La primitiva iglesia del convento jesuita de Barcelona fue construida en 1553, ocupando el actual ábside. En 1660 se solicita el permiso para ampliar el templo, si bien los trabajos finalizarán en 1732. En el año 1936 un espectacular incendio destruyó buena parte del edificio. Se trata de un templo de una sola nave, con capillas en ambos lados, separadas por arcos que sostienen las tribunas características del Barroco mediterráneo, tribunas destruidas por un incendio. La fachada que se abre a la calle del Carmen presenta dos cuerpos, el primero con relieves geométricos y el segundo con el paramento liso. La portada de acceso es más suntuosa, con tres cuerpos; en el inferior hallamos columnas salomónicas, pilastras en el central y un óculo en el tercero. Diversas estatuas adornan la fachada.
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museo
Berzé-la-Ville era un priorato cluniacense próximo al monasterio, apenas a una decena de kilómetros. En su interior encontramos una de las decoraciones pictóricas más importantes del Románico francés. Realizada hacia 1109 con una técnica muy cuidada, sobre un espeso enlucido de base, se representaba en el interior del ábside una composición en tres niveles: arriba, Cristo en majestad; en el medio, escenas relativas a los martirios de san Blas y san Lorenzo o san Vicente; abajo, una serie de bustos de santos, en total, dieciséis figuras alrededor del Pantocrátor. Ademanes y caracterización de los rostros denuncian el conocimiento de obras bizantinas. Sin embargo, es posible, como creen algunos especialistas, que el pretendido bizantinismo no corresponda a una dependencia directa, sino a algo aprendido a través de modelos italianos; seguramente, dados los estrechos contactos existentes, con Montecasino; no faltando una coincidencia en los detalles ornamentales con la misma pintura romana coetánea. Con el tiempo, la pequeña iglesia fue convertida en granero y sus muros pintados de blanco. En 1887 el abad Jolivet, cura del pueblo y amante del arte románico, descubrió la cabeza de Cristo del ábside, lo que permitió descubrir la exquisita decoración interior que atrae hace Berzé-la-Ville a turistas de todo el mundo.
obra
Berzé-la-Ville era un priorato cluniacense próximo al monasterio, apenas a una decena de kilómetros. En su interior encontramos una de las decoraciones pictóricas más importantes del Románico francés. Realizada hacia 1109 con una técnica muy cuidada, sobre un espeso enlucido de base, se representaba en el interior del ábside una composición en tres niveles: arriba, Cristo en majestad; en el medio, escenas relativas a los martirios de san Blas y san Lorenzo o san Vicente; abajo, una serie de bustos de santos, en total, dieciséis figuras alrededor del Pantocrátor. Ademanes y caracterización de los rostros denuncian el conocimiento de obras bizantinas. Sin embargo, es posible, como creen algunos especialistas, que el pretendido bizantinismo no corresponda a una dependencia directa, sino a algo aprendido a través de modelos italianos; seguramente, dados los estrechos contactos existentes, con Montecasino; no faltando una coincidencia en los detalles ornamentales con la misma pintura romana coetánea. La Tortura de San Vicente Diácono forma parte de la decoración de este conjunto.
obra
La fachada de este templo se compartimenta a través de pilastras verticales mientras que las dos portadas laterales presentan medias columnas adosadas para sostener un entablamento recto. El segundo cuerpo cambia respecto a la estética del primero ya que la serenidad inicial se transforma en intenso movimiento gracias al bocelón que enmarca la hornacina principal.
monumento
Antonio Matías de Figueroa intervino en la remodelación de la iglesia de Bollullos del Condado entre los años 1775 y 1779. La fachada se compartimenta a través de pilastras verticales mientras que las dos portadas laterales presentan medias columnas adosadas para sostener un entablamento recto. El segundo cuerpo cambia respecto a la estética del primero ya que la serenidad inicial se transforma en intenso movimiento gracias al bocelón que enmarca la hornacina principal. La torre adosada presenta un sobrio fuste que se decora en la zona del campanario al enmarcarse los arcos con pilastras; el remate de chapitel puntiagudo intensifica el ritmo ascensional.
obra
Klimt es considerado por C.M. Nebehay como "uno de los paisajistas más importantes de su época. Vio en el paisaje el medio de exponer un estado de ánimo (...) El secreto de su arte como pintor paisajista reside en la manera de interpretar y entrelazar esas diferentes formas de ver (...) el paisaje era para él un lugar de contemplación, una fuente de alegría, pero también de tristeza".En la década de 1910 los paisajes de Klimt presentan arquitectura, vegetación y agua, en una estructura piramidal similar a La virgen, buscando el equilibrio y la armonía de los elementos que participan en el conjunto. De esta manera, las formas se geometrizan y se acercan al cubismo, recurriendo también a una significativa reducción cromática que se limita a verdes, malvas, azules y grises. La aparición de cipreses en esta composición ha sido interpretada por algunos estudiosos como símbolo de la muerte, enlazando con las composiciones figurativas que en estas fechas se realizarán como Muerte y vida.