Tríptico de Perugia

En 1437, el obispo Giudalotti encargó a Fra Angelico la decoración de la capilla de San Nicolás de la iglesia de Santo Domingo de Perugia. El monje pintor tomó como modelo el Retablo de Cortona

Tríptico de Cortona

Entre 1430 y 1436 Fra Angelico realizó este retablo para la iglesia de la ciudad italiana de Cortona, encargado por el comitente local Tommaso di Cerco. Pese a los evidentes logros alcanzados en la configuración espacial, el monje pintor no logra unificar en una sola la imagen central de la Madona con las figuras de los santos.

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, aunque su acabado, tratamientos y espacialidad es de una calidad superior a aquél. En la tabla central se representa la Madona con el Niño, en composición similar a la Virgen de Cortona. Sentada en su trono, sobre un pedestal de mármol blanco, María mira tiernamente a su hijo, que aparece semidesnudo, bendiciendo y sujetando una rosa. Delante del pedestal y una alfombra ricamente ornamentada, Fra Angelico coloca tres jarrones llenos de flores rojas, blancas y rosas, en combinación muy acertada. La ilusión espacial queda bien patente. La corpórea Virgen se sitúa sobre un trono de estructura arquitectónica, cuyo remate se configura a modo de arco de triunfo de carácter clásico. Los extremos del dosel quedan cortados por la estructura de madera del retablo, lo que afianza la ilusión real. Por detrás del respaldo de la Virgen se sitúan ángeles oferentes, con bandejas de flores del color de las vemos en los jarrones del suelo. Los ángeles aparecen de muy reducidas proporciones comparados con la monumentalidad de la túnica de la Virgen, que define su figura. En la tabla de la izquierda figura Santo Domingo portando la rama florida y el libro abierto, y San Nicolás con su capa llena de brocados en oro y negro. Absorto en la lectura, la mitra se sitúa en el banco de detrás de los santos.

Las figuras de la derecha, San Juan Bautista y Santa Catalina, también separados por arcos apuntados y decorados con lóbulos en el intradós, se presentan menos acabadas y menos ricas de colorido que las figuras de la izquierda. Pero el mismo banco que veíamos por detrás de los santos dominicos aparece aquí también. La sensación espacial también viene definida por la vara del Bautista, cuya parte superior desaparece tras su aureola, y por la rueda de Santa Catalina que, entre los dos santos, también fuga hacia el fondo. En los medallones del remate del retablo figura una Anunciación de rasgos muy sumarios, cosa típica en Fra Angelico. Abajo, en la predela

Nacimiento de San Nicolás

Tabla perteneciente al Tríptico de Perugia, pintado por Fra Angelico en 1437, con la representación de tres episodios del santo en una misma escena. La composición espacial, que permite la secuenciación de los acontecimientos, es un verdadero alarde compositivo, cuya fuerza reside en la multiplicación de espacios a partir del aprovechamiento interior de los edificios que representa.

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, diferentes episodios de la vida de San Nicolás, donde debemos destacar el esfuerzo del monje pintor por representar matizaciones de luz y espacios bien determinados que ilustren los acontecimientos. Sin lugar a dudas, el Tríptico de Perugia es una de las obras más importantes de Fra Angelico y donde con mayor acierto ejemplifica las innovaciones de la pintura del primer Renacimiento.