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contexto
El mes de abril fue tan lluvioso como los anteriores. Las operaciones de desgaste se limitaron y el frente se mantuvo estable.El general Von Vietinghoff, un Junker de la vieja escuela, dos años menos que Kesselring, pero sin la tenacidad e imaginación del mariscal, se dispuso a seguir al pie de la letra las disposiciones del Führer para convertir Cassino en un nuevo, y esta vez, victorioso Stalingrado.Detrás de la Línea Gustav, miles de hombres fortificaron febrilmente la línea Adolf Hitler, conocida también como Dora. Pero Kesselring empezó a preparar secretamente la línea Gótica en los Apeninos, intuyendo que Cassino estaba dando ya sus últimas boqueadas.Enfrente, Clark mantenía el mando de su Ejército V, mientras Sir Oliver Leese hacia lo propio con el legendario VIII de Montgomery, ahora en Inglaterra, ocupándose de los preparativos de la operación Overlord, el desembarco en Francia.Los polacos del general Wladyslaw Anders y las tropas de Alphonse Juin se situaron en los puntos clave para la decisión final. En total, 21 divisiones aliadas, apoyadas a su vez por 11 brigadas, estaban listas para enfrentarse a 14 divisiones y tres brigadas alemanas.A una señal transmitida por la BBC desde Londres, una descomunal andanada de fuego proporcionada por 1.625 piezas de todos los calibres -sin incluir carros- se abatió, a las 23 horas del 11 de mayo, sobre todo el frente. En ese crucial instante Von Vietinghoff y Von Senger, jefe del 14.° Panzerkorps, que iba a recibir el choque definitivo, estaban ausentes, ambos de permiso en Alemania.Al alba, densas formaciones aéreas aliadas añadieron su martillero al convulsionado frente. En pocas horas las divisiones de Juin aplastaron a la División 71.? alemana -habría 100 supervivientes- y ocuparon los estratégicos montes Faito y Maio.Un poco más al Norte, la 1.? División Motorizada francesa de Brosset conseguía también la ruptura y, por Sant'Apollinare, alcanzaba el ansiado valle del Lin. Cassino estaba ya rodeado por el Sur. Cuando Vietinghoff y Senger regresaron, la suerte estaba echada.Los espectaculares éxitos de Juin apoyaron los esfuerzos ofensivos del 13.° Cuerpo británico de Kirkman, cuya misión era atravesar el Rápido y, tras el Gari, enlazar con los franceses por el Liri. Pese a unos primeros reveses sangrientos los anglo-indios lograron afianzarse y alcanzar la carretera Cassino-Pignataro.A la par, Juin#PINTOR, reuniendo una fuerza de ataque de 12.000 hombres de la 4.? marroquí y los temibles Goum, combatientes de las Kabylas y expertos implacables en la lucha de montaña, lanzó un nuevo y sorprendente ataque sobre el flanco derecho de Vietinghoff. Los montes Aurunci, que los germanos habían considerado inaccesibles para los anglosajones, no lo fueron para aquellos hombres de pardas chilabas, que subían a brazo las piezas de artillería por barrancos donde hasta se despeñaban los mulos.Los montes Petrella y Fageto caían ante la estupefacción germana y luego, por Ausonia y Esperia -donde la tensión y violencia de los combates pasados llevaría a los norteafricanos a cebarse despiadadamente sobre la población civil -, llegaban al monte Oro, enlazando con los carristas de Brosset.El cerco se estrechaba, pero el monasterio permanecía desafiante. Leese vio la ocasión de ahondar más el tremendo desgarrón en las líneas teutonas y envió hacia adelante el 1.° Cuerpo canadiense de Burns. Este lanzó un formidable empujón que, por Pontecorvo, le plantó delante mismo de las fortificaciones de la línea Dora.Cassino estaba a casi 40 kilómetros a sus espaldas. Sin embargo, en la abadía los paracaidistas seguían resistiendo. Pero ya subía hacia la cumbre la infantería polaca.
