Entre las artes suntuarias riojanas sobresale la Cruz procesional de Mansilla de la Sierra, realizada en plata y decorada con los símbolos del Tetramorfos y elementos vegetales.
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monumento
A la salida de Roncesvalles, en la margen izquierda de la carretera, esta cruz de peregrinos despide al viandante con la fe puesta en Compostela y con la esperanza de no desfallecer en el esfuerzo que todavía le aguarda. Muchos rezaban ante tan significada cruz, esperando volver a rezar cuando regresaran por el mismo camino, lo que hubiera significado el cumplimiento de la meta en Santiago y de haber regresado, al menos hasta el lugar, sanos y salvos, que no todos lo conseguían, como lo demuestra la capilla funeraria del Sancti Spiritus.
monumento
Situada en las afueras de Monreal, en el camino de Garitoain, se puede ver todavía un crucero gótico - renacentista conocido como la Cruz de San Blas. Estos cruceros servían de "faros" a los caminantes para no perderse en su peregrinación hacia Santiago.
monumento
Esta cruz es la que da nombre al pueblo. Su historia se remonta a 1410, época en la que el Infante Don Fernando recibió las fuerzas mandadas por Per Afán de Ribera, procedentes de Sevilla, que además portaban la espada de Fernando III El Santo. Con motivo de este encuentro, el Infante se arrodilló y se humilló, jurando no envainar la espada hasta haber conquistado Antequera. Tras haberla tomado, regresaron y erigieron una cruz como conmemoración al juramento. A partir de ahí, se creó un convento y, posteriormente, la villa de Humilladero. Según cuenta la historia, los Reyes Católicos, a su paso hacia Granada, hicieron escala en Humilladero y se arrodillaron frente a la Cruz.
Personaje
Pintor
Las primeras tablas de Diego de la cruz le sitúan en Burgos, donde se le documenta entre 1482 y 1500. Se le supone de procedencia flamenca, colaborando como policromador de Gil de Siloe en varios retablos castellanos. Su estilo le sitúa entre los mejores creadores de la escuela hispano-flamenca, dentro del Gótico Español. En el Museo del Prado se conserva una tabla suya con un Cristo de Piedad.
monumento
Se trata de una cruz gótica a la que se aplicó una macolla de gusto renacentista. Está situada al borde de la antigua calzada.
obra
Aunque posee un título similar, esta obra religiosa personal no guarda una relación directa con La cruz en la montaña - Altar de Tetschen, salvo en cierta reiteración de los motivos y del tratamiento cromático. Fue realizado en 1812, un año en que, a causa de la guerra, Friedrich llevó a cabo escasas obras, por lo que padeció una notable estrechez económica. La iglesia presenta el frontón oriental de la Marienkirche de Neubrandenburg, la ciudad de sus padres, de la que Friedrich transformó con libertad la torre occidental. Como de costumbre, es un cuadro compuesto de varios motivos recogidos en sus dibujos anteriores. Los abetos proceden, por ejemplo, de un estudio realizado en junio de ese mismo año. La iglesia, sometida a su intención simbólica, aparece descontextualizada, aspecto que perdurará durante toda su vida, como se puede ver en Ruina de Eldena en el Riesengebirge, de 1834. Otro rasgo particular es la acentuada simetría y la enfática separación del primer plano y el fondo; la carencia de una perspectiva lineal, que se manifiesta en la sucesión de figuras planas y la ausencia de borrosidad en los elementos más "lejanos", fue ya duramente criticada con ocasión del Altar de Tetschen. Sin embargo, es parte configuradora del estilo de Friedrich. La obra descansa sobre dos grandes rombos: uno en primer término formados por las rocas, y un segundo formado por las iglesia gótica y los abetos entre la niebla. En la parte inferior de la composición se aprecian zonas de hierba y árboles muertos, símbolos cristianos de la humanidad antes de la llegada del Mesías. La fuente a los pies de la Cruz es un símbolo claro del bautismo. La conjunción de los abetos y las agujas góticas representa la unidad de los cultos a la patria alemana y a Cristo.