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obra
Durante los veranos pasados en la región del lago Atter, Klimt se sentía atraído por los paisajes de los alrededores y en alguna ocasión nos presentó el interior de una granja como en este caso. No es habitual que en estos paisajes aparezcan figuras, por lo que estamos ante una obra cargada de originalidad. Utilizando un estilo vinculado con el impresionismo, Klimt nos muestra las vacas en el establo para interesarse también por efectos lumínicos y atmosféricos. La luz penetra por la puerta y la ventana del fondo y provoca el brillo en las briznas de paja y el cuerpo de la vaca que contemplamos en primer plano, quedando la zona de la derecha en penumbra. Esta potente iluminación de la mañana crea un sensacional efecto atmosférico que diluye los contornos y envuelve las figuras en aire, recordando a los últimos trabajos de Velázquez, uno de los pintores más admirados por Klimt. La composición se organiza a través de una diagonal en profundidad formada por los abrevaderos, dividiendo en dos zonas el espacio, una en penumbra y otra iluminada. Las pinceladas son rápidas y muy diluidas, contrastando con otras obras pintadas en estos momentos como la Judith I, por lo que podemos considerar estos trabajos como ejercicios experimentales.
obra
Iniciador de la Escuela de Barbizon, Rousseau, junto con otros pintores coetáneos, promocionaría esa región y los bosques de Fontainebleau como fuente de inspiración pictórica, hasta el punto de inducir á la generación más joven -la de los impresionistas- a desplazarse con asiduidad a dichos parajes. Basándose siempre en el paisaje real, Rousseau manifestaría una especial predilección por la representación de grandes árboles aislados situados en las lindes de esos bosques.
obra
Los pintores animalistas holandeses se mostraron en general más preocupados por la observación y la figuración naturalista del animal que por su posible carga poética. Paulus Potter será uno de los maestros más significativos en esta temática. Sus obras están caracterizadas por la atmósfera luminosa y pretendidamente bucólica en la que situó a sus caballos, toros o vacas como podemos comprobar en esta obra, en la que la luz ocupa también un papel destacado, en sintonía con las obras de Salomon van Ruysdael.
Personaje
Llegó al Río de la Plata en la expedición de Pedro de Mendoza en 1536, dentro del grupo de veinte mujeres del que hablan los cronistas. Estuvo presente en la fundación primera de Buenos Aires.
Personaje Militar Político
Como oidor de la Audiencia de Santo Domingo fue enviado en 1536 a Cartagena de Indias para llevar a cabo el juicio de residencia de Pedro de Heredia. Destituyó al gobernador y continuó sus actividades exploradoras, enviando diversos grupos a la búsqueda de metales tanto al sur como al oeste de la región. El mismo se dirigió al Cenú en busca de oro y plata y en 1538 hacia Santa María la Antigua del Darién, penetrando en los Andes y llegando hasta Cali donde fue hecho prisionero por Sebastián de Belalcázar. Su cargo de gobernador será ocupado por su propio juez de residencia, Juan de Santa Cruz.
Personaje Pintor
contexto
Váez de Torres y el descubrimiento de Australia A la mañana siguiente que alejó a la Capitana, debido a un temporal, Váez de Torres escribe en su diario: La salí a buscar haciendo las diligencias debidas; era imposible hallarles, pues ellos no iban por el camino ni voluntad derechas; así me hube de volver a la bahía por ver si acaso volvían a ella48. En la bahía permanecen quince días, esperando el regreso de Quirós. En el ínterin, el capitán Prado de Tovar inicia la serie de mapas y dibujos de los naturales, que tanta trascendencia tendrán49. Todos tienen la impresión de que han sido abandonados a su suerte. Por otra parte, la Capitana se ha llevado la totalidad de los bastimentos, pues llevaba el almacén de la escuadra, a excepción de pan y agua. A pesar de la opinión contraria de muchos de sus oficiales, Torres decide seguir el cumplimiento de las instrucciones que le dio Quirós al partir de El Callao. Será esta observancia la que llevará a cosechar los mejores laureles, con el descubrimiento del estrecho que lleva su nombre, y que separa la isla de Nueva Guinea de Australia50. Intenta reconocer la Tierra del Espíritu Santo, y pronto se da cuenta de que es una isla montuosa, y como hacia el sudoeste no encontró señales del pretendido continente, viró hacia el noroeste, topando días después con Nueva Guinea: No la pude montar por la banda de Leste, así la vine costeando al oeste, por la parte sur. De esta forma tan simple comienza Torres a describir uno de los más grandes descubrimientos geográficos de la época. A lo largo de la costa, alineándose frente a ésta, existen multitud de islas y arrecifes innumerables. Hacen algunos desembarcos y describen y dibujan a sus gentes y armas. Pasarán varias jornadas atravesando propiamente el estrecho y conociendo sus islas. Entre ellas, el remate de la península de York, Australia. El conocimiento de las gentes de las islas questán a la parte del Sur de Nueva Guinea nos lo prueba el dibujo testimonial de Prado de Tovar. Accidentalmente si se quiere, acaban de descubrir Australia. Las dos naves prosiguen su ruta hacia Manila, llegando a las primeras islas de Insulindia, donde trafican poco con mahometanos, porque los rescates los llevaba la Capitana. Cuado llegan a las Molucas se enteran de la presencia holandesa en los mares del Sur, y colaboran en sofocar una rebelión de moros en la isla de Vachan. En Tarnate dejan el parage y a veinte hombres. Ya en Manila, no se le presta atención ni ayuda, por lo que escribe amargamente al rey, en carta de 12 de junio de 1607, haciéndole relación puntual de lo descubierto, y que hoy publicamos. La relación de Váez de Torres no sirvió para nada, sino en todo caso para embrollar más la situación de Quirós en Madrid. Siete años después, desde Goa, el 25 de diciembre de 1613, el capitán Pedro Tovar escribía a Felipe III y a su secretario Arostegui sendas cartas, en las que tras enviar sus mapas y dibujos insistía en que no debían fiarse de Quirós. Al parecer, el descubridor del estrecho, Torres, ya había fallecido.
