Bóveda del crucero de la Basílica Inferior de Asís

Datos principales


Autor

Giotto

Fecha

1316-19

Escuela

Trecento

Estilo

Renacimiento Italiano

Material

Fresco

Museo

Basílica de San Francisco en Asís

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Después de las decoraciones para la capilla Peruzzi, en la iglesia de la Santa Croce de Florencia, Giotto es llamado de nuevo a Asís, para terminar la decoración de la basílica Inferior. Los frescos decorativos los había empezado hacía décadas Cimabue y su taller. Después de que Giotto desbancara en popularidad e innovaciones artísticas a su maestro, y teniendo en cuenta que la basílica Inferior estaba construida a modo de una cripta para albergar los restos de San Francisco, que permanecía cerrada a los fieles, la decoración quedó inacabada. Con motivo del centenario del santo, se volvieron a retomar los trabajos decorativos, tanto de la bóveda, como de los transeptos y las diferentes capillas excavadas en su muro. Giotto figuró de manera alegórica, las ideas que representaban más fielmente el espíritu y modo de vida franciscano: en cada uno de los plementos de la bóveda dio la imagen personificada de la Pobreza, la Obediencia y la Castidad, así como en el plemento oeste, justo encima del altar mayor, la Glorificación del santo. En la confluencia de los nervios de la bóveda, la iconografía se completaba con un medallón con el Cristo apocalíptico. Los arcos vueltos contenían inscripciones que explicaban el contenido de las pinturas. Las representaciones destacan fundamentalmente por la creación espacial donde transcurren los acontecimientos, con la particularidad de que el artista tiene en cuenta el lugar desde donde contempla la obra el espectador, por lo que adapta las escenas a la propia curvatura del plemento.

Además, es también digno de destacar la cantidad de detalles de carácter naturalista que introduce en los rostros y gesticulaciones de los personajes, así como en diferentes elementos subsidiarios de la escena, con lo que llega más fácilmente a la comprensión de las alegorías por parte de los fieles. Con ello, Giotto conseguía transmitir una imagen de cercanía entre los ideales franciscanos y el momento presente: la regla y norma de vida de San Francisco puede abrazarla cualquier contemporáneo de la época, ya que son conceptos intemporales y de vigencia continuada. Por último, destacar la gran armonía y buen tono de todas las composiciones con respecto al color, todo él unificado no sólo en las escenas particulares, sino formando un todo en el conjunto de la bóveda. Giotto ha conseguido avanzar en sus posibilidades de representación y ha construido una imagen a mitad de camino entre su sentido simbólico y la realidad misma.

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