LOS AUSTRIAS MAYORES
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Datos principales
Desarrollo
1.La España de los Reyes Católicos . El reino nazarí de Granada . El principio del final . La construcción de una herencia familiar . La reina y el rey . Una sociedad dividida . Reyes católicos de los eclesiásticos . La Inquisición . Señores de nobles y vasallos . Castilla y Aragón . La conquista de Granada . La construcción de instituciones . El gobierno de las ciudades . El viejo y el nuevo mundo . La política mediterránea . Los viajes del Descubrimiento . Entre la tolerancia y la intolerancia . Bibliografía sobre la España de los Reyes Católicos. 2.El "Nuevo Mundo" . América antes del "descubrimiento" . Los grandes imperios . Descubrimiento y exploración . La espera en Castilla . Las Capitulaciones de Santa Fe . El primer viaje de ida y vuelta a las Antillas . El reparto del mundo . El segundo viaje colombino . Los últimos viajes . Los viajes andaluces .
La búsqueda del paso . La conquista . La conquista de México . La conquista del Tawantinsuyu . La hueste indiana . Participación estatal en la conquista . La polémica ideológica . Bibliografía sobre el descubrimiento y conquista de América. 3.Los Austrias mayores: Carlos I y Felipe II . Introducción . El reinado de Carlos I . De las guerras dinásticas a las guerras confesionales . La revuelta de las Comunidades . Conflictos exteriores de Carlos I . El reinado de Felipe II . El problema turco . La guerra de los Países Bajos . Portugal, Inglaterra y Francia . La monarquía hispánica: rey y reinos . Rey y reinos en una sociedad de estados . Cortes, élites, estamentos, diputaciones... . La Monarquía hispánica: reinos y estamentos . Casas y familias . Vecinos y concejos . Los hidalgos . Venta de privilegios . Estamento eclesiástico . Señoríos .
Los sin espacio. Judeoconversos, moriscos, herejes . Los esclavos . El gobierno de la Monarquía en la Corte . Monarquía y consejos . El rey y las formas de despacho . Secretarios reales . Las Juntas . Corte, etiqueta y majestad . La etiqueta al estilo de Borgoña . Nobles o burócratas . El gobierno de la monarquía en los territorios . Portugal: virreinato de sangre real . El gobierno de Aragón . Corregimientos, justicias, rentas y milicias . Letrados . Fiscalidad . Asientos y juros . La población española durante el siglo XVI . Población rural . Autorregulación demográfica . La economía española durante el siglo XVI . Civilización del pan . Ganadería y artesanado . Los pobres . Entre el universalismo y lo particular . Bibliografía sobre los Austrias Mayores.
La España de los Reyes Católicos
El reinado de los Reyes Católicos es probablemente uno de los momentos de la Historia de España que ha despertado más polémica, teniendo tanto fervientes partidarios como acérrimos detractores. La conquista de Granada, el descubrimiento del Nuevo Mundo o la expulsión de los judíos son hechos que han servido para juzgar desde ambos puntos de vista su reinado.
Más información El reino nazarí de Granada
Asilada del norte de África desde 1350, Granada y su reino sobreviven en parte gracias a las disensiones internas cristianas. Sin embargo, tras su acceso al poder, los Reyes Católicos se proponen acabar con el último reducto musulmán en la península, lo que conseguirán en 1492.
Más información El principio del final
El testamento de Isabel la Católica da algunas de las claves para entender los problemas de su reinado, así como otros que sucederán en las décadas siguientes. En fecha muy próxima al fallecimiento de la reina, 23 de enero de 1505, las Cortes de Castilla reunidas en Toro reconocían a su viudo como Gobernador de Castilla, hasta el momento en que regresase al reino Juana, a quien proclaman su reina aun con las reservas propias que inspiraba una enfermedad de la que ya se tenían noticias bien ciertas. Desde febrero de 1505 hasta mayo de 1506, Fernando el Católico se empeñó en una triple tarea cuyo objetivo final era preservar la unión de los reinos castellano y aragonés; frente a la oposición interna de buena parte de la nobleza castellana, que le consideraba un extranjero.
Más información La construcción de una herencia familiar
Los biógrafos de los Reyes Católicos suelen atribuir a su genio personal y a su habilidad diplomática la construcción de una estrategia familiar que produjo durante su vida una importante presencia hispana en el conjunto de relaciones entre los distintos Estados europeos y con el Papado, y que desembocó en una herencia de singulares proporciones.
Más información La reina y el rey
La muerte del monarca castellano Enrique IV dejó en el aire la cuestión sucesoria. Pretendían el trono su hija Juana, a quien se acusaba de ser hija ilegítima, y su hermanastra Isabel. La cuestión derivó en una guerra civil en la que Isabel, con apoyo del aragonés Fernando, su marido, acabó imponiéndose, dando comienzo el reinado de los Reyes Católicos.
Más información Una sociedad dividida
La intolerancia fue el resultado, si no el más numeroso, sí el más ejemplar, de una violencia organizada por el poder para homogeneizar unas veces por la fuerza, y otras por la vía más llevadera de la asimilación, a una sociedad dividida por la práctica religiosa (judíos, moros, cristianos, herejes), por la confusión general que introduce la identificación entre delito y pecado, y por la coexistencia de justicias dependientes de los aparatos estatales, eclesiásticos y señoriales. El proceso de homogeneización duró largo tiempo, y en él pueden apreciarse distintos niveles en la alternancia de las actitudes políticas y religiosas.
