían por gran sacrilegio, dijeron luego que la tal gente no eran hijos de Dios, sino peores que Supais, que es nombre del Diablo; aunque, por cumplir con el mandado del señor Atahuallpa, los capitanes y delegados de la ciudad los despacharon sin les hacer enojo ninguno, enviando luego el tesoro. Y el nombre de Viracocha se quedó hasta hoy; lo cual, según tengo dicho, me informaron ponérselo por lo que tengo escripto y no por la significación que dan de espuma de la mar. Y, con tanto, contaré lo que entendí del origen de los Incas.
En muchos lugares diz que dio orden a los hombres cómo viviesen y que les hablaba amorosamente y con mucha mansedumbre, amonestándoles que fuesen buenos y los unos a los otros no se hiciesen daño ni injuria, antes, amándose, en todos hobiese caridad. Generalmente le nombran en la mayor parte Ticiviracocha, aunque en la provincia del Collao le llaman Tuapaca, y en otros lugares della Arnauan. Fuéronle en muchas partes hechos templos, en los cuales pusieron bultos de piedra a su semejanza, y delante dellos hacían sacrificios: los bultos grandes questán en el pueblo de Tiahuanacu se tiene que fue desde aquellos tiempos; y aunque, por fama que tienen de lo pasado, cuentan esto que digo de Ticiviracocha, no saben decir dél más ni que volviese a parte ninguna deste reino. Sin esto, dicen que, pasados algunos tiempos, volvieron a ver otro hombre semejable al questá dicho, el nombre del cual no cuentan, y que oyeron a sus pasados por muy cierto que por donde quiera que llegaba y hobiese enfermos los sanaba y a los ciegos con solamente palabras daba vista; por las cuales obras tan buenas y provechosas era de todos muy amado; y desta manera, obrando con su palabra grandes cosas, llegó a la provincia de los Canas, en la cual, junto a un pueblo que ha por nombre Cacha, y que en él tiene encomienda el Capitán Bartolomé de Terrazas, levantándose los naturales inconsideradamente fueron para él con voluntad de lo apedrear y, conformando las obras con ella, le vieron hincado de rodillas, alzadas las manos al cielo, como que invocaba el favor divino para se librar del aprieto en que se veía.
Afirman estos indios más, que luego pareció un fuego del cielo muy grande que pensaron ser todos abrasados; temerosos y llenos de gran temblor fueron para el cual así querían matar y con clamores grandes le suplicaron de aquel aprieto librarlos quisiese, pues conocían por el pecado que habían cometido en lo así querer apedrear, les venía aquel castigo. Vieron luego que, mandando al fue o que cesase, se apagó, quedando con el incendio consumidas y gastadas las piedras de tal manera que a ellas mismas se hacían testigos de haber pasado esto que se ha escripto, porque salían quemadas y tan livianas, que aunque sea algo crecida es levantada con la mano como corcha. Y sobre esta materia dicen más: que saliendo de allí fue hasta llegar a la costa de la mar, adonde, tendiendo su manto, se fue por entre sus ondas y que nunca jamás pareció ni le vieron; y como se fue le pusieron por nombre Viracocha, que quiere decir espuma de la mar. Y luego questo pasó se hizo un templo en este pueblo de Cacha, pasado un río que va junto a él, al Poniente, adonde se puso un ídolo de piedra muy grande en un retrete algo angosto; y este retrete no es tan crecido y abultado como los questán en Tiahuanaco hechos a remembranza de Ticiviracocha, ni tampoco parece tener la forma del vestimento que ellos. Alguna cantidad de oro en joyas se halló cerca dél. Yo pasando por aquella provincia, fui a ver este ídolo3l, porque los españoles publican y afirman que podría ser algún apóstol; y aún a muchos oí decir que tenía cuentas en las manos, lo cual es burla, si yo no tenía los ojos ciegos, porque aunque mucho lo miré no pude ver tal ni más de que tenía puestas las manos encima de los cuadriles, enroscados los brazos y por la cintura señales que debrían significar como que la ropa que tenía se rendía con botones.
