La transformación del gusto que se experimentó en la pintura española durante la segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por la figura de Mariano Fortuny. La proyección de su obra fue asombrosa, cosechando una inesperado éxito, tanto en España como en París o Roma. Por desgracia, su temprana muerte no le facilitó el ocupar un puesto destacado entre los grandes maestros de nuestra pintura, que le corresponde sin ninguna duda. Mariano Fortuny nació en la localidad tarraconense de Reus el 11 de julio de 1838, en el seno de una modesta familia. La epidemia de cólera que asoló Cataluña en la década de 1840 le dejó huérfano de madre a los once años, siendo recogido por su abuelo, llamado "Marianet de les Figures". Su primera formación artística se produce en Reus, de la mano de Domingo Soberano, quien le enseñó el manejo del óleo y la acuarela. También aprende con un platero miniaturista, con quien aprende la minuciosidad que caracterizará su futura pintura. El proceso formativo del joven artista continúa en Barcelona, donde es protegido por el escultor Domingo Tallarn. El siguiente paso será la matriculación en la Escuela de Bellas Artes de La Lonja. Sus maestros son los miembros del llamado Nazarenismo Catalán, que tenía puesta la mirada en la historia de Cataluña y en el Quattrocento italiano. Durante los cinco cursos que permaneció Fortuny en la Escuela aprendió un riguroso dibujo, una soberbia ejecución compositiva y las cuestiones relacionadas con el oficio. Los trabajos de este primer periodo están dedicados a la temática histórica, sagrada o mitológica, manifestando una acentuada influencia de los nazarenos. Gracias al cuadro sobre Ramón Berenguer III en el castillo de Foix consigue una pensión de la Diputación de Barcelona para trasladarse a Roma. El 19 de marzo de 1858 Fortuny llega a la Ciudad Eterna, donde sentirá una especial admiración por la pintura de Rafael, maravillándose con el Inocencio X de Velázquez. En octubre de 1859 estalla la guerra entre España y el sultán de Marruecos. La Diputación de Barcelona piensa en Fortuny como cronista para captar las hazañas de los soldados catalanes, dirigidos por el general Juan Prim. Africa va a suponer un nuevo aire para nuestro pintor, al sentirse encandilado por los ambientes, las luces y los personajes. Fortuny se libera de convenciones y academicismos, sintiéndose atraído intensamente por lo oriental. El final de la Guerra motiva el regreso del pintor a España, pasando por Madrid, donde visita el Museo del Prado, interesándose por las obras de los grandes genios de la pintura española. Su próximo destino será París; audirá los museos del Louvre, Versalles y Luxemburgo, sintiéndose atraido por la pintura de Delacroix. Podemos afirmar que el periodo de formación de Fortuny ha concluido. Desde 1860 Mariano se abre camino en los circuitos comerciales, aumentando rápidamente su prestigio. Desde el año siguiente está de nuevo en Roma, donde empieza a cosechar un importante triunfo con acuarelas y cuadritos. Los cuadros de batallas se le atragantan y regresa a Marruecos en 1862 para reavivar sus impresiones. En tierras africanas permanecerá dos meses. Las sensaciones que le emocionaron dos años atrás vuelven al espíritu del maestro, aunque no se inspiró lo suficiente para ejecutar los cuadros encargados. Se inicia ahora una época de continuos viajes entre Roma, París, Barcelona y Madrid conociendo a diversos artistas. En París Fortuny firma un contrato con el marchante Adolphe Goupil para vender los cuadros que elaborase, trabajando en una temática orientalista junto a cuadros de gabinete, obras de asuntos intranscendentes, realizados con un estilo minucioso y detallista, interesado por la luz, el dibujo y el color. Con estos cuadros, Fortuny arrasará en el mercado europeo y su patrimonio crecerá a medida que le lluevan los encargos. Fortuny se casa en la madrileña iglesia de San Ginés, el 27 de noviembre de 1867, con Cecilia Madrazo, belleza rubia hija del pintor Federico de Madrazo. El viaje de novios les lleva a Granada, donde nuestro artista se siente hechizado por la luz y el ambiente musulmán de la ciudad. Roma será la ciudad elegida por la pareja para vivir, abriendo un estudio al que acudían todos los artistas romanos y extranjeros; mientras Fortuny pinta incansablemente cuadritos y acuarelas que se vendían con suma