Más información Reyes católicos de los eclesiásticos
Hasta 1494 Isabel y Fernando no obtuvieron el honor de ser titulados Reyes Católicos por la Santa Sede, regida por el papa Alejandro VI, pese a que desde mucho tiempo antes muchas de las actividades políticas de su gobierno tuvieran como telón de fondo la cuestión religiosa, y el deseo de que sus actuaciones fuesen legitimadas por el poder del Papado.
Más información La Inquisición
El 1 de noviembre de 1478 el papa Sixto IV, a petición de los Reyes Católicos que habían enviado a Roma al obispo de Osma, concedía a los reyes la bula Exigit sincerae devotionis por la que se creaba la Inquisición. En 1492 empezaba el tiempo nuevo de una asimilación anunciada; el reducto de los moros, representado en el reino de Granada, dejaba de serlo como poder reconocido; el judío tuvo que exiliarse forzado por un decreto de expulsión firmado por los Reyes Católicos en Granada el 31 de marzo, y en lugares más apartados aparecieron, como problema, nuevas sociedades que había que definir para proyectar sobre ellas la misma intolerancia que había dictado la gran intransigencia anterior.
Más información Señores de nobles y vasallos
Durante el gobierno de los Reyes Católicos el estamento nobiliar aumentó sus efectivos; la confirmación de los privilegios de hidalguía otorgados por Enrique IV, la institucionalización del mayorazgo y la libertad para fundarlos, la tendencia al ennoblecimiento de oficiales, letrados y comerciantes, las recompensas y mercedes otorgadas como pago y distinción a los servicios prestados en las guerras de Italia, Granada y en la conquista de las Indias, la creación de nuevos títulos, la transformación de realengos en señoríos y la lenta pero definitiva obtención de la administración de los maestrazgos de las principales Ordenes Militares, produjeron un notable incremento de títulos y una presencia cualificada en determinadas esferas de poder de individuos de la mediana nobleza.
Más información Castilla y Aragón
Si la configuración sociológica de la España de los Reyes Católicos no permite establecer con claridad su caracterización dentro de los perfiles clásicos de unidad con que la historiografía más tradicional ha pretendido resumir el reinado y apuntar sus objetivos, la denominada unidad de España encuentra serias dificultades para ser admitida como realidad que supere a una mera yuxtaposición de reinos. A la diversidad religiosa, a la fragmentación estamental y a la difícil convivencia, ha de añadirse el carácter incompleto, limitado y muy ajeno al objetivo de una tendencia unificadora preexistente entre las dos Coronas.
Más información La conquista de Granada
La conquista del reino de Granada es el resultado de un largo proceso que se acelera a partir de 1480, una vez conseguida la pacificación interior de Castilla, y que culmina con la rendición de Boabdil el 6 de enero de 1492. Una serie de campañas militares en las que participaron tropas reclutadas por los Reyes, la Hermandad, tropas nobiliarias y de las Ordenes Militares, milicias concejiles y tropas mercenarias, dirigidas a someter el poder musulmán, a terminar con la piratería en el Mediterráneo, a controlar el estrecho de Gibraltar y al establecimiento de bases en el norte de África, aprovechando la división interna que enfrenta a los partidarios zegríes de Muley Hacén, rey de Granada desde 1464, con los de su hermano El Zagal, rey desde 1485, y los abencerrajes partidarios de su hijo Boabdil, rey tras la guerra civil granadina de 1486-1487.
Más información La construcción de instituciones
Los Reyes Católicos dispusieron de un aparato institucional que facilitó la gobernación de los distintos reinos y que, sobre la base precedente, construyó una estructura capaz de satisfacer las necesidades hacendísticas, las que planteaba la aplicación de los viejos fueros y costumbres en los diferentes reinos, y la formación de un ejército que al servicio de la Corona.
Más información El gobierno de las ciudades
La presencia de los representantes reales en las organizaciones municipales castellanas se afirmó durante el reinado de los Reyes Católicos, aunque su desarrollo más importante se logró durante el siglo XVI, en el que el número de corregimientos castellanos se elevó a 68 y se multiplicaron en los territorios del Nuevo Mundo.
Más información El viejo y el nuevo mundo
El oro y sus industrias afines fueron el incentivo principal de experiencias atlánticas que abarcaron prácticamente todo el siglo XV, y que culminaron con el encuentro de dos sociedades diferentes en el Nuevo Mundo. Buena parte de la política interna de los Estados y de las relaciones entre naciones tuvieron como telón de fondo el control del mar y la posesión de las nuevas tierras descubiertas y por descubrir.
Más información La política mediterránea
La ofensiva diplomática y el principio de una política exterior más activa se consiguen a partir de 1492, tras la conquista de Granada. El Mediterráneo era para los reyes de la Corona de Aragón un viejo escenario en el que se había proyectado el trabajo de un tiempo significado por el progreso del comercio catalán. Esta es la línea que continuará Fernando el Católico, quien pugnará con otras potencias por el control del reino de Nápoles.
Más información Los viajes del Descubrimiento
Trece días más tarde de la firma de las capitulaciones de Santa Fe, los Reyes Católicos autorizaron con cuatro ordenanzas la organización de una armada cuyo alistamiento y preparación comenzó a realizarse a finales de junio de 1492. Hasta la madrugada del 3 de agosto no se inició desde Palos el viaje del descubrimiento. Una escala forzosa de algo más de un mes de duración en las islas Canarias, obligó a la flota a retrasar hasta el 6 de septiembre su camino definitivo hacia el oeste. El 12 de octubre del mismo año se produjo el descubrimiento de una isla del archipiélago de las Bahamas, que Colón llamó San Salvador.
