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obra
Cosmas Damián y Egid Quirin, el primero pintor y el segundo escultor, habían ido a Roma en 1711 y allí se empaparon del arte de Bernini, pero más que en su faceta de arquitecto, en la de escultor y, sobre todo, de escenógrafo. Frente al resto de los artistas bávaros, estos hermanos se mantuvieron alejados del espíritu del rococó. El altar mayor de Weltenburgo, con sus focos de luz ocultos y sus violentos contrastes o con la teatral figura de San Jorge dirigiéndose a los fieles, no es otra cosa que una fiel respuesta en Baviera a la retórica romana. La nave de la iglesia recuerda San Andrés en el Quirinal de Bernini y se concibe como una sala de teatro.
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Arquitecto prolífico, entre iglesias y monasterios cuenta más de cincuenta, se formó en la corporación muniquesa de albañiles. Flexibiliza su estilo, adaptándose en cada caso a la clientela y a sus recursos. En esta iglesia intenta una interpretación rococó de la iglesia de Vorarlberg, curvando las tribunas para imprimir una sensación de mayor dinamismo espacial.