El primitivo monasterio de Sahagún fue fundado bajo la advocación de los santos Facundo y Primitivo. Desde el primer momento recibió la protección de la nobleza y de la monarquía, adquiriendo pronto un importante prestigio. Por esta razón fue el cenobio elegido por el rey Alfonso VI para convertirse en baluarte de la reforma religiosa emprendida en Castilla en la segunda mitad del siglo XI, reforma auspiciada por el papa Gregorio VII. La comunidad fue puesta bajo mandato de los monjes cluniacienses, si bien nunca el monasterio dependió jurisdiccionalmente de Cluny. Desde ese momento se sentaron las bases para la amplia expansión territorial del monasterio. Incluso el propio Alfonso VI estableció allí su corte durante los meses de invierno y eligió su iglesia para ser enterrado, rechazando el panteón de San Isidoro de León. De esta manera, el monasterio de San Benito de Sahagún se convertirá en uno de los más importantes del reino. Una amplia iglesia se empezó a construir en el siglo XIII, finalizándose en los últimos años de la centuria. Junto a la nave septentrional se encontraba la capilla de San Benito, levantada en 1186 y posteriormente dedicada a San Mancio. En los siglos XVII y XIX se realizaron importantes reformas en el templo, reformas que cambiaron su fisonomía primitiva. Por desgracia, la Desamortización del siglo XIX fue especialmente agresiva contra este conjunto monástico, quedando en la actualidad escasos restos: la mencionada capilla de San Mancio, la gran portada meridional -denominada Arco de San Benito- por la que hoy transita una calle y una de las torres, que se salvó gracias a que en ella se ubicó el reloj de la villa. Las excavaciones realizadas han sacado a la luz el panteón donde descansaban los restos de Alfonso VI, sus esposas y buena parte de sus principales nobles, como atestigua la lauda sepulcral del hijo de don Pedro Ansúrez, conservada en el Museo Arqueológico Nacional.
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monumento
El monasterio de San Cugat del Vallés fue una fundación benedictina, levantada sobre una antigua fortificación romana. Esta nueva fundación se convertirá en el monasterio más importante del condado de Barcelona. Ya en el siglo X, la abadía de Sant Cugat dominaba un amplio territorio que se extendía por las cercanas comarcas del Vallès, el Penedès y el Bages. En el siglo XI, el monasterio se convertirá en pieza clave de la repoblación y un importante centro cultural benedictino, al tiempo que pasaría a ser un importante señorío feudal. La población se fue construyendo alrededor de las dependencias monásticas. El conjunto del monasterio consta de la iglesia, el claustro y el palacio abacial. La iglesia se construye entre los siglos XII y XIV pero tiene numerosos añadidos de épocas posteriores, hasta el Barroco. Consta de tres naves rematadas en su correspondiente ábside. La fachada es de estructura gótica, con un gran rosetón central y dos laterales. Quizá lo más atractivo del conjunto monástico sea el claustro románico, realizado durante los siglos XI-XII bajo la dirección del maestro Arnau Gatell. Sus 72 pares de capiteles están decorados con temática profana, religiosa o decorativa. Alrededor del claustro se sitúan la sala capitular y las dependencias monásticas. El sobreclaustro es renacentista, fechado en el siglo XVI. El conjunto monástico estuvo rodeado de una muralla y torres de defensa.
monumento
Situado en la Rúa dos Castihleiros, se trata de una fundación realizada durante la peregrinación de San Francisco a Compostela. Su claustro principal conserva sólo cinco arcos originales, y en uno de sus capiteles está representado San Francisco. Existe además otro claustro, también de orden dórico, así como otras dependencias monacales, como el herbario y una excelente biblioteca. El diseño de su iglesia es obra de Simón Rodríguez, correspondiendo la fachada y las torres a Melchor Prado Mariño. José Rodríguez es el autor del altar mayor, en el que sobresale una imagen de San Francisco realizada en el año 1783 por José Ferreiro, los símbolos franciscanos y la leyenda "Bene fundata est Domus Domini, anno 1783". Durante algún tiempo, hasta que fue robado, se guardó en el madrileño monasterio de San Lorenzo de El Escorial el documento de fundación de este monasterio, redactado por San Francisco y regalado por los monjes benedictinos a Felipe II. En 1926 se erigió un monumento a modo de crucero en memoria del santo titular del monasterio, realizado por Francisco Asorey.
museo
Fundado en el siglo XIV por Guzmán el Bueno, el monasterio guarda en su interior extraordinarias obras de arte de los siglos XVII y XVIII, entre las que destaca el gran retablo de Martínez Montañés.
obra
El Monasterio de San Jerónimo se inicia en estilo gótico bajo el patronazgo de los Reyes Católicos pero en 1523 Carlos V cedió la capilla mayor de la iglesia a la duquesa de Sesa para que estableciera en ella su propia sepultura y la de su marido, don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.