facilidad y aumentaban su fortuna. En julio de 1869 Mariano se traslada con su familia a París. En la Ciudad de la Luz todos los literatos, artistas y aristócratas se disputan su amistad En 1870 los Fortuny regresan a España, pasando por Madrid y Sevilla para instalarse en Granada. Durante dos años el pintor residirá casi permanentemente en esta ciudad, sintiéndose tremendamente feliz. Allí pinta, hace cerámica y adquiere numerosos objetos para sus colecciones, admirando la luz y el color andaluz. En estos momentos se manifiesta por primera vez el debate artístico que definirá sus últimos años: Fortuny se encuentra metido en un increíble negocio que le resta mucha libertad creativa, ciñéndole a un determinado tipo de pintura sin problemas y de éxito fácil, deseando salir de ese círculo vicioso; pero el nivel de vida alcanzado le impide romper con el estilo que tanto éxito le granjea. Por eso, en sus últimos años cae en una depresión que motiva la realización de obras que suponen para él una vía de escape. Y es que Fortuny deseaba abrir nuevos caminos con su pintura, pero los encargos que le hacen son obras de gabinete y él necesita dinero para vivir. Se encuentra en un callejón sin salida. En mayo de 1872 vuelve a Roma con la intención de terminar sus encargos e instalarse definitivamente en Granada; dará los últimos toques a los cuadros que dejó en su la Villa Martinori y se los entregará a su marchante. En la venta de estas obras se obtuvieron precios jamás alcanzados por un pintor moderno, llegándose a pagar hasta 90.000 francos por un cuadro. Pero Fortuny iba cayendo progresivamente en un abismo de hastío y tristeza del que sólo sale pintando. Cada vez se aísla más porque no estaba contento consigo mismo, porque tenía sensación de fracaso al sacrificar el genio que apuntaba en sus esbozos marroquíes y en sus paisajes granadinos para satisfacer el gusto de los burgueses. El verano de 1874 lo pasará la familia Fortuny en la villa napolitana de Portici, animado el pintor por su paisaje marino y la luz mediterránea. Los trabajos elaborados en estos meses se llenan de alegría, enlazando casi con el Impresionismo. En octubre regresa los Fortuny regresan a Roma, cayendo el pintor enfermo el 14 de noviembre. Mariano Fortuny fallecerá en la Ciudad Eterna el 21 de noviembre de 1874, víctima posiblemente de la malaria, complicada con una dolencia gástrica motivada por el vicio de chupar los pinceles de la acuarela. Su entierro fue una auténtica apoteosis siendo sepultado en el cementerio romano de San Lorenzo Extramuros con su paleta, sus pinceles y su último dibujo. En el cortejo se pudo ver a una multitud de artistas llegados de todas partes. A pesar de sus 36 años, su estilo y su obra definen a Fortuny como un auténtico genio que pudo revolucionar la pintura española. Como bien dice E. Lafuente Ferrari, la culpa de que no lo hiciera "no sólo fue de él, sino de la sociedad de su tiempo". Y de la muerte, por supuesto.
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fuente
Lugar de reunión de un campamento militar romano, situado junto a la tienda del puesto de mando del general.
monumento
<p>Les Halles es uno de los barrios más animados y vivos de toda París y al que Emile Zola definió como "el vientre de París". En él surgía el mercado al por mayor de géneros alimenticios de la ciudad, diez pabellones de acero y hierro, trasladado a Rungis en 1969. A los pies de la iglesia gótica de St. Eustache surgía el Forum, más de 40.000 metros cuadrados de vidrio y aluminio, escaleras de mármol y mecánicas, que se desarrollan sobre cuatro niveles subterráneos alrededor de una plaza cuadrangular al aire libre. Fue inaugurado en 1979 en medio de una gran controversia, en el antiguo mercado de frutas y verduras, y sus creadores fueron Claude Vasconi y Georges Pencreac'h. Los niveles subterráneos 2 y 3 están ocupados por un gran surtido de tiendas, desde elegantes boutiques a grandes almacenes. En la planta de arriba hay hermosos jardines, pérgolas y pequeños pabellones. En la parte exterior se encuentran los edificios con forma de palmera de metal y cristal, que albergan el Pavillon des Arts y la Maison de la Poesie, centros culturales dedicados al arte contemporáneo y la poesía, respectivamente.</p>
acepcion
Resto o huella de plantas o animales preservado durante el tiempo gracias a su mineralización.
