La proximidad de los persas produjo reacciones contrarias a las tendencias dominantes los años anteriores. Si en éstos las tendencias dominantes fueron la de la disgregación y la manifestación de las diferencias internas, que afectaban a distintos órdenes de la vida en común, ahora, el peligro próximo, una vez tomada la decisión de resistir, impulsó a la solidaridad, hasta el punto de reclamar el regreso de los personajes que habían sido sometidos al ostracismo. Algunos de ellos pasaron a desempeñar un papel importante en la batalla, como Arístides, encargado de la fuerza hoplítica estacionada en la isla de Psitalea, lugar estratégico de gran importancia, situado en plena zona de desarrollo de los acontecimientos navales. Por otra parte, la decisión de evacuar la ciudad dio al Areópago un papel protagonista en todo el proceso, considerado como mecanismo de transferencia de la polis, definida como unidad de los hombres, no identificada con sus murallas. La ideología de la unidad era capitalizada por los organismos tradicionales, como depositarios del espíritu ateniense, en el que empieza a definirse la función de unificador de Grecia como patria común, a pesar de las diferencias que se han mostrado a lo largo de la guerra. Las tensiones entre ambos modos de ver la realidad se proyectan en la historia sucesiva, donde momentáneamente se impone la concepción unitaria de Arístides, Jantipo o Cimón, frente a quienes veían la configuración de nuevos peligros en los contactos con otras ciudades griegas. La confluencia de intereses navales de algunas de las familias implicadas anteriormente en alianzas colaboracionistas con los persas y de los intereses del demos subhoplítico crea una situación particular que influirá en la configuración de la nueva época.
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Nacido en París, era miembro de la Academia Francesa de Ciencias Sociales. Hombre de vasta cultura, tomó parte en expediciones a la Berbería y manejaba con soltura la navegación astronómica. Junto con Bouger, promovió en 1735 un viaje científico a la América española con el fin de comprobar la mayor anchura del globo terráqueo en el Ecuador. En dicho viaje colaboraron los marinos españoles Ulloa y Jorge Juan, condición impuesta por la Corona española para permitir el acceso francés a sus territorios americanos. En Guayaquil, determina astronómicamente la linea costera, permaneciendo durante dos años realizando mediciones que permitieron calcular las dimensiones de la Tierra. Llegado a Perú contribuye a expandir el pensamiento newtoniano y se entrevista con el ilustrado Barnuevo. En 1743 emprende una nueva expedición por el Amazonas, tocándo las misiones jesuitas y alcanzando el Atlántico. Pensó en la existencia de un canal que uniría los sistemas del Amazonas y del Orinoco, lo que originará numerosas expediciones exploratorias durante las décadas siguientes y enfrentamientos entre España y Portugal por el la posesión de dicho brazo. Humboldt determinará su existencia posteriormente. Estudió las propiedades del caucho y del curare, observando que éste último era usado por los misioneros del Pará como remedio contra la viruela. Halló también el árbol de la quinina, escribiendo un minucioso estudio.
