En la temática paleolítica sobresale la representación de animales, hasta el punto de identificar el arte del paleolítico como un arte esencialmente animalista. Estos alces procedentes de una cueva del valle del río Angara en Siberia presentan un enérgico perfil de gran valor estético, representando la silueta del animal de manera tremendamente realista.
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Personaje
Militar
Político
La muy ilustre familia ateniense de los Alcmeónidas tiene en Alcibíades a uno de sus postreros representantes. La muerte de su padre, Clinias, motivó que Alcibíades fuera educado por Pericles. Pronto se inició en política, dotado de un poderoso poder de convicción gracias a su fluida oratoria, fue nombrado estratega en 420 a.C., iniciando una alianza contra Esparta que supondría la ruptura de la paz establecida por Nicias. Los atenienses tuvieron que acudir en ayuda de su aliada Argos y sufrieron una contundente derrota a manos del rey espartano Agis. La derrota provocó un cambio de política y Atenas se encaminó hacia nuevos frentes. La isla de Melos fue ocupada lo que motivó que entre los propios aliados de Atenas se desarrollara cierta desconfianza. La nueva campaña emprendida por Alcibíades se dirigió hacia Sicilia donde Segesta había pedido socorro a Atenas. El potente ejército ateniense se encaminó a la isla en el verano de 415 al mando de Alcibíades. La expedición no recibió el tratamiento esperado y la flota fue obligada a regresar a Atenas donde Alcibíades debía ser sometido a juicio. Temeroso ante la posibilidad de ser condenado, Alcibíades huyó durante el viaje y se refugió en Esparta, recibiendo la protección del rey Agis. Para vengarse de Atenas, Alcibíades fue el promotor de la campaña en defensa de Siracusa que derrotó contundentemente a los atenienses (agosto 413 a.C.) provocando la deserción de buena parte de sus aliadas en Jonia. Durante su estancia en Esparta, Alcibíades sedujo a la esposa de su benefactor, la bella Timée. Agis dispuso el asesinato del ateniense pero Alcibíades consiguió escapar, huyendo a la corte del sátrapa Tisafernes donde se refugió. Pronto consiguió que el persa rompiera la alianza con Esparta al tiempo que prometió ayuda persa a la flota ateniense a cambio de una mayor aportación aristocrática en el gobierno de la ciudad. Desde su refugio persa Alcibíades pudo contemplar como Atenas vivía graves conflictos de carácter social y político, resueltos cuando los partidarios de la oligarquía y los demócratas llegaron a un entendimiento. La única salida a la tensión que se vivía en el Atica era una guerra. Alcibíades fue llamado como general para vencer a los ejércitos espartanos, consiguiendo la victoria en Cízicos. Sus hazañas le llevaron de nuevo a la ciudad , donde fue recibido con honores y sus bienes le fueron restituidos, siendo nombrado estratega. Con su nuevo cargo se propuso conquistar la Jonia para Atenas, enfrentándose a Lisandro, saliendo el ateniense derrotado. Alcibíades decidió encaminarse de nuevo al exilio, siendo asesinado en Persia.
Personaje
Pintor
<p>Carlos Alcolea fue un miembro destacado del grupo de pintores figurativos madrileños, junto a Pérez Villalta, Manolo Quejido y Herminio Molero, que se dieron a conocer a finales de los años 70 interesados en la pintura libre de Luis Gordillo.<br>Su primera obra es una síntesis de diversos lenguajes contemporáneos: de las corrientes figurativas inglesas y la técnica y el trazo posimpresionista.<br>Alcolea expuso por primera vez en la Galería Amadís de Madrid en 1971 y un año después participó en los Encuentros de Pamplona sobre la integración de todas las actividades artísticas. Fue, además, un pintor intelectual y su pintura hace continuas referencias a la literatura y a la obra de antiguos maestros. El color tiene una gran relevancia en todas sus gamas. En sus cuadros escenifica las actitudes consecutivas del personaje y su relación con el entorno. <br>Obras suyas son Autorretrato de 1974, Matisse de Día, Matisse de Noche de 1977, Desnudo bajando una escalera y la más reciente La Maitrese y la Servante de 1986. EN 1980 publicó el ensayo Aprender a Nadar de 1980 en el que redactó sus planteamientos artísticos. Ese mismo año se celebró una exposición antológica de su obra en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.</p>
Personaje
Escultor
Artista influido por los Vallmitjana y también por Berruguete, en 1890 es premiado con la medalla de segunda clase de la Exposición Nacional con una figura de Marte que adquirió el Estado. También es autor de piezas de gran empaque como el monumento al Padre Piquer (Plaza de las Salesas, Madrid), y el de San Isidoro de Sevilla, por el que obtuvo la primera medalla Nacional de 1895. De la Biblioteca Nacional son suyas las figuras de Alonso Berruguete y Alfonso X el Sabio. En 1902 realiza un monumento a Agustín Argüelles, situada en el Parque del Oeste, Madrid.
