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El patio de los Leones de La Alhambra responde a la tipología persa de patio de crucero, con la fuente en el centro, cuyas cuatro zonas de jardín se han desnaturalizado para permitir la masiva visita turística. El patio se rodea de pórticos en sus cuatro lados con dos pabellones avanzando en los lados cortos. Los doce leones de mármol, reaprovechados de un palacio anterior, responden a la tradición plástica cordobesa de los siglos X-XI. La taza se decora con un poema de Ibn Zamrak, que explica su mecanismo de funcionamiento, valores estéticos y simbolismo (el agua, don del sultán, se derrama sobre sus leales súbditos).
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El más importante y conocido de los jardines de la Alhambra es el llamado de los Leones por los que sostienen en alto la taza de su fuente; hoy sabemos que, además de alguna modificación cristiana, la parte más antigua de esta fuente procedía del palacio del judío Ibn Nagrella, del siglo XI y fue aprovechada en las obras de época de Muhammad V, del XIV; el esquema se basa en las salas perimetrales y las galerías que lo convierten en un claustro, cuyos lados cortos muestran unos pabellones salientes de compleja estructura columnada. Cuatro fuentes rasantes signan los rincones del patio, mientras otras cuatro, situadas en las salas de los lados cortos y en los pabellones, forman el crucero de agua en cuyo centro se sitúa la sobreelevada fuente.
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Es en el Palacio de Comares donde se ubica la famosa Torre de Comares y el patio de la Alberca o de los Arrayanes. El Patio de los Arrayanes es un espacio de planta rectangular con una gran alberca en el centro. En él se realizaban grandes recepciones y era el sitio en el que las personalidades aguardaban a ser recibidos por el sultán. En el Patio, el agua de la alberca conseguía maravillar a los visitantes con un espectacular efecto de espejo, que reflejaba los arcos y la Torre de Comares, haciendo de la construcción un palacio flotante
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Desde el Mexuar de la Alhambra se pasa a otro patio llamado del Cuarto Dorado por el palacio nazarí situado al norte del mismo, una estancia que fue muy reformada en época de Fernando el Católico. Al fondo observamos la fachada de Comares, muy restaurada en el siglo XIX. Se sitúa sobre una grada con tres peldaños en mármol blanco y está decorada con atauriques en orden creciente. Fue realizada para conmemorar la toma de Algeciras por Muhammad V en 1369. La disposición con dos puertas es bastante atípica, aludiéndose a ella en la inscripción que decora la fachada: "Mi posición es la de una corona y mi puerta una bifurcación: el Occidente cree que en mí está el Oriente. Al-Gani bi-llah me ha encomendado franquear el paso a la victoria que ya se anuncia. Y yo espero su aparición igual que los horizontes introducen el alba. Embellezca Dios sus obras como bellos son su aspecto y su carácter". Grabar considera que esta fachada "es demasiado grande y demasiado elaborada para ser un simple paso, desequilibrada desde el punto de vista de la composición en relación con el pequeño patio que la precede y carente de una clara función visual, aunque las inscripciones subrayen su posición como encrucijada dentro de la organización interna del palacio".
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La vista a los palacios nazaríes de la Alhambra se inicia a través de este patio de planta cuadrangular.
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Este pequeño patio de la Alhambra recibía antiguamente el nombre de patio de la Mezquita, sin ninguna razón aparente ya que la mezquita se alzaba donde ahora se levanta la iglesia de Santa María de la Alhambra. En el lado sur del patio destaca la impresionante fachada mientras que en el opuesto encontramos el acceso al cuarto dorado, precedido de una galería.