contexto
La tragedia vital de Arik Sharon, como militar y como político, ha sido su incapacidad para ver más allá; un gran táctico con nula visión estratégica. Quiso terminar con el proceso de paz e intuyó que su paseo por la Explanada de las Mezquitas lo iba a conseguir y acertó; supuso que su desestabilización de Barak le terminaría por dar el poder y lo logró. A sus 72 años, ganó las elecciones de 2001 y llegó a la jefatura del Gobierno con su mentalidad de siempre: rechazó la devolución del Golán a Siria y de los territorios ocupados a los palestinos; ridiculizó los acuerdos de Oslo y posteriores; desacreditó a la Autoridad Nacional Palestina, proponiéndose convertir a los palestinos "en reservas indias"... Cuando juró el cargo de jefe de Gobierno, se recordó una vieja anécdota: en 1953 se buscaba un jefe de Estado Mayor para el Ejército de Israel y uno de los candidatos preferidos del primer ministro, Ben Gurion, era el general Laskov, al que calificaba como "el mejor soldado de Israel" en cuanto se le brindaba la oportunidad; tras haberlo oído muchas veces, el entonces mayor Sharon comentó: "lo que aquí necesitamos no es un soldado, sino un general". En 2001, cuando se precisaba de un gran político, capaz de vertebrar internamente a Israel y conducirle a la paz con los palestinos, se eligió a un soldado, famoso por su odio a los árabes y por sus cortas miras. Moshe Dayan decía de él: "Como jefe de batallón no tiene igual; pero donde se necesita un estratega, Arik se pierde". Y Arik se perdió. En sus años de gobierno, la sociedad israelí está más fragmentada que nunca; en su Ejército comienzan a ser significativos los casos de objeción y protesta; la economía está en recesión: (crecimiento negativo, más del 10% de paro y nula inversión extranjera); la Intifada ha cosechado un millar de muertos; el Ejército emplea aviones, helicópteros y tanques contra la población civil y destruye las infraestructuras levantadas con dinero de la Unión Europea, provocando la protesta de Bruselas; sus servicios secretos asesinan a los sospechosos de terrorismo; Tel Aviv suscita nuevas condenas de la ONU -frenadas por Washington en el Consejo de Seguridad- por el empleo desproporcionado de la fuerza, por incumplir sus resoluciones y por burlarse de ellas denominando territorios disputados a los territorios ocupados. El propio Sharon obstaculiza las negociaciones con los palestinos, exigiendo un plazo sin incidentes, lo que entrega las negociaciones de paz al albedrío de los terroristas de uno u otro campo; se le señala como primer beneficiado del asesinato del ex ministro libanés Eili Hobeika, testigo de cargo de la acusación presentada contra él ante la justicia belga; y lamenta públicamente no haber liquidado a Arafat en 1982# A tal obscena ostentación de odio no se había atrevido ningún jefe de Gobierno contemporáneo. Como no le mató hace veinte años en Beirut, ha tratado de desprestigiarle, acusándole incesantemente de terrorista ("Arafat es nuestro Bin Laden") y durante mucho tiempo le tuvo recluido en sus oficinas de Ramala y le buscó sustitutos... La situación de Sharon frente a Arafat y al hipotético Estado palestino constituye la quintaesencia de la política del jefe del Gobierno israelí respecto a la cuestión palestina: "Si no hay otro remedio, los palestinos se quedarán, pero donde yo quiera; tendrán un estado, el que yo diga y cuando yo lo decida; su jefe será el que yo elija..." Y entre tanto, la Unión Europea se muestra partidaria de un Estado palestino, pero sin ponerse de acuerdo sobre cómo, cuándo y en qué condiciones. Por su parte, el presidente Bush "está muy preocupado por la suerte de los palestinos que no son terroristas", pero ha renunciado a impulsar la paz en los términos auspiciados por su país a partir de 1993 y a mantener una cierta neutralidad, indispensable en cualquier papel mediador. Con estos planteamientos, la paz en el Próximo Oriente llegará ad calendas graecas. Un panorama aún más complejo desde la muerte de Arafat, en noviembre de 2004.
