Pierre Cecile Puvis De Chavannes

Pintor romántico francés (1798-1863) interesado por la temática exótica y violenta. Su atracción por el color y la luz anticipan el Impresionismo, siendo uno de los artistas que más apoye a los jóvenes creadores en los Salones oficiales.

Pintor neoclásico francés (1815-1879) especialista en temática histórica y retratos. Fue maestro de Manet.

Máximo representante del Barroco francés (1594-1665). Se formó en París, en un estilo totalmente manierista, trabajando a las órdenes de Philippe de Champaigne. En Roma, donde consiguió un sonado triunfo, se instaló con Domenichino, continuando con el idealismo de Annibale Carracci.

Pintor neoclásico francés (1780-1867), será considerado como uno de los mejores dibujantes del siglo XIX, influyendo en buena parte de los jóvenes artistas. Destaca su atracción por Rafael, de quien se declaraba discípulo.

Este autor fue discípulo de Ingres y, además recibió una profunda influencia por parte de Delacroix, siendo el único artista de su tiempo que fue capaz de llevar a cabo con éxito esta difícil síntesis entre dos autores tan dispares como son Ingres y Delacroix, uno más bien clásico y el otro romántico. Eligió su repertorio de temas entre las obras de ambos: ilustraciones de la Biblia o de las obras de Shakespeare, escenas de la vida norteafricana, reconstrucciones de escenas clásicas, decoraciones religiosas o alegóricas y retratos. Existen abundantes obras suyas en el Louvre, París y en algunos museos franceses de provincias.

A Puvis de Chavannes se le consideraba más que un pintor o un dibujante, un compositor que, alejado de toda exuberancia de color y de diseño, con la máxima sencillez posible, consigue una humilde y casi primitiva pero rotunda unidad en la superficie pictórica. En ocasiones se replantea los temas y cambia una figura de un grupo a otro, porque no quería representar lo que percibía y trabajaba en pos de lograr que las formas aparecieran puras ante la mirada interior.

El origen histórico del Impresionismo suele identificarse con la aventura iniciada por una serie de jóvenes pintores independientes, en cuya nómina figuraban los nombres de Monet, Renoir, Pissarro, Sisley, Cézanne, Degas y Morisot, quienes, dolidos y hartos de verse excluidos sistemáticamente del Salón parisino oficial, decidirían organizar una muestra pública en la casa del fotógrafo Nadar, sita en el Boulevar des Capucines de la capital francesa.

Paul Gauguin, pintor neo-impresionista francés, es el eterno viajero que siempre va buscando nuevas tierras que le puedan aportar algo. Nace en París en 1848 pero se traslada siendo niño con su familia a Perú. Al regresar a Francia se plantea la posibilidad de estudiar náutica, pero al suspender el examen de ingreso se enrola en la marina. En 1872, Gauguin es un próspero agente de Bolsa que adquiere una importante fortuna, pero a los diez años es despedido y se plantea vivir de la pintura que había aprendido con Pissarro. Su primer estilo impresionista sufre un cambio cuando se traslada a la Bretaña francesa buscando el primitivismo de sus gentes. Tras pasar una temporada en Pont-Aven y Le Pouldu, se marcha a la Polinesia, su paraíso perdido y ahora descubierto por un nuevo hombre y un nuevo pintor que introduce nuevos colores y temas en sus cuadros, llenos de simbolismo y primitivismo. En 1903 muere Gauguin en Atuana, tras una larga enfermedad, aunque deseaba cambiar su paraíso a España.

Unicamente fuera de la caduca y limitada sociedad occidental podía el hombre encontrar su liberación. El exotismo puede ser sólo un artificioso refugio de esteticistas y decadentes pero para Gauguin era la única solución para sobrevivir. En Pont-Aven encontró mucha calma y una vida barata; el ambiente ideal para que una comunidad de pintores pudiera vivir tranquila, sin preocupaciones materiales. Allí se formó el grupo de Pont-Aven, formado por Gauguin y su demasiado textual seguidor Laval y Bernard, a los que se uniría tímidamente Serusier.

A los artistas etiquetados como simbolistas, denominados espiritualistas, les interesa el misterio, la ambigüedad, los sentimientos complejos e indecisos, crear traduciendo lo inexpresable, caminar por ese bosque de signos baudeleriano, "tal vez oscuro pero no por ello impreciso". Puvis de Chavannes, Odilon Redon y Gustave Moreau serán los simbolistas más importantes.