PROEMIO AL LECTOR
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Datos principales
Desarrollo
PROEMIO AL LECTOR DEL NUEVO MUNDO e Indias Occidentales han escrito muchos autores diversos libros y relaciones, en que dan noticia de las cosas nuevas y extrañas, que en aquellas partes se han descubierto, y de los hechos y sucesos de los españoles que las han conquistado y poblado. Mas hasta agora no he visto autor que trate de declarar las causas y razón de tales novedades y extrañezas de naturaleza, ni que haga discurso e inquisición en esta parte, ni tampoco he topado libro cuyo argumento sea los hechos e historia de los mismos indios antiguos y naturales habitadores del Nuevo Orbe. A la verdad ambas cosas tienen dificultad no pequeña. La primera, por ser cosas de naturaleza que salen de la filosofía antiguamente recibida y platicada, como es ser la región que llaman Tórrida, muy húmeda, y en partes muy templada, llover en ella cuando el sol anda más cerca, y otras cosas semejantes. Y los que han escrito de Indias Occidentales, no han hecho profesión de tanta filosofía, ni aún los más de ellos han hecho advertencia en tales cosas. La segunda, de tratar los hechos e historia propia de los indios, requería mucho trato y muy intrínseco con los mismos indios, del cual carecieron los más que han escrito de Indias, o por no saber su lengua o por no curar de saber sus antigüedades; así se contentaron con relatar algunas de sus cosas superficiales. Deseando pues yo, tener alguna más especial noticia de sus cosas, hice diligencia con hombres pláticos y muy versados en tales materias, y de sus pláticas y relaciones copiosas pude sacar lo que juzgué bastar para dar noticia de las costumbres y hechos de estas gentes, y en lo natural de aquellas tierras y sus propriedades, con la experiencia de muchos años y con la diligencia de inquirir, y discurrir y conferir con personas sabias y experar; también me parece que se me ofrecieron algunas advertencias que podría servir y aprovechar a otros ingenios mejores, para buscar la verdad o pasar más adelante, si les pareciese bien lo que aquí hallasen.
Así que aunque el Mundo Nuevo ya no es nuevo sino viejo, según hay mucho dicho y escrito de él, todavía me parece que en alguna manera se podrá tener esta Historia por nueva, por ser juntamente historia y en parte filosofía y por ser no sólo de las obras de naturaleza, sino también de las del libre albedrío, que son los hechos y costumbres de hombres. Por donde me pareció darle nombre de Historia Natural y Moral de Indias, abrazando con este intento ambas cosas. En los dos primeros libros se trata lo que toca al cielo y temperamento y habitación de aquel orbe; los cuales libros yo había primero escrito en Latín, y agora los he traducido usando más de la licencia de autor que de la obligación de intérprete, por acomodarme mejor a aquellos a quien se escribe en vulgar. En los otros dos libros siguientes se trata lo que de elementos y mixtos naturales, que son metales, plantas y animales, parece notable en Indias. De los hombres y de sus hechos (quiero decir de los mismos indios, y de sus ritos y costumbres, y gobierno y guerras y sucesos) refieren los demás libros, lo que se ha podido averiguar y parece digno de relación. Cómo se hayan sabido los sucesos y hechos antiguos de Indios, no teniendo ellos escritura como nosotros, en la misma Historia se dirá, pues no es pequeña parte de sus habilidades haber podido y sabido conservar sus antiguallas, sin usar ni tener letras algunas. El fin de este trabajo es, que por la noticia de las obras naturales que el Autor tan sabio de toda naturaleza ha hecho, se le dé alabanza y gloria al Altísimo Dios, que es maravilloso en todas partes.
Y por el conocimiento de las costumbres y cosas propias de los indios, ellos sean ayudados a conseguir y permanecer en la gracia de la alta vocación del Santo Evangelio, al cual se dignó en el fin de los siglos traer gente tan ciega, el que alumbra desde los montes altísimos de su eternidad. Ultra de eso podrá cada uno para sí, sacar también algún fruto, pues por bajo que sea el sujeto, el hombre sabio saca para sí sabiduría y de los más viles y pequeños animalejos se puede tirar muy alta consideración y muy provechosa filosofía. Sólo resta advertir al lector, que los dos primeros libros de esta historia o discurso se escribieron estando en el Pirú, y los otros cinco después en Europa, habiéndome ordenado la obediencia volver por acá. Y así los unos hablan de las cosas de Indias como de cosas presentes, y los otros como de ausentes. Para que esta diversidad de hablar no ofenda, me pareció advertir aquí la causa.
Así que aunque el Mundo Nuevo ya no es nuevo sino viejo, según hay mucho dicho y escrito de él, todavía me parece que en alguna manera se podrá tener esta Historia por nueva, por ser juntamente historia y en parte filosofía y por ser no sólo de las obras de naturaleza, sino también de las del libre albedrío, que son los hechos y costumbres de hombres. Por donde me pareció darle nombre de Historia Natural y Moral de Indias, abrazando con este intento ambas cosas. En los dos primeros libros se trata lo que toca al cielo y temperamento y habitación de aquel orbe; los cuales libros yo había primero escrito en Latín, y agora los he traducido usando más de la licencia de autor que de la obligación de intérprete, por acomodarme mejor a aquellos a quien se escribe en vulgar. En los otros dos libros siguientes se trata lo que de elementos y mixtos naturales, que son metales, plantas y animales, parece notable en Indias. De los hombres y de sus hechos (quiero decir de los mismos indios, y de sus ritos y costumbres, y gobierno y guerras y sucesos) refieren los demás libros, lo que se ha podido averiguar y parece digno de relación. Cómo se hayan sabido los sucesos y hechos antiguos de Indios, no teniendo ellos escritura como nosotros, en la misma Historia se dirá, pues no es pequeña parte de sus habilidades haber podido y sabido conservar sus antiguallas, sin usar ni tener letras algunas. El fin de este trabajo es, que por la noticia de las obras naturales que el Autor tan sabio de toda naturaleza ha hecho, se le dé alabanza y gloria al Altísimo Dios, que es maravilloso en todas partes.
Y por el conocimiento de las costumbres y cosas propias de los indios, ellos sean ayudados a conseguir y permanecer en la gracia de la alta vocación del Santo Evangelio, al cual se dignó en el fin de los siglos traer gente tan ciega, el que alumbra desde los montes altísimos de su eternidad. Ultra de eso podrá cada uno para sí, sacar también algún fruto, pues por bajo que sea el sujeto, el hombre sabio saca para sí sabiduría y de los más viles y pequeños animalejos se puede tirar muy alta consideración y muy provechosa filosofía. Sólo resta advertir al lector, que los dos primeros libros de esta historia o discurso se escribieron estando en el Pirú, y los otros cinco después en Europa, habiéndome ordenado la obediencia volver por acá. Y así los unos hablan de las cosas de Indias como de cosas presentes, y los otros como de ausentes. Para que esta diversidad de hablar no ofenda, me pareció advertir aquí la causa.