contexto
Luisa Enrique Manrique de Lara, Condesa de Paredes, fue hija de Luis Enríquez, Maestre de Campo de la Infantería española en Nápoles y de Catalina de Luján. Nació en Nápoles el 25 de septiembre de 1604. Tras años en Galicia y Valladolid llegó a la corte de mano de su padre. Fue Dueña de Honor de Isabel de Borbón, primera mujer de Felipe IV, aya de la Infanta María Teresa, futura reina de Francia. Luisa Enrique se casó en 1631 con su primo, Manuel Manrique de Lara, IX Conde de Paredes de Nava. Tuvo cuatro hijos, heredando el título la segunda Inés, quien contrajo matrimonio con Vespasiano Gonzaga, de la Casa de Mantua. Tras enviudar en 1637 volvió a palacio con dos de sus hijas, las cuales obtuvieron el cargo de Damas de la reina. En 1648 decidió ingresar como religiosa carmelita descalza en el convento de Malagón (Ciudad Real) adoptando el nombre religioso de Sor Luisa Magdalena de Jesús. Murió en el mismo convento el 18 de octubre de 1660. Como otras muchas mujeres, el convento fue para ella el ámbito que le permitió escribir con sosiego sus composiciones poéticas y otros textos religiosos. Fue autora precisamente de varios de ellos, entre los que destacan El año santo o Meditaciones para todos los días en la mañana, tarde y noche, sobre los misterios de la vida de Cristo Señor Nuestro y de su Pasión, publicado en Madrid en 1668, así como sus composiciones poéticas. Sor Luisa Magdalena, al igual que Sor María de Ágreda (1602-1665), ha sido conocida, sobre todo, por la correspondencia epistolar que mantuvo con el rey Felipe IV. Gráfico El rey le dirigió al menos 30 cartas desde el 9 de octubre de 1644, tres días después del fallecimiento de la reina Isabel de Borbón hasta el 8 de agosto de 1651, pero se sabe que hubo continuidad en la correspondencia, hasta el fallecimiento de la Condesa en 1660, con un total de 74 cartas conocidas. El contenido de las mismas muestra la completa confianza del rey con sor Magdalena, al tratar temas muy diversos sobre asuntos de estado y de la guerra, como la situación en Holanda, Flandes, Cataluña y Francia, así como comentarios variados sobre temas cotidianos. Pero, sobre todo, acerca de la intimidad familiar desde el fallecimiento de la reina Isabel. Temas constantes en la mayoría de las cartas son el reflejo del estado de ánimo del rey y la ansiedad que siente ante la llegada de su soberana, Mariana de Austria, con la que esperaba contraer matrimonio; el crecimiento de la infanta María Teresa, futura reina de Francia, de quien fuera aya Sor Magdalena, el ansiado embarazo de la reina, tan importante para la sucesión del reino; y el consiguiente nacimiento de su hija Margarita María de quien fuera madrina de bautizo su hermana María Teresa. (58)
obra
Adèle Zoe Marie Tapie de Céleyran era el nombre de soltera de la madre de Toulouse-Lautrec. Había nacido en 1848 y se había casado con su primo hermano Alphonse Charles, conde de Toulouse, posiblemente para aumentar las fortunas de ambas familias. Pero en el aspecto médico la consanguinidad provocaría en el hijo del matrimonio una enfermedad denominada picnodisostosis, desorden genético de los huesos que tiene como resultados estatura pequeña, piernas cortas, manos y pies pequeños y cierta tendencia a las fracturas. La madre de Henri sintió siempre un gran cariño hacia su hijo, llegando a trasladarse a París - a una casa bastante modesta a diferencia de su palacio de Malromé, en las cercanías de Burdeos - para estar más cerca de él y poder llevar un cierto control de su crápula vida. Ese aspecto de buena mujer es lo que más llama la atención de este retrato, perfectamente elaborado, empleando unas tonalidades claras y una pincelada rápida y suelta que sugiere un conocimiento de la obra de Manet aunque también podemos encontrar cierta referencia a Daumier. El aspecto psicológico de la modelo será una de las facetas que destacará en los retratos de Toulouse-Lautrec, incluso ya en sus años iniciales.
obra
Ante una ventana vista desde el interior de una habitación, he colocado un cuadro que representa exactamente la parte del paisaje escondida por la pintura. Así, el árbol oculta el árbol que está detrás, fuera de la habitación. Para el espectador, ese árbol está a un mismo tiempo en la habitación, sobre el cuadro y fuera, en el paisaje real. Así es como vemos el mundo. Lo vemos fuera de nosotros mismos y a la vez en nuestro interior sólo tenemos una representación", escribió Magritte acerca de este cuadro, en el que se nos pregunta acerca de la realidad y nuestra comprensión de ambas.