Más información Entre la tolerancia y la intolerancia
El descubrimiento y colonización de las nuevas tierras americanas pronto generó una gran controversia en el seno de los intelectuales españoles. Se debatía la pertinencia o legitimación de los conquistadores para esclavizar a los indígenas. En este proceso tuvieron mucho que ver experiencias anteriores, como las conquistas de Canarias o Granada, y la opinión de algunos intelectuales, como Las Casas.
Más información El "Nuevo Mundo"
Es casi una obviedad señalar que la Historia de América no comienza con la llegada de los españoles en 1492. Por el contrario, tiene una antigüedad comprobada de varios milenios, en los cuales se desarrolla un verdadero proceso histórico -y no sólo prehistórico- que se suele denominar América prehispánica o precolombina, calificativos que en los últimos años están siendo sustituidos por aborigen o indígena, sin duda más apropiados por menos eurocéntricos, pero que pueden dar la errónea impresión de que no hay una historia indígena posterior a la conquista española.
Más información América antes del "descubrimiento"
En vísperas de la llegada de los españoles, es decir a fines del siglo XV, vivían en América varios millones de personas (entre 8 y 100 millones para ser más exactos, según los diversos cálculos realizados, y sobre los que volveremos más adelante), organizadas en distintos grados de complejidad sociocultural, desde simples bandas nómadas hasta imperios militaristas, pasando por tribus, señoríos y estados.
Más información Los grandes imperios
En Mesoamérica y el Area Andina se desarrollan los dos grandes imperios que se encuentran los españoles a su llegada: Mexica e Inca. Cortés y Pizarro serán los protagonistas principales tanto de la conquista de México como de la del Tawantinsuyu.
Más información Descubrimiento y exploración
El suceso comúnmente conocido como el "descubrimiento de América", es decir, la llegada de Colón a las Antillas en 1492, no fue un hecho aislado ni casual, ni una coincidencia, sino la culminación de un proceso interno de la economía europea, en el que Castilla tendría un papel importante. Más específicamente, se inserta de lleno en la expansión marítima protagonizada por los pueblos ibéricos desde mediados del siglo XIV y, sobre todo, a lo largo del siglo XV, incentivada por la búsqueda de oro y especias y la necesidad de encontrar una ruta directa hacia los lugares productores de esos tesoros.
Más información La espera en Castilla
Tras la negativa de Juan II de Portugal a financiar su viaje, Colón se dirige a Castilla donde pasará siete años decisivos hasta lograr un patrocinador para su empresa. Fue muy bien acogido por los franciscanos de La Rábida (fray Antonio de Marchena, fray Juan Pérez) y entra en contacto con marinos y otras gentes que le apoyan, logrando enseguida entablar negociaciones con los Reyes Católicos, que se plasmarán finalmente en las Capitulaciones de Santa Fe.
Más información Las Capitulaciones de Santa Fe
El 17 de abril de 1492, en Santa Fe, los monarcas y Colón firman un documento conocido como las Capitulaciones por antonomasia. El polémico documento contiene las cosas suplicadas que se dan y otorgan a Colón, conteniendo términos que darán lugar a un largo pleito entre el descubridor y la Corona.
Más información El primer viaje de ida y vuelta a las Antillas
De las tres naves que llegaron el 12 de octubre al "Nuevo Mundo", sólo regresaron las dirigidas por Colón y Martín Alonso Pinzón. El viaje había durado 32 semanas. Martín Alonso muere a los pocos días y Colón atraviesa toda España (causando sensación por donde pasaba con sus indios, papagayos, y demás) para ir a Barcelona, donde lo recibieron los Reyes Católicos con gran solemnidad, y donde confirmaron sus privilegios santafesinos.
Más información El reparto del mundo
El éxito de Colón, que aseguraba haber llegado a Asia, provocó la inmediata reclamación de Juan II de Portugal, que consideraba vulnerado el tratado de Alcaçovas-Toledo. Los Reyes Católicos interpretan que ese tratado sólo se refería al espacio africano (contra Guinea), y no a las tierras occidentales, sobre las que alegan su derecho emanado del descubrimiento y primera ocupación -principio del Derecho Romano implícito en las Siete Partidas-. Las negociaciones para un nuevo tratado hispano-portugués comienzan enseguida.
Más información El segundo viaje colombino
El segundo viaje de Colón simboliza bien la superposición entre descubrimiento, conquista y colonización: se exploran islas (las ya mencionadas, más Cuba y Jamaica, que llama Santiago), se emprenden campañas de castigo contra los indígenas (en abril de 1494 Colón envía a Ojeda con 400 hombres hacia La Vega Real, en el interior de la isla Española, para someter a los indios), se fundan ciudades (primero La Isabela, pronto reemplazada por Santo Domingo, al otro lado de la isla), y comienza la explotación económica, meramente extractiva al principio: oro y esclavos es lo único que interesa.
Más información Los últimos viajes
Después de su primer y segundo viajes, aun Colón organizará dos más, en los que explorará nuevos territorios.
Más información Los viajes andaluces
Los disturbios acaecidos en La Española y el apresamiento de Colón hacen que los Reyes rompan los acuerdos de las Capitulaciones de Santa Fe, abriendo la vía a otros exploradores. Son los llamados viajes andaluces, protagonizados por personajes como Cristóbal Guerra, Alonso de Ojeda, Vicente Yáñez Pinzón, Diego de Lepe o Rodrigo de Bastidas.