obra
La fama cosechada por Zurbarán en Sevilla motivó su llamada para trabajar en Madrid, concretamente en la decoración del monumental Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, donde trabajará al lado de Velázquez quién realizará para el mismo lugar el famoso cuadro de Las Lanzas. Zurbarán deberá realizar dos obras de historia, una de las cuales se ha perdido - "La expulsión de los holandeses de la isla de San Martín" - y diez cuadros sobre pasajes de la vida de Hércules destinados a las sobreventanas. La Defensa de Cádiz frente a los ingleses recoge un episodio de la historia contemporánea a Zurbarán. Las tropas inglesas, provistas de una poderosa flota comandada por Lord Wimbledon, se habían hecho fuertes en la torre del Puntal de Cádiz el 1 de noviembre de 1625. Don Fernando Girón, gobernador de la plaza, dictó las órdenes necesarias para la defensa de la ciudad a pesar de estar enfermo de gota. Las escasas tropas de la ciudad lograron resistir hasta la llegada de los refuerzos al mando del Duque de Medina-Sidonia junto a las milicias urbanas. Se consiguió levantar el campamento enemigo, obligándoles a la retirada, habiendo perdido previamente unos mil hombres. Así, en primer plano, vemos a Don Fernando Girón sentado en una silla a causa de su enfermedad, dictando las órdenes necesarias a sus capitanes. En el fondo, se aprecian las tropas españolas en tierra y el mar lleno de naves inglesas. Zurbarán consigue dar dosis de credibilidad a los personajes de primer plano al otorgarles realismo en sus gestos y un buen lujo de detalles a sus vestimentas. Pero en el fondo del cuadro muestra sus limitaciones, ya que apenas sabe dar sensación de profundidad y perspectiva, por lo que la escena se asemeja a una obra de teatro, con los personajes dispuestos en las tablas recortándose sobre la tramoya. Las limitaciones de Zurbarán son evidentes pero consigue una estampa memorable debido a su indudable talento.
contexto
A raíz de la muerte de Augusto se produjo una revuelta de las legiones de Germania y de Panonia. No protestaban contra el nuevo emperador; simplemente se quejaban de las malas condiciones de vida que los soldados estaban soportando (escasez de comida y de ropa, malos tratos de los centuriones, largo servicio seguido de un futuro incierto a su licenciamiento...). Tácito (Ann., I, 16-52) informa con detalle sobre estas revueltas. Druso, el hijo de Tiberio, tuvo el encargo de aplacar a las legiones de Panonia mientras el sobrino e hijo adoptivo, Germánico, llevó a cabo la pacificación de las legiones asentadas en la frontera renana. La revuelta de estas legiones, que terminó con la vida de varios centuriones a manos de los soldados y que fue aplacada por Germánico con métodos diversos y simultáneos (castigos, licencias, súplicas y promesas), no hubiera tenido tanta trascendencia si no hubiera sido por la peculiar forma aplicada por Germánico para hacer olvidar: sin previa declaración de guerra y sin motivos dados por los pueblos germánicos, el ejército romano cruzo el Rin y comenzó a devastar todo lo que encontraba a su paso hasta llegar al río Elba. Germánico estaba además actuando contra las decisiones de Augusto y del propio Tiberio de fijar la frontera en el Rin. Por otra parte, resultó una campaña militar infructuosa, que sólo condujo a alargar durante dos años una guerra terminada y a la pérdida de la vida de muchos soldados romanos para terminar volviéndose a fijar la frontera en el Rin. A pesar de todo, Tiberio concedió a Germánico la celebración de un triunfo sobre los germanos y le encomendó otras misiones de gran responsabilidad en Oriente. Allí, en representación del Estado romano, Germánico renovó el pacto con los partos y coronó a Zenón como rey de Capadocia, uno de los reinos clientes que protegían la frontera romana. Pero de nuevo Germánico, sobrepasándose en sus competencias, aprovechó su estancia oriental para visitar Egipto sin permiso del emperador; allí tomó medidas como la de bajar el precio del trigo para la población local, lo que no dejaba de ser políticamente irresponsable, por más que fuera humanitario, ya que Egipto era uno de los graneros básicos de Roma. El año 19 d.C., Germánico muere en Antioquía con síntomas de envenenamiento a juzgar por los contemporáneos. El gobernador de Siria, Cn. Calpurnio Pisón, y su mujer Plancina fueron acusados y condenados por tal muerte mientras el Senado a instancias de Tiberio decretaba los mayores honores en favor de Germánico. Otras intervenciones de Tiberio en Oriente permiten comprobar que introdujo matizaciones sobre la línea marcada por Augusto. Así, aplicó la medida de anexionarse la Comagene y Capadocia, hasta entonces pequeños reinos clientes. La intervención romana en Tracia es otro testimonio de la situación ambigua en que se encontraban estos pequeños Estados vasallos. Augusto había dividido Tracia en dos pequeños reinos al frente de los cuales puso a dos príncipes locales, Cotys y Rhaskypolis. Los conflictos entre éstos bajo el gobierno de Tiberio se resolvieron con la intervención romana, que puso al frente de uno de ellos a un personaje romano, Trebeleno Rufo; a su vez, para incrementar el control, Tiberio refundó una ciudad con su nombre. Las protestas locales fueron aplacadas con la intervención del ejército romano. Bajo el corto paréntesis del gobierno de Calígula, se volvió a la organización prerromana. Pero, poco más tarde, bajo Claudio, Tracia fue anexionada y pasó a formar parte del territorio romano. Los otros frentes de inestabilidad estuvieron en el norte de Africa, con la revuelta de Tacfarinas (17-24 d.C.) y con otra de menor entidad en las Galias (21 d.C.). Las dificultades económicas creadas al final del gobierno de Augusto fueron utilizadas para estimular los descontentos locales y las aspiraciones nacionalistas. Aplacadas militarmente ambas revueltas, la buena gestión económica de Tiberio puso unas bases más sólidas para la pacificación del Imperio y la implicación paulatina de los provinciales en la defensa del Estado. Los estudios arqueológicos y epigráficos están demostrando que, bajo el gobierno de Tiberio, se llevó a cabo una intensa labor constructiva en muchas ciudades provinciales, lo que refleja la mejora económica resultante de la nueva política imperial.
