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obra
Los maestros del Realismo utilizaban como modelos a personajes de la clase trabajadora. Esto lo aprendió Toulouse-Lautrec durante su aprendizaje en los estudios de Bonnat y Cormon, por lo que para esta imagen emplearía a Carmen Gaudin como modelo, cuya cabellera roja tanto gustaba al pintor. Se trata de un boceto realizado de manera rápida, como atestiguan las pinceladas y el abocetado de la parte baja de la tabla. A pesar de ser un estudio previo, Henri ha conseguido captar perfectamente la belleza y la tristeza de la joven modelo. Daumier, el gran maestro del Realismo junto con Courbet, también había utilizado en alguna ocasión la temática de las planchadoras, de igual manera que hará Degas.
obra
En la década de los 90 Degas vuelve a retomar la temática de las planchadoras para protagonizar sus lienzos. De esta manera enlaza de nuevo con el Realismo de Courbet o Daumier al abandonar sus escenas intimistas y presentarnos la realidad del duro trabajo de estas mujeres. La planchadora aparece en primer plano, en una zona de sombra por lo que resulta totalmente no identificable. Se afana en quitar las arrugas a una gruesa tela, similar a un brocado, sobre un planchador. Al fondo se abre una puerta con dos hojas por la que penetra la escasa luz que ilumina la estancia, obteniéndose un especial contraste lumínico entre el fondo y el primer plano. El planchador forma un ángulo de 90 grados con la mesa, igual que ocurría en La absenta, siendo similar la organización de elementos rectangulares en el fondo en ambas imágenes. También aquí emplea una doble perspectiva: frontal para la figura y alzada para el planchador, anticipándose a Picasso. Los tonos oscuros dominan la composición, destacando la tonalidad del visillo blanco al ser iluminado por una luz de atardecer. Los marrones, azules y naranjas contrastan con este tono y con el blanco "sucio" de la pared. Comparada con Mujeres planchando, resulta sorprendente la tristeza que embarga a esta mujer, a la que hemos sorprendido en su duro trabajo.
Personaje Científico
Tras formarse en las universidades de Munich y Berlín e impartió clases en los dos centros. Su gran aportación a la ciencia fue sentar los cimientos de la denominada física cuántica. Planck formuló el siguiente enunciado en relación con este tema: "la energía de oscilación electromagnética que emana de un manantial calorífico no es continua, sino que está dividida en porciones elementales, en quantos. Sólo aceptando esta hipótesis se puede comprender la distribución de energías en el espectro". Gracias a este descubrimiento sentó las bases de la física moderna. En 1918 fue premiado con el Premio Nobel de Física. Un año después de su muerte se creó el Instituto Max Planck en su honor.
Personaje Pintor
En 1918 Planells se instala en Barcelona para realizar estudios de grabado y en 1920 regresa a su pueblo, Cadaqués, donde conoce a Dalí. A finales de la década de los veinte comienza a desarrollar obras surrealistas, convirtiéndose en uno de los pintores más cercanos a la estética daliniana. Tras algunos intentos cubistas se incorpora al movimiento surrealista en 1928, momento en el que exhibe su obra en la exposición colectiva de la inauguración temporal de las salas Dalmau. Al año siguiente, Dalí le presenta a Magritte, cuyo cuadro Tempestad amenazante le afecta profundamente.En 1929 participa en la Exposición de Arte Abstracto y en la Exposición de Arte Moderno Nacional y Extranjero, ambas en las Galerías Dalmau, galería que al año siguiente presenta su primera muestra individual. Después expone en el Ateneo de Arenys de Mar y colabora en la revista "Recull", donde aparece su pequeño manifiesto: "Críticos inefables". En 1931 ilustra para José María Hinojosa "La sangre en libertad".Sus siguientes actuaciones individuales se celebran en la Galería Syra (1932) y en la Galería Catalònia (1934). Dos años después participa en el Primer Salón de la Asociación de Artistas Independientes y en la Exposición Logicofobista, ambas celebradas en Barcelona, y en la muestra Internacional del Surrealismo en Londres (1936), donde se ilustra uno de sus cuadros Migdia penos (1932).Durante la guerra civil española su actividad internacional se detiene y tras ésta sus pinturas siguen un camino más convencional. En 1947 preparó un libro de poemas cuyo prólogo estaba realizado por su amigo Salvador Dalí.