Más información La búsqueda del paso
La búsqueda del paso
Todavía años y aun décadas después del primer viaje colombino seguía vigente el objetivo inicial de las expediciones: llegar a Asia. El hallazgo del Pacífico o mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa el 29 de septiembre de 1513, tras atravesar el continente en su parte más estrecha, confirmó la imagen de América como obstáculo. En 1519 comenzará el viaje que culminará con éxito la empresa, se hallará el ansiado paso que llevará a Asia a los españoles, dirigidos por un portugués, Fernando de Magallanes, protagonista de la empresa náutica más extraordinaria de la historia, que concluirá en 1522 Juan Sebastián Elcano con 18 hombres más, los primeros en circunnavegar el planeta Tierra.
Más información La conquista
El proceso de conquista española de América presenta tres etapas bien diferenciadas: 1) conquistas antillanas o tempranas, 1502-1519; 2) conquistas continentales o intermedias, 1519-1549; y 3) conquistas interiores o tardías, desde 1550 en adelante. Son protagonistas personajes como Cortés, Pizarro, Juan de Garay, Alonso de Ojeda, Diego de Nicuesa, Vasco Núñez de Balboa, Diego Velázquez de Cuéllar, Pedro de Alvarado, Sebastián de Benalcázar, Hernando de Soto, etc.
Más información La conquista de México
La conquista del imperio mexica es considerada como paradigmática, el modelo típico que será imitado por conquistadores posteriores. Su prestigio radica en la personalidad de su jefe y cronista principal, Hernán Cortés, y sobre todo en la importancia del imperio conquistado, gobernado por el "tlatoani" Moctezuma II.
Más información La conquista del Tawantinsuyu
El imperio inca o Tawantinsuyu estaba sumido en una grave crisis interna en forma de guerra civil, entre Atahualpa y Huáscar, que facilitará mucho la conquista española. Será llevada a cabo por Francisco Pizarro y su socio Diego de Almagro -a los que se une como socio capitalista el clérigo Hernando Luque-, que tras dos intentos fracasados en 1524 y 1526, deciden emprender la conquista, para lo cual Pizarro viaja a España y obtiene la correspondiente capitulación (1529).
Más información La hueste indiana
Por sorprendente que parezca, es cierto que la mayor parte de la América española fue conquistada en menos de 50 años por un reducido número de hombres armados -se calcula que no más de diez mil individuos-, que ni eran militares profesionales ni apenas tenían experiencia militar anterior, salvo en el caso de los caudillos. Estos hombres, aventureros en su mayor parte, integraron la llamada hueste indiana, caracterizada por la total voluntariedad de sus integrantes, que es lo que más la diferencia de las mesnadas y otros grupos armados medievales.
Más información Participación estatal en la conquista
Desde 1495 la exploración y conquista de América será esencialmente una empresa privada, realizada y financiada por particulares, pero actuando en nombre de la Corona y con su autorización, de ahí el carácter mixto, público-privado, del proceso. Si exceptuamos los tres primeros viajes de Colón y algunas otras expediciones (como las de Solís, Magallanes) de carácter estatal o real, las demás fueron empresas de iniciativa particular. La Corona, que participará a veces en los gastos y siempre en los beneficios (reservándose el 20 por 100 de las ganancias), interviene sobre todo reglamentando el proceso de acuerdo con un esquema especial: capitulación, instrucción y requerimiento serán los tres instrumentos jurídicos de la conquista.
Más información La polémica ideológica
El requerimiento, ferozmente criticado por Bartolomé de las Casas, entre otros, simboliza uno de los aspectos más interesantes de la conquista española de América: la polémica desatada en torno a su legitimidad, rasgo original y exclusivo del colonialismo español, pues ningún otro imperio de la época se cuestionó la moralidad de sus acciones. La conquista del Perú intensificó la polémica, en la que intervinieron además Francisco Vitoria o Juan Ginés de Sepúlveda, entre otros.
Más información Los Austrias mayores: Carlos I y Felipe II
Decir que los inicios de la Casa de Austria en España suponen un momento clave en nuestra evolución histórica es un lugar común que, por repetido, muchas veces se acepta sin preguntar por qué, contentándonos, apenas, con afirmar que el XVI es un siglo de hegemonía y primer esplendor. Desde una perspectiva universal, sin duda, es éste un período en el que una de las novedades mayores -y el siglo asistió a muchas- tuvo que ver con la constante y renovada presencia de la Monarquía de Carlos I y de Felipe II en todos los escenarios de un mundo que, precisamente, se encontraba en expansión respondiendo, en buena medida, a su impulso.
Más información Introducción
En la Historia de España, las biografías de los llamados Austrias Mayores: Carlos I (1500-1558) y Felipe II (1527-1598), recorren casi por completo esta centuria que, valga la expresión, podemos contemplar desde sus vidas. Heredera de intereses y opciones de los Reyes Católicos, pero en circunstancias bien distintas, su Monarquía se convierte en un agente primordial y hegemónico en la historia general de la centuria, con una presencia redoblada e incesante en la mayoría de sus conflictos y de sus escenarios principales.
Más información El reinado de Carlos I
A la muerte de Fernando el Católico en 1516, Carlos de Gante pasó a heredar la Plural Monarquía de los Reyes Católicos, el hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Rico y poderoso, el joven Duque de Borgoña y Rex Hispaniae se presenta a la elección imperial que tuvo lugar en Colonia en 1519. De allí, habría de salir como Carlos V, el César que fue coronado dos veces, primero en Aquisgrán en 1520; diez años más tarde en Bolonia, recibiendo la corona imperial de manos de Clemente VII en la que fue la última ocasión en que un Pontífice Romano consagraba a un Emperador Germánico.