contexto
Había grupos de marginados, entre los que destacaban los mendigos locales y los "mendigos forasteros" o vagabundos, que eran mayores o menores según cada localidad. Los primeros constituyen los llamados en la época pobres naturales de cada lugar, personas incapaces para trabajar por razones "justificadas": orfandad, viudez, enfermedad grave o vejez. En algunas monografías, como la de Camacho para la zona noreste de Badajoz, la denominada Siberia extremeña, se ha cuantificado el número de pobres "de solemnidad". En esta comarca el 3,8% de la población vive de la caridad pública. Como señala el autor, muchos de ellos son familia de jornaleros a las que, por una u otra razón, falta el cabeza de familia o incluso aquellas que deben vivir a expensas de sus convecinos por no alcanzar aquél el mínimo de jornales para alimentar a su familia. El Censo de 1860 hace un recuento de los pobres de solemnidad que había en España y concluye con una cifra cercana a las 263.000 personas de las que el 68% eran mujeres, viudas en su mayoría. Las mujeres de jornaleros y otros grupos sociales sin patrimonio que enviudaban a cierta edad no tenían otra salida que la mendicidad. Era consecuencia de una sociedad sin ningún tipo de seguridad social y en la que las instituciones benéficas (eclesiásticas o no) habían sido descapitalizadas, o sencillamente suprimidas en el caso de los religiosos. Una categoría especial de personas, la mayor parte de las veces tipificados como mendigos y otras como vagos, son los enfermos. En 1860 se censan 75.000 (64.000 ciegos e imposibilitados y 11.000 sordomudos). Los vagos (vagabundos) eran inadaptados sociales, frecuentemente ociosos que se confundían con los enfermos mentales y borrachos que pululaban por los pueblos españoles. La legislación represiva incluía desde los delincuentes, falsos romeros, gitanos, hasta aquellos que compartían su vida entre las botillerías, los caminos y la calle. Eran en conjunto de 100.000 a 200.000 personas, según los diversos autores recopilados por Rosa Pérez Estévez. Si bien algunos miles vivían en las ciudades (especialmente Madrid), la mayoría habitaba en medios rurales (en una proporción de siete a uno), sobre todo en la España del sur, aunque sin vecindad fija. Frente a ellos, como señala Domínguez Ortiz, hubo dos respuestas: - La del clero, especialmente los religiosos, que ejercían la caridad a través de las múltiples instituciones hospitalarias y benéficas, la alimentación (la "sopa boba") y la limosna. - El Estado, que optó por utilizarlos como soldados y trabajadores de obras públicas a través de las periódicas levas forzosas. Otros marginados eran personas cuya situación estaba controlada por la sociedad, en la medida que se encontraban recluidos en centros públicos o privados, pero no por ello se encontraban más al margen de ella. Son, por ejemplo, presidiarios, enfermos en hospitales y expósitos.
Personaje Escultor
Escultor, probablemente de origen nórdico, se estableció en Becerril de Campos. Desde allí, difundió su obra por la zona de Valladolid y Palencia. Parte se su obra está realizada en piedra, como el sepulcro de Leonor de Castilla en Calabanzos o los de los Núñez de la Serna en la iglesia de Santiago de Valladolid. Sin embargo, su obra está compuesta mayoritariamente por imaginería devocional, entre las que destaca la María Magdalena del retablo de la catedral de Palencia, el púlpito de la colegiata de Ampudia, los Doctores de la Iglesia del Museo Diocesano de Valladolid y una extensa serie de Vírgenes con el Niño.