fuente
En 1941, mientras Inglaterra en solitario resistía el acoso alemán con la única ayuda material de Estados Unidos, una delegación británica acudió a Washington en los meses de febrero y marzo para llegar a acuerdos de ayuda mutua en materia no sólo económica, sino también militar. Los planes ABC, firmados antes del ataque japonés a Pearl Harbour del 7 de diciembre, y, por tanto, cuando aun Estados Unidos era oficialmente neutral, estipulaban que, en caso de que la guerra obligase a abrir un segundo frente en el Pacífico como consecuencia de una posible agresión japonesa, el primer objetivo a batir debería ser Alemania, disponiendo todos los medios necesarios de ambos aliados para lograr ese fin. Posteriormente, una vez conseguido, el objetivo habría de ser la derrota de Japón.
contexto
Conscientes de la importancia vital de asegurarse el control aéreo en el medio oceánico, el Japón planeó la destrucción de los aviones enemigos en tierra y la ocupación de los aeródromos. Era esencial, pues, utilizar el factor sorpresa: golpear con rapidez y eficacia sobre los objetivos previstos, destruyendo las líneas medulares de las defensas enemigas antes de que estos pudieran reaccionar. Un primer problema se presentaba en Filipinas donde, al salir el sol cinco horas más tarde que en Pearl Harbor, los americanos ya estarían advertidos del ataque japonés, lo que les daría tiempo para preparar sus defensas. Conseguida la supremacía aérea y la destrucción de las flotas enemigas, el paso siguiente sería la ocupación de las bases en tierra suficientes para desarrollar las operaciones de ocupación del resto del territorio. El Mando japonés calculaba que las defensas aliadas no podrían hacer frente a la arrolladora "blitzkrieg" japonesa, tomando Manila al cabo de 50 días, Singapur a los 100 y las Indias holandesas a los 150 días. Los objetivos japoneses eran la ocupación y el asentamiento en una extensa área por el Pacífico y Asia, especialmente Tailandia, Malasia, Filipinas y las Indias holandesas. Para ello, la Marina Imperial debería jugar un papel fundamental, como apoyo de todas las operaciones. Se contaba ya con que la Flota norteamericana, una vez iniciadas las hostilidades, llegaría a Filipinas para apoyar a los países atacados. A partir de ese momento, sufriría el hostigamiento de los buques y submarinos japoneses anclados en las Marshall y las Carolinas, antes de que la superior Flota japonesa diese el golpe final. El optimismo previo, del que Tojo y su grupo de generales eran el mayor exponente, se vio frenado por las reservas del almirante Yamamoto, quien confiaba en lograr un cierto éxito inicial gracias al factor sorpresa y a la excelente preparación técnica y material japonesa, pero conocía la capacidad industrial norteamericana y preveía una larga y costosa guerra con los Estados Unidos. Llegado este momento, pensaba, el Japón podría negociar una paz ventajosa una vez asentado en los territorios ocupados. El único problema radicaba en que, para asegurar el éxito de este plan, la Flota americana del Pacífico debía ser destruida. En los primeros días de diciembre de 1941 dieron comienzo las operaciones previas a la gran expansión japonesa. El día 4, a las cinco y media de la madrugada, salieron de Hainan en dirección a Sengora, Pattani y Kota Bahru 19 buques de transporte con 26.000 soldados. Un día después salieron siete navíos más hacia las costas de Tailandia, al tiempo que la División de los Guardias Imperiales se preparaba para comenzar su avance desde Indochina hacia Tailandia y Malasia, para apoyar los desembarcos. Inmediatamente después de ser conocido el éxito del ataque sobre Pearl Harbor despegarían los aviones desde Formosa hacia Filipinas. En aquélla, como en Okinawa y las Palaos, estaba preparado el ejército 14 para desembarcar en los lugares previstos tras la realización de varias incursiones aéreas. En China, comenzaría el avance del Ejército 38 hacia Hong-Kong, mientras que las fuerzas diseminadas por el Pacífico deberían ocupar Guam, Wake y las Gilbert. Las órdenes preliminares habían sido impartidas por el Mando meridional el 15 de noviembre. Las definitivas fijaban el ataque para el día 8, denominado en clave "día X", siendo comunicadas por Tokio el 2 de diciembre. Entretanto, la flota de Nagumo se había reunido en las Kuriles el 22 de noviembre.