Más información De las guerras dinásticas a las guerras confesionales
La imbricación de la política hispánica con los grandes episodios de la disputa internacional será característica de todo el siglo XVI, moviéndose los Austrias Mayores sobre el difícil y resbaladizo terreno de que su acción exterior no fuera bien recibida dentro de la Monarquía Hispánica.
Más información La revuelta de las Comunidades
Esta, sin duda, primera gran revuelta del siglo XVI (1520-1521) es una muestra del vigor de la postura particularista castellana frente al universalismo de la idea imperial de Carlos V y sus consejeros, quienes no consiguieron convencer en las Cortes de Santiago-La Coruña de los beneficios que para Castilla tendría la política carolina. Sus caudillos más destacados fueron el regidor segoviano Juan Bravo, Francisco Maldonado, de Salamanca, y Juan Padilla.
Más información Conflictos exteriores de Carlos I
Fuera de la Península, la década de 1520 no resultó menos problemática para el Rey Católico-Emperador que lo que lo era en el interior. De un lado, las Guerras de Italia se reinician en 1521 y Carlos V encuentra su gran rival caballeresco en Francisco I (1494-1547); de otro, la presión turca encabezada por Solimán el Magnífico llega ese mismo año hasta Belgrado; por último, se suceden los primeros movimientos del protestantismo alemán y Martín Lutero es condenado como hereje en la Dieta de Worms, también en esa fecha crucial del 1521.
Más información El reinado de Felipe II
El reinado de Felipe II se vio libre de esa doble obligacion que suponía ser Emperador y Rey Católico, característica del reinado de Carlos V. Pese a ello, la dinámica de oposición interna particularista y acción internacional de tono universalista sigue muy viva. Felipe II no es el Emperador, pero sí se considerará a sí mismo -y otros muchos harán lo mismo- el Defensor de la Fe allá donde ésta pudiera encontrarse amenazada.
Más información El problema turco
El control por el Mediterráneo enfrenta a cristianos y musulmanes. Felipe II se pone al frente de los primeros, debiendo solucionar dos cuestiones básicas: la revuelta de las Alpujarras y el avance otomano por el norte de África. Para solucionar esto último se formará la Santa Liga -España, Venecia y la Santa Sede-, que vencerá a los otomanos en Lepanto, en 1571.
Más información La guerra de los Países Bajos
Encuadrados dentro de los dominios de la Monarquía Hispánica, los Países Bajos inician un proceso durante el reinado de Felipe II que les conducirá mucho después, ya con Felipe IV, a lograr la independencia, tras una larga y cruenta guerra. La cuestión no es sólo política, sino también religiosa y económica.
Más información Portugal, Inglaterra y Francia
Antes de su llegada a Flandes, Alberto de Austria había ocupado durante una decena de años el virreinato de Portugal a partir de 1583. La unión de Portugal a la Monarquía constituye, sin duda, el mayor logro exterior de Felipe II, y con ella habría pretendido el Rey Católico relanzar toda su política septentrional, tanto en los Países Bajos como en Inglaterra. Con respecto a ésta, la ejecución de María Estuardo en 1587 fue considerada la ocasión más propicia para lanzar un ataque. Después de su salida de Lisboa y de refugiarse en La Coruña en junio, la después llamada Armada Invencible parte hacia el Norte y combate con los navíos ingleses en agosto y septiembre, siendo totalmente derrotada.
Más información La monarquía hispánica: rey y reinos
Para finales del siglo XVI se distinguen la Monarquía hispánica incluía tres grandes Coronas: Castilla, Aragón y, desde 1580 -hasta 1640-, Portugal. Las tres, a su vez, se dividían en reinos y otros dominios que no por menores estaban menos diferenciados. La Corona de Aragón estaba constituida por los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y el Principado de Cataluña con sus condados transpirenaicos de Rosellón y Cerdaña. En la Corona de Castilla se integraban antiguos reinos (Castilla y León, pero también se mantenía el recuerdo de los de Galicia, Toledo, Murcia, Sevilla, Córdoba, Jaén...) y señoríos como el de Vizcaya. Fue a esta Corona a la que se añadieron el reino de Granada y los territorios atlánticos (Canarias) y ultramarinos (Indias),así como el reino de Navarra, aunque éste en una situación de agregación que lo particularizaba enormemente. La Corona de Portugal en su dimensión metropolitana aparecía, por su parte, subdividida entre los reinos de Portugal y del Algarve.
Más información Rey y reinos en una sociedad de estados
En teoría, la presencia de su señor era una exigencia que nacía de la propia eminencia jurisdiccional de cada comunidad que se consideraba políticamente una realidad autónoma per se. Por así decirlo, algo le faltaba a un reino cuando su rey no estaba en él; las quejas y protestas por la ausencia del Rey Católico eran repetidas una y otra vez, de la misma forma que se expresaba la mayor alegría cuando el monarca se encontraba entre sus súbditos. Sin embargo, en la práctica, la Monarquía Hispánica se construyó sobre la base de la no residencia de la figura real, consabida ausencia que, por encima de las repetidas protestas de la soledad en que, se decía, quedaban los reinos, vino a ser un elemento que sirvió para dar perdurabilidad a ese mosaico inconexo de múltiples componentes.
Más información Cortes, élites, estamentos, diputaciones...
La forma clásica, aunque no la única, de establecer la relación entre el rey y el reino habrían sido las asambleas de estados bajo la forma de cortes, parlamentos, dietas, etc., que se reunían por convocatoria real. Gracias a ellas, el rey podía recibir la ayuda -económica o militar, ante todo- y el consejo que necesitaba para cumplir con sus funciones.