contexto
Al periodo que se prolonga hasta los acontecimientos revolucionarios de marzo de 1848 se le denomina en Alemania como periodo de la Restauración o Vormärz (anterior a marzo), aunque no se trate de una Restauración tan rotunda como hubieran deseado los firmantes del Congreso de Viena, ni todos los acontecimientos de aquellos años puedan explicarse en función de los acontecimientos revolucionarios posteriores.En junio de 1815 se había formado la Confederación-Germánica (Bund) que agrupaba 39 Estados bajo la presidencia del emperador de Austria y, aunque se trataba de una autoridad más moral que real, resultaba indudable la influencia austriaca como gran potencia. La Confederación no suponía ninguna concesión al naciente nacionalismo alemán y la actitud vigilante de Austria hizo difícil la consolidación de los focos nacionalistas, especialmente entre las asociaciones universitarias.Las escasas manifestaciones del liberalismo alemán se concentraban en los Estados alemanes del sur y en algunos de los del centro, que era donde existían las únicas instituciones parlamentarias (Baden había otorgado, con algunas reservas, el sufragio universal). Figura destacada del liberalismo alemán fue Karl von Rotteck, miembro del Parlamento de Baden y autor de un Diccionario Político (1834-1843) que puede ser considerado como la principal obra de referencia del pensamiento liberal alemán de aquellos años. A él se podría añadir Karl Follen, de Giessen, republicano y partidario del tiranicidio (un discípulo suyo sería el asesino del poeta Kotzebue en 1819, que habría de desatar una fuerte oleada represiva contra liberales y nacionalistas), o Karl-Theodor Welcker, que en 1831 propondrá en la Dieta de Baden un Parlamento común a todos los Estados alemanes. En la Alemania del norte el liberalismo estaba representado por Dahlman, partidario de la unidad nacional bajo la hegemonía prusiana.Después de los sucesos revolucionarios de 1830, el liberalismo alemán ganaría también el apoyo de poetas como Heine, Börne, Freiligrath y Hoffmann von Fallersleben, que apoyan un Estado popular y democrático, en contra del feudalismo y del clericalismo. Era un liberalismo que, en todo caso, encontraba mayor eco en los ámbitos culturales y universitarios que en el de los negocios.Una posición más extrema la representaban los radicales, que se podían considerar herederos del jacobinismo francés, y que abogaban por la idea del gobierno del pueblo y el logro de la verdadera igualdad social. Georg Büchner (1813-1837) fundó en 1834 una Sociedad para los Derechos del Hombre que animó un fracasado levantamiento de campesinos y obligó a su inspirador al exilio y al refugio en la literatura (La muerte de Dantón y Woyzeck). Las reivindicaciones de estos extremistas radicales estaban directamente condicionadas por la experiencia del empobrecimiento que habían experimentado muchos campesinos y artesanos, debido a la desaparición de los lazos serviles, en el mundo rural, y al comienzo de la industrialización y la desaparición de las corporaciones en las ciudades.La oleada revolucionaria de 1830 devolvió también la fortaleza al sentimiento nacionalista en Alemania y se tradujo en la proliferación de fiestas populares, especialmente entre los Estados del suroeste. Estas concentraciones demostraron rotundamente el enraizamiento popular de esos sentimientos nacionalistas. La más notable tuvo lugar en el castillo de Hambach, a finales de mayo de 1832, cuando más de 30.000 personas se reunieron con el pretexto de celebrar el aniversario de la Constitución bávara de 1818, aunque los principales discursos (Wirth y Siebenpfeiffer) se dedicaran a denunciar la opresión de los príncipes y a reclamar reformas democráticas profundas en un Estado nacional alemán.Pieza esencial en el fortalecimiento de esas convicciones resultó, en todo caso, el desarrollo económico y la marcha hacia un mercado unificado y librecambista que permitiera superar las condiciones creadas por la fragmentación política y aduanera existente. Prusia suprimió sus barreras interiores en 1818 y, al año siguiente, se fundó en Frankfurt una Asociación General del Comercio y de la