Las fuerzas enemigas

Datos principales


Autor

Gustav Klimt

Fecha

1902

Escuela

Simbolismo

Material

Pintura mural

Dimensiones

636 x 220 cm.

Museo

Österreichische Galerie Wien

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La pared estrecha de la sala que albergaba el Friso Beethoven estaba ocupada por Las fuerzas hostiles contra las que debía luchar el caballero armado del Anhelo de felicidad. El catálogo de la XIV Exposición de la Secession describe así la escena: "El gigante Tifeo, contra el que hasta los dioses lucharon siempre en vano; sus hijas, las tres gorgonas. La enfermedad, la locura, la muerte. La sensualidad y la lascivia, la incontinencia. La tristeza lacerante. Los anhelos y las esperanzas de la humanidad vuelan sobre ellos". En efecto, el gigante Tifeo con rasgos de simio ocupa buena parte de la composición. Es la única figura "masculina" de la escena; a su lado observamos a las tres gorgonas desnudas y cubiertos sus cabellos con serpientes. Sobre ellas se situarían la Enfermedad, la Locura y la Muerte, simbolizadas como caras femeninas deformadas. En la zona de la derecha encontramos a la Lujuria -interpretada como una "femme fatale" que dirige su sensual mirada al espectador-, la Impudicia y la Incontinencia, representada ésta como una obesa mujer, con el torso desnudo, cubriéndose las caderas y las piernas con una rica falda de color azul y adornos dorados. Un poco apartada se sitúa la figura de la tristeza lacerante, una mujer de largo cabello negro, cubierta con velos del mismo color.Será esta parte del Friso la que coseche más críticas por parte de la prensa y del público. Un periódico de Viena calificó la pintura de pornográfica y consideró que este trabajo era "apropiado para algunos locales subterráneos en los que se celebran orgías paganas, pero no para salas a las que los artistas se atreven a invitar a señoras honorables y a inocentes jovencitas".

Las figuras femeninas desnudas provocaron diversas reacciones, recuperando el ambiente de enfrentamiento que se vivió con Medicina. Como bien dice Mariam Bisanz-Prakken "la visión utópica que Beethoven proclamaba en su Novena Sinfonía, la confraternidad universal de la humanidad liberada de sus sufrimientos, se oponía al caos y la perversidad de la moderna civilización y a las obligaciones impuestas desde arriba (Estado, Iglesia)... Con las fuerzas enemigas, Klimt pensaba también en aquellas fuerzas que entorpecían su propio desarrollo como artista".Estilísticamente, nos encontramos con una significativa renuncia de Klimt a la pintura naturalista, haciendo uso de un estilo gráfico tendente a la bidimensionalidad. Las líneas sinuosas, tan habituales en el Art-Nouveau, se adueñan del conjunto mientras que el decorativismo habitual en la pintura del maestro vienés -presente en este caso a través del oro- también es otro elemento digno de mención. El anhelo de felicidad encuentra su culminación en la poesía supone el momento definitivo de la temática que encierra el Friso.

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