Más información La Monarquía hispánica: reinos y estamentos
La vinculación entre jurisdicción y espacio resultaba propia de la organización particularista que era definitoria de la sociedad de estados con su constelación de poderes. No se trata de que reinara el más absoluto de los caos, puesto que la sociedad de estados mantenía la idea global de comunidad coherente y, de hecho, jerarquizaba las jurisdicciones y los espacios hasta ponerlos bajo la preeminencia de un rey y un reino. La esencial desigualdad estamental se expresaba en el espacio, se hacía visible gracias a él y se practicaba sobre él.
Más información Casas y familias
De un lado, la casa era el lugar de la reproducción, de las relaciones de consanguinidad y parentesco, el paterfamilias era progenitor biológico; de otro, era un espacio de producción, donde el paterfamilias es el posesor, el patrón para sus hijos y para sus criados, pues todos trabajan a sus órdenes bajo el mismo techo; por último, es una instancia de poder que gobierna la casa ("oikos despotés") y que, a su vez, la representa como vecino en la escala inmediatamente superior, la de la villa, o en sus relaciones con otros poderes señoriales. Normalmente, estas funciones le corresponden al padre, pero si éste ha fallecido pasa a desempeñarlas su viuda, que, así, se convierte en jefe de familia y vecino.
Más información Vecinos y concejos
El papel protagonista del municipalismo en la España de los Austrias era evidente, como, por ejemplo, prueba el hecho de que la representación en Cortes del estado llano de los distintos reinos se hiciera, precisamente, a través de procuradores que eran enviados por ciudades y villas.
Más información Los hidalgos
En una sociedad estamental, como la española del siglo XVI, el orden desigual se traduce en un mundo de apariencias y gestos. Es, en suma, una sociedad jerarquizada en la que cada cual ocupa el lugar que le corresponde por ser quien es. El teórico orden social establecido se mantiene si los miembros de cada estado cumplen con el decoro que se debe a su condición. Por ejemplo, los caballeros no pueden dedicarse a actividades consideradas viles porque tal cosa resultaría indecorosa para el conjunto de su estamento. Y, por consiguiente, quienes se dediquen a ese tipo de actividades no podrán ser reconocidos como caballeros, pues, de la misma manera que cada estado exige un modo de vivir y actuar, la actividad determina el estado al que se pertenece.
Más información Venta de privilegios
Las crecientes necesidades hacendísticas de la Corona, llevarán, en especial durante la segunda mitad del siglo, a la venta de muchísimos privilegios. Las quejas que provocó semejante política fueron numerosas por parte de los pecheros, porque la venta de hidalguías suponía un descenso en el número efectivo de contribuyentes y, por tanto, podía abrir camino a una mayor presión fiscal. Por supuesto, las ventas de hidalguía también fueron criticadas por los representantes de la vieja nobleza, ya que la eminente condición de su estado quedaba manchada por la entrada de esos recién llegados.
Más información Estamento eclesiástico
La entrada en el estamento clerical entrañaba una serie de privilegios considerables. De un lado, reportaba la condición de no pecheros, es decir, se traducía en una exención fiscal individual; de otro, inmunidad frente a la jurisdicción civil en atención a la existencia de una justicia eclesiástica privativa; por último, posibilidad de disfrutar numerosas y variadas rentas, desde el diezmo que se paga a los párrocos a las canonjías y prebendas de los cabildos. Además, los bienes de titularidad eclesiástica se consideraban bienes amortizados, es decir, eran inajenables.
Más información Señoríos
La figura del señor de vasallos, ya fuera eclesiástico o civil, resulta imprescindible para entender tanto la vida económica como política de la Edad Moderna en España, quedando una parte sustancialísima de su territorio bajo la jurisdicción de señorío -en algunas zonas, sólo un cuarto de tierras era de realengo-, distribuyéndose el resto entre el señorío eclesiástico (abadengo), el civil (solariego o pleno, y jurisdiccional) y esa situación ambigua en la que, en el fondo, se movían los señoríos de las tierras de Ordenes Militares.
Más información Los sin espacio. Judeoconversos, moriscos, herejes
Los sin espacio. Judeoconversos, moriscos, herejes
La palabra exclusión surge con frecuencia cuando se habla de la España del XVI, un siglo que se encuentra flanqueado, casi simétricamente, por dos grandes éxodos obligados de población, el de los judíos de 1492 y el de los moriscos de 1609. Él mismo ve sucederse ese primer episodio de lo que ocurrirá en 1609 que fue la expulsión de los moriscos del Reino de Granada y su dispersión por el resto de los territorios peninsulares. Asiste, también, al celo inquisitorial que vigila de cerca el pensamiento y la vida de los conversos o cristianos nuevos, los cuales no serán sólo ya judeoconversos, sino también los moriscos a los que, primero en Castilla y luego en Aragón, se ha forzado a convertirse de musulmanes en cristianos.
Más información Los esclavos
Los esclavos -unos cien mil a finales del XVI- dependían de sus amos, que los empleaban como fuerza de trabajo en el servicio de las casas, pero también en labores agrarias o, incluso, artesanales por cuenta propia o de terceros. Muchos de los moriscos del Reino de Granada fueron concedidos a particulares como recompensa durante la revuelta de las Alpujarras.
Más información El gobierno de la Monarquía en la Corte
La Monarquía Hispánica era la suma de distintas sociedades de estados que, reunidas en torno a una única figura real, el Rey Católico, hubo de enfrentar el problema de la imposibilidad de que el monarca residiese en persona en todos esos dominios que teóricamente exigían su presencia. Las formas a través de las que cada uno de estos reinos mantuvo viva y abierta su relación con el monarca fueron variadas.