Industria de Alemania, que se convertiría en portavoz de los intereses económicos en pro de la unificación política. El éxito se alcanzaría el 1 de enero de 1834, cuando se puso en marcha la Unión Aduanera (Zollverein) que, bajo la inspiración prusiana, puso en pie un mercado en el que participaban 18 Estados alemanes y 23.000.000 de personas. La medida suponía un evidente logro económico, pero tampoco faltaron (Friedrich List) quienes supieron ver detrás de ella las implicaciones políticas que podría tener, con vistas a la organización de un futuro Estado alemán unido.En paralelo a esta medida cabe situar la construcción de una red de ferrocarriles, así como de rutas terrestres y canales fluviales, en donde aparecen los primeros barcos de vapor. En 1835 se inaugura la primera línea de ferrocarril (de Nuremberg a Fürth) y en 1842 el Gobierno prusiano publica un decreto en el que garantiza un interés del 3,5 por 100 a las acciones de las sociedades ferroviarias, aunque los rendimientos pasarían a ser pronto muy superiores (la línea de Magdeburgo a Leipzig proporciona dividendos del 10 por 100 ya en 1843). Sólo en 1846 se construyen 1.100 kilómetros de vías y, desde mediados de esa década, la siderurgia alemana (cuenca del Ruhr) se encuentra en condiciones de contrarrestar la competencia de ingleses y belgas.Los cambios económicos traen un problema generalizado de empobrecimiento como consecuencia de la aparición de un nutrido proletariado agrícola, debida a las medidas de liberalización de la propiedad agraria. También aparece un proletariado artesanal como consecuencia de la aparición de las nuevas formas industriales. En 1844 se produce una revuelta de tejedores en Silesia, que es reprimida por las tropas prusianas, pero que revela la profundidad de lo que se denomina la cuestión social.Las primeras asociaciones para luchar contra este estado de cosas tienen carácter clandestino, como consecuencia de la legislación prusiana en contra del asociacionismo. En contacto con asociaciones extranjeras (inspiradas por Mazzini o Blanqui) surgen agrupaciones como la Federación de los Proscritos que propone un programa en 1834, reclamando la igualdad social. Otros derivan hacia un comunismo primitivo, como es el caso del sastre Wilhelm Weitling, que tiene que buscar refugio en París.El Estado de más entidad en el mundo germánico, al margen del Imperio austriaco, era el reino de Prusia, que tenía una gran extensión territorial, aunque fragmentada entre la tradicional Prusia oriental, acrecentada a costa de los polacos, y los territorios adquiridos después de 1815 en el oeste, en las riberas del Rin. En 1840 accedió al trono Federico Guillermo IV, que pareció dispuesto a corregir el rígido absolutismo hasta entonces imperante. Esto animó las tendencias liberales latentes en la zona renana, que se marcaban como objetivo el establecimiento de una Constitución y la existencia de un Gobierno representativo. Ese fue el sentido del memorándum que David Hansemann presentó al rey ese mismo 1840, en el que criticaba los peligros del excesivo burocratismo, a la vez que se mostraba partidario de conjurar la amenaza de una revolución a través de la consolidación de la propiedad y el desarrollo de la educación.Por lo demás, el mundo universitario y académico seguía manifestándose como un foco de los ideales nacionalistas. La organización de congresos y reuniones para estudiar los asuntos alemanes tuvo una gran significación política, y las autoridades se vieron muchas veces obligadas a intervenir en los asuntos académicos. Rotteck, por ejemplo, fue depuesto en 1832 de su cargo de decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Friburgo.La prensa también fue un ámbito de gran importancia política. A principios de 1842 comenzó a publicarse el Rheinische Zeitung, que se convirtió en una plataforma de las posiciones demócratas más radicales, exigiendo la aplicación incondicional del principio de la soberanía del pueblo, en un Estado republicano alemán. Karl Marx (1818-1883) formaba parte de su redacción, después de que sus ideas liberales le hubiesen impedido conseguir un puesto de profesor en la universidad. Marx, que