contexto
Parte de la dedicación de Adriano en sus viajes estuvo orientada a la consolidación de las fronteras. Cortó con la política expansionista de Trajano y se centró en cerrar sólidamente las fronteras del Imperio. En Britania (122-127), se construye la gran muralla de 127 km. entre Tyne y Solway, que separaba la Britania romana de Escocia. El área de los Campos Decumates, que contaba con varios fortines, es reforzada con muros de piedra y empalizadas de madera para la contención de los bárbaros. En Africa, crea una línea de fortines militares combinados con asentamientos urbanos para impedir el acceso de las tribus del desierto. Esta política defensiva refleja gráficamente la concepción de un Imperio culto, urbano y rico frente a un mundo de bárbaros, indiferenciados y ajenos. El peligro parto de Oriente queda resuelto por medio de negociaciones que conducen a que el ejército romano retroceda, dejando parte del territorio conquistado por Trajano a cambio de pactos de paz. Esta política antiexpansionista, criticada por algunos contemporáneos, era más económica que la de Trajano. El ejército se redujo en dos legiones, 28 en total como en época de Augusto. Se aceleró igualmente la provincialización de los reclutamientos; los soldados comenzaron a proceder mayoritariamente de áreas próximas a la del asentamiento legionario. Las tropas auxiliares (alae de caballería, cohortes de infantería o mixtas) tardaron más tiempo en adaptarse a estos criterios de reclutamiento. Y tampoco solían servir en su lugar de origen los cuerpos especiales o numeri. Adriano se adaptaba así a las peticiones de algunas provincias como la Hispania Citerior que se habían quejado de lo costosos que resultaban los excesivos reclutamientos, al impedir que los jóvenes pudieran dedicarse a actividades productivas. Tal política de pacificación y de ahorro de recursos produjo efectos tan favorables en el desarrollo económico de las ciudades como los ingresos extraordinarios obtenidos por Trajano con su política de conquista. La villa construida por Adriano en Tibur (Tívoli), cerca de Roma, es todo un símbolo de la visión universalista y del programa político de este emperador, dispuesto a crear un Imperio rico y pacífico en condiciones de poder disfrutar de la belleza artística. La villa recogía los modelos y soluciones arquitectónicos más variados del mundo griego, helenístico, egipcio y romano: "Edificó la villa de Tivoli de forma admirable y llamó a sus partes con nombres de los mas célebres lugares de sus provincias, como Liceo, Academia, Pritaneo, Canopo, Pecile, Tempe; y para no olvidar nada hizo imitar incluso los Infiernos", dice el autor de su biografía (SHA, Hadr., 26,5).
fuente
La importancia creciente manifestada por la Aviación a lo largo de la II Guerra Mundial, como se demostró muy especialmente en casos como la batalla de Inglaterra o los bombardeos aliados sobre Alemania, hizo que resultara necesario establecer mecanismos de defensa antiaérea lo suficientemente eficaces como para preservar, en la medida de lo posible, la mayor cantidad de vidas humanas y bienes materiales. La Defensa Pasiva, sistema de respuesta ante los ataques aéreos, conoció pues un desarrollo paralelo al que experimentó el Arma de Aviación durante la II Guerra Mundial. En todos los países afectados por la posibilidad de sufrir bombardeos enemigos, principalmente Gran Bretaña, Francia, Holanda, Bélgica, Grecia, Yugoslavia, Unión Soviética y Alemania, se establecieron mecanismos y estructuras de defensa para proteger a las poblaciones, los edificios, las fábricas o los lugares de valor estratégico. La Defensa Pasiva tenía como misión instruir a la población en las técnicas necesarias de protección antiaérea, crear un sistema de alerta que previniera con la antelación suficiente de los ataques enemigos, garantizar la seguridad de la población durante los bombardeos, proteger los edificios y bienes de valor y paliar los efectos del ataque, apagando los incendios, procurando asistencia médica, etc.