Más información Monarquía y consejos
Los monarcas Carlos I y Felipe II apoyaron sus gobiernos en instituciones especializadas, los Consejos. La larga lista de Consejos entonces existentes se componía de los de Estado, Guerra, Inquisición, Hacienda, Cruzada, Castilla o Real, Cámara de Castilla, Ordenes Militares, Indias, Navarra, Aragón, Italia, Flandes y Borgoña y Portugal.
Más información El rey y las formas de despacho
El período de los Austrias Mayores supone el retroceso definitivo de la negociación a boca o a pie y, en cambio, el incremento constante de su escriturización en forma de memoriales y consultas escritas. El proceso es especialmente notable durante el reinado de Felipe II, cuya imagen tópica como Rey Papelero está y estuvo muy extendida.
Más información Secretarios reales
El avance de la escritura en el despacho supone un incremento considerable del papel de los secretarios. Toda la historiografía insiste con razón en la importancia creciente de los secretarios reales a lo largo del siglo XVI, desde figuras como Francisco de los Cobos, que alcanzó enorme relevancia en tiempos de Carlos I, a la de Mateo Vázquez de Lecca, personaje crucial de la segunda mitad del reinado de Felipe II. De especial importancia habrían sido los secretarios del Consejo de Estado, cuya secretaría se dividió en 1567, a la muerte de Gonzalo Pérez, entre Antonio Pérez (Italia) y Gabriel de Zayas (Norte), para ser reunidas de nuevo en la persona de Juan de Idiáquez en 1579, pasando Zayas a ocupar la secretaría del Consejo de Italia.
Más información Las Juntas
En la historia de las juntas del reinado de Felipe II tuvieron especial importancia la inicial Junta de Presidentes, formada para la reforma de materias hacendísticas en 1573 con Juan de Ovando como figura principal, y la llamada Junta de Noche, creada en 1585 y en la que entraban Juan de Zúñiga, Moura, Idiáquez, Chinchón y, como secretario, el omnipresente Mateo Vázquez de Lecca, quien hacía compatible esta función con el despacho de materias eclesiásticas, Patronato Real y Ordenes Militares.
Más información Corte, etiqueta y majestad
En la España de los Austrias, corte real significaba tanto un conjunto de personas como un específico lugar. Así, los criados, ministros y oficiales de la más variada condición que acompañaban al monarca y a la familia real para servir como parte de las distintas casas reales existentes o de la red de consejos y demás tribunales constituían la corte real. Pero ésta era también la concreta ciudad o villa donde el rey se asentaba con ese variopinto séquito de servidores. Sin embargo, no todos los sitios donde se hallaba la persona del monarca eran corte, porque se consideraba que ésta se había mudado a un nuevo lugar sólo si también se había trasladado allí el Sello Real o Sello de Corte.
Más información La etiqueta al estilo de Borgoña
En 1548, Carlos I ordenó que se procediese a la introducción en la corte castellana de la etiqueta al estilo de Borgoña. La transcendencia capital de la etiqueta borgoñona consistió en que facilitaba el retraimiento del Príncipe dentro de la corte. Se ha dicho que Felipe II se convirtió en una especie de Rey Oculto, encerrado en el Alcázar de Madrid o en el Monasterio de El Escorial.
Más información Nobles o burócratas
La corte fue escenario de disputas entre grupos, muchas veces entre nobles y letrados, que pugnaban por hacerse con el favor del monarca. Ambos grupos defendían su posición y aptitud para hacerse encomendar las tareas de gobierno: los nobles, porque creían que sólo un aristócrata estaba capacitado para la gobernación; los letrados, porque defendían que la formación individual debía estar por encima del origen personal y familiar.
Más información El gobierno de la monarquía en los territorios
La Monarquía hispánica, que integraba a diferentes reinos con sus propias particluaridades, tenía diversos mecanismos para suplir la ausencia del rey de los territorios, un hecho que se consideraba negativo. Para ello, se establecieron figuras como la del virrey o la del gobernador, además de usar de manera constante la correspondencia entre entre el rey y sus delegados, lo que hacía que el monarca no desatendiese el gobierno de sus distintos reinos.
Más información Portugal: virreinato de sangre real
En Portugal, el proceso negociador para obtener el reconocimiento del Rey Católico había sido complicadísimo y estuvo presidido por el compromiso de respetar la pretensión portuguesa de ser siempre un reino de por sí. Esta demanda se tradujo de maneras distintas, como, por ejemplo, la mencionada creación en la corte de un consejo privativo para materias de Portugal, y la creación de un especial virreinato de sangre real, ocupado por el Cardenal Archiduque Alberto de Austria, quien iba a residir en el reino durante la siguiente década como virrey.
Más información El gobierno de Aragón
En el Reino de Aragón es posible asistir al desarrollo de un proceso similar al portugués en el llamado Pleito del Lugarteniente o Virrey Extranjero que desembocará en las alteraciones aragonesas de 1591, en las que se entremezcla el célebre caso de Antonio Pérez y la Inquisición. El resultado final será el conocido: la entrada del ejército real al mando de Alonso de Vargas en Aragón en 1591 y la ejecución en Zaragoza del Justicia Mayor Juan de Lanuza, el Joven, que se había puesto al frente de los que se oponían a la invasión.
Más información Corregimientos, justicias, rentas y milicias
En la España de los Austrias se contó con una articulación del gobierno territorial que dividía los reinos particulares en distintas circunscripciones en atención a la administración de justicia, militar, fiscalidad, etc. Para el desempeño de estas tareas se contaba con diversos cargos e instituciones, como corregidores, Chancilerías, justicias, etc.