lugar
<p>Alcoy es una las más importantes ciudades de la provincia de Alicante, levantada entre sierras, cumbres y barrancos. Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en el yacimiento de El Salt han determinado que existe ocupación de este lugar desde hace al menos 40.000 años. Del V milenio a.C. son las pinturas rupestres del abrigo de La Sarga, cuya importancia les ha merecido ser reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Mucho más recientes fueron los iberos, quienes ocuparon el lugar conocido como La Serreta entre los siglos IV y III a.C. Los arqueólogos han recuperado numerosos exvotos, lo que indica que se trató sin duda de un santuario o un lugar de significación religiosa. También a los iberos pertenecen los famosos Plomos de Alcoy. A los iberos suceden los romanos, a partir del siglo II a.C. En esta época el poblado cambia de ubicación, levantándose a una menor altura, aunque todavía no en su lugar actual. Durante la etapa musulmana Alcoy conoce una gran expansión. Las técnicas agrícolas que implantan los árabes en la zona conllevan un notable avance con respecto a las precedentes, por lo que la población adquiere un gran desarrollo entre los siglos X y XIII. Sin embargo, en 1276, tras la llamada Batalla de Alcoy, finalizó el dominio musulmán de la localidad, aunque todavía los vencidos continuaron durante mucho tiempo trabajando los campos, esta vez al servicio de los señores cristianos. Entre los siglos XIII y XIV los alcoyanos, valo el señorío de Roger de Lauria, vieron florecer una nueva actividad, el textil, cuyos artesanos se agruparon en poderosos gremios. La pujanza de Alcoy la convirtió en una pieza codiciada para los piratas berberiscos, que acostumbraban a asolar las costas levantinas desde el siglo XV, lo que hace que los alcoyanos se organicen en milicias. También durante este siglo se produce el paso de la localidad de las manos de la nobleza a las de la Corona. El textil y, algo más tarde, el papel, fueron los motores de la economía de Alcoy, que comenzó a vivir una etapa de prosperidad a partir del siglo XVIII. Con la Revolución Industrial, Alcoy se convirtió en una de las ciudades más pujantes de España, lo que conllevó su crecimiento demográfico y urbanístico y el surgimiento de una poderosa y acaudalada clase burguesa, bajo cuyos auspicios fueron levantados diversos edificios de corte modernista. También la industrialización fue responsable del surgimiento de los primeros movimientos en defensa de las condiciones laborales de los obreros, así como de las llamadas protestas luditas, en las que los trabajadores se rebelaban contra la maquinización, a la que culpaban de su miseria. Actualmente, Alcoy es una próspera ciudad, entre cuyos atractivos se encuentran si duda sus conocidas fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran en honor de San Jorge, su patrón.</p>
lugar
<p>Alcuéscar debió estar poblada por explotaciones agrícolas o de recreo de los habitantes de Emerita Augusta. En esas fechas comienza a haber textos que relatan los acontecimientos de las colonias o municipios romanos como Mérida o Trujillo, La época de dominación romana duró casi quinientos años y fue próspera y pacífica para toda esta región, quizás la más próspera y pacífica de toda su historia.</p><p>Rota la pax romana con la caída del Imperio se inicia una época de incertidumbre. Sin embargo fue probablemente en este momento de la historia, en el siglo VII, cuando se construyó la Basílica de Santa Lucía del Trampal, lo que indica que en aquel tiempo hubo aquí una actividad espiritual y probablemente también civil y económica extraordinaria y aún no conocida. Los godos primero y los musulmanes después, convierten estos territorios en permanente campo de batalla lo que obliga a la población a establecerse y fortificarse en lugares estratégicos para la supervivencia.</p>
contexto
Las primeras generaciones del Renacimiento carolingio se nutrieron, esencialmente, de las enseñanzas de maestros venidos de fuera. Uno de sus primeros representantes sería el lombardo Paulo Diácono, conducido por Carlomagno a la corte de Aquisgrán como maestro de griego de su hija Rotrudis y autor de una "Historia langobardorum". Se trata de un texto muy en la línea de las historias de pueblos redactadas años atrás. Sin embargo, la figura más singular sería la del northumbriano Alcuino, que marcaría toda una época. Nacido hacia el 735, Alcalino se formó en York en donde tomó contacto con obras de la Antigüedad clásica: Cicerón, Virgilio, Lucano... Con cincuenta años y sólo como diácono, se desplazó a la corte carolingia en donde actuó como preceptor de Carlomagno y de su corte. Fue recompensado generosamente por el monarca que le hizo beneficiario de una serie de abadías, entre ellas la importantísima de San Martín de Tours. Las preocupaciones culturales de Alcuino cubrieron un vasto campo: la corrección de las Escrituras, la teología (De fide sanctae et individuae Trinitatis, De anima ratione), la gramática (De Gramatica), etc., aunque más que como espíritu original destacaría como buen organizador. La "Admonitio generalis" del 789 tuvo en él, sin duda, uno de sus principales promotores, como