Templos funerarios de Deir el-Bahari

Datos principales


Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Escuela

Reino Antiguo

Estilo

Egipto

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La reina Hatshepsut levantó este edificio inspirándose en el que allí mismo erigió Mentuhotep cinco siglos antes. El emplazamiento de este templo es el más grande circo de la montaña tebana, dentro del cual, y una vez más, la arquitectura va a compenetrarse con el paisaje en tan buena armonía como en las pirámides de Giza, pero partiendo de supuestos completamente distintos. La obra se despliega así en profundidad, ganando muy poca altura, pero sí un dilatado fondo en sus tres terrazas consecutivas. Orladas de pórticos las tres, van llamando al viajero hacia el núcleo del santuario, socavado en las entrañas de la roca. Cuando el caminante se vuelve hacia el valle del Nilo, tratando tal vez de divisar Karnak en la remota lejanía, apenas se percata de hallarse en el interior de un templo. Tras desembarcar en un probable portal, tal vez un palacete equivalente al templo del valle de las pirámides clásicas, el visitante antiguo ascendía al templo por una calzada orlada de esfinges a sus dos lados, pues una de las novedades de este monumento va a consistir en el empleo de una elevada cantidad de estatuas y relieves en combinación con la arquitectura. Al final de la calzada, un recinto trapezoidal, poblado de palmeras, ofrecía en su centro dos estanques en forma de T, con sus espesuras de papiros, sus poblaciones de aves, y sus márgenes cubiertas de flores. Pasados los estanques, se alza la subida inclinada hacia la primera terraza.

La rampa, escalonada, está montada sobre el eje longitudinal del conjunto, enfilando el spéos en que se hallaban la barca y la estatua de Amón. El pretil que la bordea muestra a ambos lados relieves de leones de gran tamaño, guardianes del sagrado lugar. La misma función desempeñarían, en la segunda rampa, grandes cobras coronadas por halcones. A derecha e izquierda de la rampa, sendos pórticos de pilares cuadrados en la primera fila y de columnas poligonales o protodóricas en la segunda, exornan el escalón existente al borde de la primera terraza. La pared de fondo del pórtico, ataludada y sin decoración de relieves, actúa como muro de contención de la terraza, el mismo papel que al final de ésta hará la pared del fondo de sus pórticos. Los soportes de la primera línea de estos pórticos, muy largos, son en todos ellos pilares; los de la segunda, también pilares o columnas poligonales. Los pilares de los extremos del primer pórtico estaban precedidos de colosos osíricos de la reina -oficialmente rey- y lo mismo todos los de la terraza superior. La segunda terraza es un enorme cuadrado con dos lados abiertos y dos cerrados por pórticos. Por uno de los primeros, mirando al este, se divisa en lontananza el Nilo, y más allá, el Templo de Karnak, hacia el cual dirige el de Hatshepsut su eje longitudinal en clara posición de subordinación. Por el lado sur, también abierto, la terraza forma un escalón sobre el vecino templo de Mentuhotep.

El muro de contención tiene el dispositivo ya clásico del muro palacial de salientes y nichos sobre los que se alzan parejas heráldicas de buitre y cobra de los Dos Países. El lado norte está cerrado por un pórtico inacabado de pilares decaexagonales -las mal llamadas columnas protodóricas- que enlazan con las del lado contiguo, dignas verdaderamente de un propíleo griego. Estas preceden en tres hileras de cuatro, formando una a manera de sala hipóstila, a una capilla de Anubis, el dios de cabeza de chacal, que penetra en la roca haciendo los quiebros propios del laberinto del otro mundo. Vienen a continuación dos pórticos largos, dedicado el primero a la génesis de Hatshepsut y el segundo a la expedición al Punt -Somalia-. Por último, en el extremo sur de este mismo lado oriental tiene un santuario simétrico al de Anubis la más grande de las diosas del cantón tebano, Hathor, la vaca celeste. Es probable que antes de esta reina ningún faraón hiciese tanto uso de la escultura como ella en este santuario. Aparte de los centenares de metros de relieves, se han calculado en él veintitrés estatuas de piedra dura, unas cien esfinges de arenisca pintada, otras veintidós de granito y unas cuarenta estatuas osíricas.

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