Más información Letrados
Tenidos tradicionalmente como los grandes aliados del poder monárquico contra los grupos privilegiados, parece, sin embargo, que los letrados también pudieron formar estrategias de acción de exclusiva resonancia estamental. Cada vez más presentes en todos los ámbitos de la regia oficialidad, desde los consejos a los corregimientos, sin olvidar secretarías, chancillerías y audiencias, los letrados acabaron convirtiéndose en una suerte de nuevo estado particular cuya razón de ser no era otra que la de cumplir la función de magistrados al servicio del rey para el gobierno de sus reinos.
Más información Fiscalidad
Ennoblecerse equivalía a exención fiscal y esto en el siglo XVI no dejó de ser cada vez más interesante en vista del progresivo incremento de la presión fiscal por parte de la Corona, siempre necesitada de recursos para llevar adelante una política internacional cada vez más costosa y expansiva. Los ingresos de la Corona tenían procedencias y mecanismos diversos: alcabala, tercias reales, derechos de tránsito o aduanas, millones, estancos o monopolios reales, servicios, etc.
Más información Asientos y juros
Los ingresos de la Corona eran de una diversidad y variedad casi inimaginables. Con todo, la Hacienda Real tuvo que recurrir a otros expedientes para proveerse de fondos para sus cuantiosos gastos, haciéndolo con prontitud y en suficiente cantidad. Los asientos y los juros eran los dos más importantes y conocidos.
Más información La población española durante el siglo XVI
Al acabar la centuria, la población española en su conjunto rondaría entre los siete y ocho millones de habitantes, lo que supone un elevado crecimiento secular superior al 40 por ciento. Estos, no obstante, son cálculos algo optimistas y que van siendo retocados a la baja a medida que, de un lado, se reinterpretan registros documentales de forma más depurada y que, de otro, cambia la consideración de la crisis del XVII.
Más información Población rural
Aunque, como en toda Europa y aun por delante de la media continental, la población urbana tuvo un especial protagonismo en el crecimiento que supone el siglo, el tipo de poblamiento fue de carácter marcadamente rural en atención a que la agricultura constituía la principal actividad laboral y, en consecuencia, a ella se dedicaba el porcentaje mayor de la población, que debía, así, residir en los campos, donde pueden encontrarse pueblos con concentraciones demográficas de gran importancia.
Más información Autorregulación demográfica
En una economía de susbsistencia, como la española del siglo XVI, era importante que las familias tuvieran tantos hijos como pudieran alimentar. Para lograr este objetivo se llevaban a cabo algunos mecanismos autorreguladores, como el llamado matrimonio retardado. La familia, con el omnipotente paterfamilias al frente, se convertía en la principal instancia reguladora del matrimonio, condenando al celibato permanente a una parte de los hijos -vía la entrada en religión, ante todo- u obligando a un celibato temporal a otros al retrasar la fecha en que contraían matrimonio.
Más información La economía española durante el siglo XVI
Los viajeros extranjeros insistían en lo caro que les resultaba vivir en las ciudades españolas, donde tenían que comprarlo todo. Los metales preciosos que afluían de las Indias contribuyeron a crear de España la imagen de un territorio rico, aunque la consecuencia inmediata fue un irresistible alza de precios.
Más información Civilización del pan
La economía española durante el período de los Austrias Mayores respondió plenamente al tipo económico preindustrial. La mayor parte de la población se dedicaba a las labores agrarias y la demanda de alimentos constituía el primero de los gastos para la mayoría. Se ha hablado de una civilización del pan, que animó a dedicar las tierras preferentemente al cultivo de cereales panificables ("tierras de pan llevar", trigo, centeno, cebada, avena, panizo) y en la cual el abasto de pan fue una preocupación constante.
Más información Ganadería y artesanado
La gran ganadería trashumante, organizada en torno al Honrado Concejo de la Mesta, mantuvo continuos conflictos y pleitos con los agricultores por la invasión de los campos por parte de sus inmensas cabañas de ovejas en movimiento. La Mesta llegó a contar con un máximo de tres millones y medio de cabezas en 1526, momento cumbre de su historia. La producción artesanal urbana quedaba enmarcada dentro de alguno de los numerosos gremios en los cuales se agrupaban, normalmente, los que se dedicaban a una labor determinada y específica dentro de un arte como, por ejemplo, la lana (cardadores, tejedores, etc.).
Más información Los pobres
La pobreza era una condición marcadamente urbana, llegando la mendicidad a constituir uno de los grandes temas de reflexión para la sociedad ciudadana del XVI, del humanismo cívico de Juan Luis Vives al particular arbitrismo de Cristóbal Pérez de Herrera. Se ha calculado que el número de pobres rondaría el 10-15 por ciento de la población de las ciudades -un buen número de ellos eran viudas-, aunque este porcentaje se incrementaba en tiempos de crisis o carestía porque el umbral de la pobreza era muy fácilmente franqueable.
Más información Entre el universalismo y lo particular
Heredera de intereses y opciones de los Reyes Católicos, pero en circunstancias bien distintas, la Monarquía de Carlos I y Felipe II se convierte en un agente primordial y hegemónico en la historia general de la centuria, con una presencia redoblada e incesante en la mayoría de sus conflictos y de sus escenarios principales. Una escena que, en sí misma, estaba sufriendo cambios tan profundos, rápidos y continuos que quien viera sus primeros pasos no podría haber imaginado su resultado final.
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