Personaje
Arquitecto
Empezó a estudiar arquitectura y urbanismo en su ciudad natal. Tras lograr la licenciatura en 1961, recibió la Beca Henry que le facultó para realizar un Master en Arquitectura en la Universidad de Yale. Su primer estudio de Arquitectura lo fundó en 1963, junto a Richard Rogers, Wendy Cheesman y Georgie Wolton. Los trabajos del grupo se prolongaron a los largo de cuatro años, bajo el nombre de Team 4. Ese mismo año fundó Foster Associates junto a Wendy Foster. Sus trabajos fueron siendo cada vez más considerados, aquiriendo un creciente prestigio en función de sus creaciones para uso residencial e industrial.Entre 1968 y 1983, Norman Foster trabajó con R. Buckminster Fuller, realizando edificios como el de la Reliance Control en Swindon, Reino Unido, obra de 1966. En principio su estilo busca la sencillez refugiándose en un cierto simplismo que huye de la decoración y el ornato. Más tarde, evoluciona de manera progresiva hacia la experimentación de la forma, que le lleva a incluir la curva en muchas de sus construcciones, y el uso heterogéneo y variado de materiales. De esta época, son edificios como la sede central de Willis, Faber & Dumas, en Ipswich (1975), caracterizado por una fachada de cristal en forma ondulada, o la terminal del aeropuerto de Stansted en Essex (1991), cuya forma alude a los primeros aeroplanos.Pronto la originalidad de sus edificaciones y la belleza formal que imprime en ellas le hizo acreedor de diversos premios, habiendo recibido a lo largo de su carrera más de 60. Presentados a concurso a lo largo de todo el Mundo, sus proyectos han resultado ganadores en catorce ocasiones.En 1992 la compañía Foster & Associates cambió de nombre, pasándose a llamar Sir Norman Foster & Partners, y experimentando una expansión que le ha llevado a abrir delegaciones en Berlín, Frankfurt, Hong Kong, Nîmes y Tokio.Exitoso en el terreno profesional, tiene a su cargo 180 trabajadores, entre arquitectos, delineantes, diseñadores y personal auxiliar.La nómina de edificios que llevan su sello es impresionante, todos caracterizados por un estilo propio que le hace ser el arquitecto más cotizado del momento. Es autor del centro Sainsbury de Artes Visuales de Norwich, de la Royal Academy of Arts de Londres, de la Torre de Collserola en España y del Carré d´Art de Nîmes. Ha trabajado también en Hong Kong, donde diseñó la sede central de la Hong Kong and Shangai Banking Corporation. Sobre este último proyecto, un edificio de 179 metros de altura construido en 1986, se cuenta la anécdota de que debió rectificar la orientación proyectada de la planta pues no contaba con el beneplácito de algunas creencias religiosas locales. Entre los varios encargos aceptados por su oficina, están las actuaciones en King's Cross y Greenwich (Londres), Nîmes, Cannes, Berlín, Duisburgo y Lüdenscheid y Rotterdam.Sus últimas realizaciones son también majestuosas, como las oficinas centrales del Commerzbak en Frankfurt, con 299 metros de altura, el aeropuerto de Chek Lap Kok en Hong Kong o el Musée de la Prehistorie en Gorges du Verdon (Francia).Actualmente, están en marcha proyectos de edificación de residencias unifamiliares en Alemania, Japón, Córcega y París. Norman Foster es ya un afamado arquitecto, que ha recibido los mayores galardones en la especialidad. Así, se le concedió en 1983 la Real Medalla de Oro de Arquitectura, siéndole otorgada la condición de Sir en 1990 con motivo del cumpleaños de Isabel II.Es titular también del Premio Mies van der Rohe, premio de arquitectura europea, que logró en 1991; la Medalla de Oro de la Academia Francesa de Arquitectura y el Arnold W. Brunner Memorial Prize, otorgado por la Academia de Artes y Letras de Nueva York.Conferenciante de prestigio, sus lecciones magistrales han sido escuchadas en numerosas universidades a lo largo del Mundo, al mismo tiempo que ha ejercidola docencia en Gran Bretaña y los Estados Unidos. También ha ejercido el cargo de vicepresidente de la Architectural Association de Londres y actualmente es miembro del consejo de educación y profesor examinador del Royal Institute of British Architects.Sus trabajos se exponen en las colecciones permanentes del MOMA de Nueva York y del centro Georges Pompidou de París, habiéndose exhibido también en Londres, París, Nueva York, Tokio, Madrid o Venecia, entre otras ciudades. Uno de sus últimos trabajos es la Daaewoo Tech Tower, de Seúl, que cuenta con 172 metros de altura. En 2010 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Artes.