Si éste o el otro fue alguno de los gloriosos apóstoles que en el tiempo de su predicación pasaron a estas partes, Dios todopoderoso lo sabe, que yo no sé que sobre esto me crea más de que, a mi creer, si fuera apóstol, obrara con el poder de Dios su predicación en estas gentes, que son simples y de poca malicia, y quedara reliquia dello o en las Escrituras Santas lo halláramos escrito; mas lo que vemos y entendemos es que el Demonio tuvo poder grandísimo sobre estas gentes, permitiéndolo Dios; y en estos lugares se hacían sacrificios vanos y gentílicos; por donde yo creo que hasta nuestros tiempos la palabra de Santo Evangelio no fue vista ni oída; en los cuales vemos ya del todo profanados sus templos y por todas partes la Cruz gloriosa puesta. Yo pregunté a los naturales de Cacha, siendo su cacique o señor un indio de buena persona y razón llamado don Juan, ya cristiano, y que fue en persona conmigo a mostrarme esta antigualla, en remembranza de cuál Dios habían hecho aquel templo, y me respondió que de Ticiviracocha. Y, pues tratamos deste nombre de Viracocha, quiero desengañar al lector del creer que el pueblo tiene que los naturales pusieron a los españoles por nombre Viracocha, ques tanto decir como espuma de la mar; y cuanto al nombre es verdad, porque vira es nombre de manteca, y cocha de mar; y así, pareciéndoles haber venido por ella, les habían atribuido aquel nombre. Lo cual es mala interpretación, según la relación que yo tomé en el Cuzco y dan los orejones; porque dicen que luego que en la provincia de Caxamarca fue preso Atahuallpa por los españoles, habiendo habido entre los dos hermanos Huascar Inca, único heredero del imperio, y Atahuallpa, grandes guerras y dádose capitanes de uno contra capitanes de otro muchas batallas, hasta que en el río de Apurimac, por el paso de Cotabamba, fue preso el rey Huascar y tratado cruelmente por Calicuchima, sin lo cual el Quisquiz en el Cuzco hizo gran daño y mató, según es público, treinta hermanos de Huascar e hizo otras crueldades en los que tenían su opinión y no se habían mostrado favorables a Atahuallpa; y como andando en estas pasiones tan grandes hobiese, como digo, sido preso Atahuallpa y concertado con él Pizarro que le daría por su rescate una casa de oro, y para traelle fuesen al Cuzco Martín Bueno, Zárate y Moguer, porque la mayor parte estaba en el solene templo de Curicancha; y como llegasen estos cristianos al Cuzco en tiempos y coyunturas que los de la parte de Huascar pasaban por la calamidad dicha y supiesen la prisión de Atahuallpa, holgáronse tanto como se puede significar; y así, luego, con grandes suplicaciones imploraba(n) su ayuda contra Atahuallpa su enemigo, diciendo ser enviados por mano de su gran dios Ticiviracocha y ser hijos suyos; y así luego les llamaron y pusieron por nombre Viracocha.
Y mandaron al gran sacerdote, como a los demás ministros del templo, que las mugeres sagradas se estuviesen en él, y el Quizquiz les entregó todo el oro y plata. Y como la soltura de los españoles haya sido tanta y en tan poco hayan tenido la honra ni honor destas gentes, en pago del buen hospedaje que les hacían y amor con que los servían, corrompieron algunas vírgenes y a ellos tuviéronlos en poco; que fue causa que los indios, por esto y por ver la poca reverencia que tenían a su sol y cómo sin vergüenza ninguna ni temor de Dios violaban sus mamaconas, que ellos tenían por gran sacrilegio, dijeron luego que la tal gente no eran hijos de Dios, sino peores que Supais, que es nombre del Diablo; aunque, por cumplir con el mandado del señor Atahuallpa, los capitanes y delegados de la ciudad los despacharon sin les hacer enojo ninguno, enviando luego el tesoro. Y el nombre de Viracocha se quedó hasta hoy; lo cual, según tengo dicho, me informaron ponérselo por lo que tengo escripto y no por la significación que dan de espuma de la mar. Y, con tanto, contaré lo que entendí del origen de los Incas.