contexto
A comienzos de los años sesenta, un distinguido historiador norteamericano, Lloyd C. Gardner, observaba que en la bibliografía sobre la Segunda Guerra Mundial había escasa preocupación por analizar el peso de los factores económicos en el conflicto y lo atribuía a una reacción contra los excesos del determinismo económico en la historiografía. Veinte años más tarde, tal afirmación no podría realizarse. La renovación de planteamientos metodológicos permitía desarrollar una percepción mucho más afinada del papel que el sustrato económico desempeñó en la conducción de la política internacional durante el segundo conflicto mundial. Aquí, sólo se hará referencia a un aspecto concreto con él relacionado: los esfuerzos realizados durante la guerra para establecer un ordenamiento económico posbélico que se extendiera a la mayor parte de la economía occidental. Aunque no todos los esfuerzos florecieron, cabe señalar que de no haber sido por ellos (y por la reorientación de la política económica internacional norteamericana que llevó al Plan Marshall) el mundo de la posguerra hubiera sido muy diferente. Todavía hoy la escena económica mundial está influida por las consecuencias de aquellos planteamientos. Uno de los aspectos en que la Segunda Guerra Mundial demostró ser diferente a la primera fue en la existencia de una cuidadosa planeación para configurar las relaciones económicas internacionales en el período posterior al conflicto bélico. Quizá el término planeación evoque una estructura de reglas y principios imperativos que encorseten la actuación de los agentes económicos. Pero no se emplea aquí en tal acepción. La planeación aspiraba a crear un orden convenido (es decir, pactado) que estableciese los principios generales a que deberían atenerse las transacciones económicas internacionales, es decir, entre espacios económicos sometidos a soberanías distintas. Este orden se institucionalizaría orgánicamente, en cuanto que descansaría en agencias especializadas con capacidad de intervención y vigilancia. Sería, por último, un orden multilateralizado, en el cual participarían los países que lo desearan y estuviesen dispuestos a seguir principios y reglas que fuesen patrones del buen comportamiento y de la cooperación de los agentes que actúan en la escena económica internacional. La combinación de estas tres características (orden convenido, institucionalizado y multilateralizado) fue una innovación extremadamente importante en la historia y economía mundiales.
Personaje Escultor
La obra de José Planes arranca de la tradición y el realismo para reducir los volúmenes hacia esquemas quintaesenciados, mostrando una clara impronta clasicista mezclada con tendencias de vanguardia, que busca en la simplicidad de la línea su rasgo característico, definiéndose así como el maestro indiscutible de la expresividad plástica que huye del artificio innecesario barroco. Entre sus mejores trabajos sobresale el Cristo yacente, premiado en la Exposición Nacional de 1951.
obra
El sepulcro de Sancho Saiz de Carrillo se encontró en la ermita de San Andrés de la localidad burgalesa de Mahamud, convirtiéndose en uno de las mejores muestras de la primitiva pintura castellana. En el Museo de Arte de Cataluña se conservan seis tableros de su decoración, apareciendo en cuatro de ellas apiñados grupos de figuras de ambos sexos llorando con ostensibles gestos de dolor, algunas de ellas con acentuados arañazos. Las figuras visten largas túnicas de tela decoradas con rayas negras sobre las tonalidades pardas de base. El fondo es de oro. Destaca el dibujismo de rostros, manos y cabellos así como la expresividad de los gestos.