partía de una formación hegeliana, fue evolucionando desde entonces hacia posiciones socialistas que le llevaban a criticar el despotismo de la Iglesia y del Estado, así como a rechazar la propiedad privada. Marx tuvo que emigrar a París a finales de 1843, tras la prohibición del periódico. En esa ciudad desarrollaría sus convicciones socialistas y su concepto de la revolución social bajo la influencia del sastre Wilhelm Weitling (1808-1871).La situación alemana seguía exigiendo urgentes reformas en vísperas de los sucesos revolucionarios de 1848 y las fronteras políticas no eran obstáculo para el entendimiento entre liberales y demócratas de carácter radical. La propuesta de estos últimos se concretó en septiembre de 1847, durante una reunión celebrada por los republicanos (Hecker, Struve) en Offenburg. En el programa aprobado reclamaron libertades básicas y un programa social igualitario, todo ello a través de la representación del pueblo en el seno de la Confederación Germánica.Los liberales se reunieron un mes más tarde, en Heppenheim, y aglutinaron los puntos de vista de los liberales del sur con los renanos (Deutsche Zeitung, de Heildeberg). Opuestos a la violencia, confiaban en el desarrollo político del Zollverein.
contexto
Para que el Tercer Mundo pudiera desempeñar un papel en las relaciones internacionales resultaba por completo necesario que adquiriera conciencia de sí mismo. Empezó a lograrlo con ocasión de la conferencia de Bandung, antigua capital de Indonesia, celebrada en abril de 1955. Quienes tuvieron la iniciativa de celebrarla fueron cinco jefes de Gobierno asiáticos -los de Birmania, Ceilán, India, Indonesia y Pakistán-, la mayor parte de ellos antiguas colonias británicas. Invitaron a otros veinticinco países de Asia y África, de los que la inmensa mayoría aceptaron. La coyuntura internacional contribuye en buena medida a explicar el éxito de la conferencia. Habían concluido ya la Guerra de Corea y la de Indochina mientras que proseguía la relación conflictiva entre los Estados Unidos y China y se hacía cada vez más necesaria la reafirmación de una política propia a desarrollar por parte de los países recién independizados. Además, después de 1954 parecía haberse solucionado, aunque sólo fuera a título provisional, el conflicto entre China e India en relación con el Tíbet. El primer ministro indio, Nehru, consideraba que era de la máxima importancia lograr que China hiciera acto de presencia en el escenario internacional asiático. Entre los asistentes fue muy pronto fácil de percibir la existencia de hasta tres tendencias: una pro-occidental -Japón, Filipinas, Vietnam del Sur, Laos, Tailandia, Turquía, Pakistán, Etiopía, Libia, Libano, Irak, Irán, Liberia...-, otra estrictamente neutralista -Afganistán, Birmania, Egipto, India, Indonesia, Siria...- y una tercera comunista (China y Vietnam del Norte). El resto de los asistentes osciló en su postura. China, representada por Chu En Lai, quizá por el carácter de su representación o por su conciencia de estar en minoría, tuvo un papel moderado en la conferencia mientras que algunos países como Pakistán dejaron bien clara desde un principio su política anticomunista. Pero todos coincidieron en la condena del colonialismo, principal tema que había convocado a los presentes. Tres países prooccidentales -Filipinas, Pakistán y Tailandia- llamaron la atención acerca de que, si hasta el momento el colonialismo había sido una realidad occidental existía el peligro de que apareciera una nueva forma de colonialismo peor que la primera; el último de los países citados hizo referencia a una realidad especialmente digna de ser tenida en consideración por los países del Sudeste asiático, es decir la existencia de importantes minorías chinas en todos los países del área. Finalmente se aprobó una condena del "colonialismo en todas sus manifestaciones", propuesta por el indio Krisna Menon, que satisfizo a todos a pesar de basarse en el inconveniente de la imprecisión. El "no alineamiento" o "coexistencia pacífica" fue el segundo tema más importante de la reunión y también dio lugar a una viva controversia entre los asistentes. Para los