lo tuvo también la propia restauración imperial del 800. Como ha escrito E. Gilson "la verdadera grandeza de Alcuino reside en su persona y en su obra civilizadora más que en sus libros". Su objetivo estaba más en restaurar que en innovar. Algo que a él y a sus discípulos les llevaría a luchar también contra el error doctrinal. El título de Defensor Ecclesiae de Carlomagno le atribuía poderes para velar por la pureza de la ortodoxia. Así, las reformas que se habían aplicado generalmente al campo de la disciplina y de la moral, se hicieron extensivas también a la defensa de la unidad de la fe. En relación con Bizancio, la Europa carolingia podía presumir de no haber sufrido sus graves traumas teológicos. Los intelectuales carolingios pudieron, incluso, propugnar fórmulas doctrinales independientes de las bizantinas. Así ocurrió, por ejemplo, con el tema del Filioque, empleado en la liturgia hispana y que -pese a las reticencias orientales e incluso papales- los consejeros de Carlomagno acabaron introduciendo en el Credo. Y ocurrió también a propósito de la querella de las imágenes. Bizancio había proclamado la ortodoxia de su culto en el II Concilio de Nicea del 787 en el que se condenó solemnemente a los iconoclastas. Las actas de esta asamblea fueron remitidas a Occidente pero Carlos y sus consejeros optaron por dar su propia visión sobre el tema en el Concilio de Franckfurt del 794. Se trataba de un importante paso en el distanciamiento entre Oriente y Occidente. El próximo sería la coronación del 800. El cisma de Focio unos años más adelante podría presentarse como el desenlace lógico de una acumulación de agravios. Sin embargo, el más grave peligro para la unidad religiosa del mundo carolingio no vino de Oriente, sino del Sur en forma de una herejía que contó con una cierta aceptación social: el adopcionismo. Se trató de una opción doctrinal defendida en los últimos años del siglo VIII por dos eclesiásticos hispanos: el metropolitano de Toledo Elipando -a la sazón sometido a la férula política del Islam- y el obispo Félix de Urgel que actuó sobre un territorio que los francos estaban sometiendo a su autoridad. Al defender ambos que Cristo en cuanto hombre era sólo hijo adoptivo de Dios estaban reavivando viejos disputas que ya se creía superadas. La réplica vendría en principio de otros dos hispanos: Eterio de Osma y Beato de Liébana, el segundo de los cuales reaccionó con extraordinaria dureza verbal. La polémica llegó hasta los oídos del papa Adriano I que remitió a Carlomagno (Concilio de Franckfurt) una carta dogmática en defensa de las tesis ortodoxas. Alcuino de York y Paulino de Aquilea acabaron también terciando en la polémica acuciados por un monarca que veía el riesgo de que la herejía se difundiese por las marcas meridionales. Varios sínodos volvieron a tratar el tema hasta que, con la rendición de Félix y el eclipsamiento de Elipando, la crisis pudo darse por zanjada. La influencia de Alcuino (muerto en el 804) sobre las generaciones siguientes fue enorme. Su discípulo Fredegiso escribió una "Carta sobre la nada y las tinieblas" donde apuntaba algunas preocupaciones metafísicas un tanto primarias aunque no carentes de interés. Teodulfo de Orleans, miembro como Alcuino de la Academia Palatina, fue un poeta no carente de mérito. Rabano Mauro, abad de Fulda, promovió comentarios bíblicos, redactó algunos poemas y siguió, en definitiva, la línea de cultura compendial de la que había hecho gala san Isidoro dos siglos antes. El autor más popular de la nueva generación fue, sin duda, Eginhardo, gracias a su famosa biografía del Emperador: "Vita Karoli". El texto se basa en los recuerdos personales y en la consulta de los Anales Reales y la documentación cancilleresca a la que debió tener fácil acceso dada la confianza que en él depositó Luis el Piadoso. El modelo literario lo da Suetonio. La imagen que Eginhardo elabora sobre la figura de Carlomagno es, evidentemente, muy laudatoria y contribuirá poderosamente a forjar el mito político y humano del más importante de los carolingios.
Personaje
Literato
Su educación discurre en Florencia, donde conoció los secretos del neoplatonismo. A finales de los cincuenta dejaría Italia, por orden de Felipe II, para servir al tercer duque de Alba en Flandes. Intervino en numerosas batallas y se hizo cargo de importantes misiones políticas. Como literato, sus primeras composiciones métricas recogen las formas italianizantes que habían introducido Boscán y Garcilaso. Sin embargo, su trayectoria literaria acabaría derivando en una concepción naturalista del amor con un mayor contenido de sensualidad. De la publicación de sus poesías se encargaría su hermano Cosme, después de la muerte del autor. Sus obras aparecen recogidas en los libros: "Primera parte de las obras" y "Segunda parte de las obras". Estas dos ediciones contienen bastantes errores. Incluso, aparecen poemas que no pertenecen a Aldana. Sus versos abordan asuntos amorosos, mitológicos y también religiosos. Aunque algunos de sus versos están escritos en italiano, la mayor parte de su producción aparece en castellano. Uno de los géneros que cultivó como más maestría fue el epistolar.