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Datos principales
Desarrollo
La historia de Toledo arranca en la Edad del Bronce (1800 - 1200 a.C.), en el área del llamado Cerro del Bu, donde los arqueólogos han encontrado restos de ocupación humana. Se trataba de un emplazamiento natural, elevado y protegido, situado en la zona de paso del Tajo, lo que permitía cubrir fácilmente las necesidades de agua y alimento. Por lo tanto, el Cerro del Bu era un lugar ideal para protegerse de posibles ataques y para la subsistencia de estos primeros pobladores. A pesar de estar paralizadas las excavaciones arqueológicas en este momento, lo hallado hasta ahora deja entrever estructuras y construcciones fortificadas, además de gran cantidad de restos materiales en forma de utensilios y armas, muchos de ellos fabricados en bronce, plata u oro, lo que nos da una idea de la riqueza existente en la zona. En su mayoría se trata de adornos de personajes preponderantes y con mayor importancia dentro del asentamiento, lo que denotaría una incipiente jerarquización social. Los numerosos restos encontrados en las excavaciones se pueden visitar en el actual Museo de Santa Cruz . Otros, sin embargo, tratan de atribuirle a la fundación de Toledo un carácter legendario y mitológico; Túbal o Hércules podrían ser sus fundadores, aunque otros autores afirman que dicha fundación habría sido griega. Las construcciones donde habitaban estaban cubiertas por techumbres fabricadas a base de materiales vegetales recubiertas, a su vez, por una capa de barro, para hacerlas impermeables al agua.
El principal sustento alimenticio de estos primeros pobladores era la agricultura, muy fértil gracias a la cercanía del río Tajo; la caza y la pesca completaban la dieta. Poco a poco, el primitivo asentamiento fue creciendo progresivamente hasta superar la ribera del río y ocupar el cercano promontorio donde hoy se alza el Alcázar . Las noticias posteriores que se tienen de Toledo se remontan ya a los siglos IV-III a.C., con la llegada de los celtíberos a la Península, cuando pasó a ser un importante centro carpetano. Las evidencias arqueológicas dan fe de la importancia que fue adquiriendo gracias a su estratégica posición y fácil defensa, además de un entorno geográfico favorable, con agua, pastos, tierras favorables para la agricultura y bosques.
El principal sustento alimenticio de estos primeros pobladores era la agricultura, muy fértil gracias a la cercanía del río Tajo; la caza y la pesca completaban la dieta. Poco a poco, el primitivo asentamiento fue creciendo progresivamente hasta superar la ribera del río y ocupar el cercano promontorio donde hoy se alza el Alcázar . Las noticias posteriores que se tienen de Toledo se remontan ya a los siglos IV-III a.C., con la llegada de los celtíberos a la Península, cuando pasó a ser un importante centro carpetano. Las evidencias arqueológicas dan fe de la importancia que fue adquiriendo gracias a su estratégica posición y fácil defensa, además de un entorno geográfico favorable, con agua, pastos, tierras favorables para la agricultura y bosques.