más neutralistas de ellos, la misión histórica de los países que acababan de alcanzar la independencia era situarse entre los comunistas y los occidentales como una especie de colchón protector de la paz y la convivencia entre las naciones. Nehru, por ejemplo, defendió como base de acción de los países reunidos el "Panch Shila", es decir los cinco principios incluidos por India y China en el preámbulo del acuerdo al que habían llegado para dirimir sus contenciosos sobre Tíbet y que eran considerados como un modelo de lo que debieran ser las relaciones internacionales en el mundo futuro: respeto a la integridad territorial y a la soberanía, no agresión, no ingerencia en los asuntos internos, reciprocidad y coexistencia pacífica. Nehru afirmó que constituía una "intolerable humillación" aceptar que una nación recién independizada pudiera pasar a figurar como un satélite de una de los dos superpotencias que se habían confrontado hasta el momento y previó que si estos alineamientos proliferaban el resultado sería muy peligroso para la paz mundial. Pero los países occidentales, por la boca del presidente pakistaní Mohamed Alí, propusieron una fórmula diferente, los "siete pilares de la paz", propuestos por él que incluían el derecho a defenderse de forma individual o colectiva; así se justificaría la pertenencia de su país a la SEATO, inspirada por los Estados Unidos. La mediación para lograr una solución satisfactoria para todos fue, en este caso, obra de Chu En Lai, que aceptó la fórmula pakistaní después de lograr que este país declarara que no llevaría a cabo nunca una guerra de agresión en contra de China. La importancia de la Conferencia de Bandung reside en que fue la primera ocasión en que se produjo la reunión de una gran conferencia de países del Tercer Mundo sin la presencia de los europeos, de la URSS o de los Estados Unidos. Los acuerdos a los que se llegó en ella no fueron tan importantes como el hecho de que demostró que un nuevo actor hacía acto de presencia sobre el escenario internacional. Eran, según Senghor, uno de los líderes más importantes del África convertida en independiente, "los pueblos de color, los pobres del mundo". Por lo menos, según comentó un profesor de la Universidad de El Cairo, Butros Butros-Gali, que con el paso del tiempo llegaría a convertirse en secretario general de la ONU, se había creado la ilusión de un porvenir mejor. La Conferencia coincidió con el comienzo de una oleada de emancipaciones coloniales y sentó la aparición de una nueva realidad en las relaciones internacionales que habría de convertirse en un dato permanente durante mucho tiempo. De entrada, el encuentro de Nasser, Tito y Nehru en Brioni en julio de 1956 permitió promover los principios de no alineamiento y coexistencia pacífica por más que al secretario de Estado norteamericano John Foster Dulles le parecieran "inmorales"; además, consagró el liderazgo del movimiento de los países no alineados en los tres personajes indicados. El reavivamiento del nacionalismo árabe y una nueva actitud de la URSS de cara a la política internacional en Oriente Medio contribuyen a explicar los acontecimientos que tuvieron lugar en esta parte del mundo y que fueron, sin duda, una espectacular victoria, en términos relativos, sobre los países colonizadores de antaño
obra
Toda la colección se conservaba en el castillo de Belvoir, del duque de Rutland, en donde se exponen actualmente cinco de los cuadros. El Bautismo, se conserva en la National Gallery de Washington. Este que nos ocupa, por desgracia, quedó destruido en un incendio en dicho castillo en 1816. Por ello se ha incluido una copia realizada a fines del siglo XVIII por el copista belga André de Muynck, la cual nos sirve para contemplar esta obra maestra. La Penitencia, o Confesión, aquí representada por Poussin, se inserta, en su aspecto teológico, en la disputa que en el siglo XVII sostuvieron los jesuitas y los jansenistas. Poussin parece desmarcarse de la ortodoxia jesuítica, pero en cualquier caso su preocupación es más arqueológica que teológica. Respecto a las características de la serie, remitimos a El Matrimonio, primera obra del ciclo.