Nubes de paso

Datos principales


Autor

Caspar David Friedrich

Fecha

h. 1820

Estilo

Romanticismo Alemán

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

18,3 x 24,5 cm.

Museo

Hamburger Kunsthalle

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Es conocido también como 'Nubes sobre el Riesengebirge (Montañas de los Gigantes)'. En una carta de julio de 1821, Friedrich menciona dos pequeñas obras sobre el Brocken, desde la cima. El Brocken es un pico del Harz, la cumbre más alta de este sistema de la Alemania central, al que Friedrich realizó varios viajes y representó en varias ocasiones. Ésta parece ser una de esas pequeñas obras. Para esta obra Friedrich empleó un dibujo de 1811. Este paisaje carecía de nubes, que, como veremos, es un elemento que suscitó la atención del público. En primer término, una barrera rocosa impide al acceso a la pradera, cuya extensión parece terminar en un infinito abismo. Representa la sensación de un caminante que se detiene a contemplar la lejanía desde lo alto de una montaña, como el Caminante ante el mar de niebla. Asimismo, alude a la experiencia religiosa producto de la meditación del paisaje en el que Dios se expresa. Las nubes indican la transitoriedad, lo fugaz, a la par que producen un efecto de grandiosidad y misterio muy querido por Friedrich. No supieron ver esto sus contemporáneos. En 1816 Goethe escribió una serie de poemas sobre la obra del inglés Luke Howard, "Ensayo sobre la modificación de las nubes", de 1803, que le había impresionado vivamente. Goethe escribió a la pintora de Dresde Louise Seidler para que intercediera ante Friedrich para que éste accediera a realizar diversas pinturas sobre nubes para ilustrar sus trabajos científicos, relacionados con la clasificación de Howard. Pero Friedrich no tenía interés en ello, y se negó. Había realizado numerosos estudios de nubes, en especial en su cuaderno de Oslo, y dominaba la cuestión, pero la mera contemplación científica no le interesaba. En las nubes él percibía un significado eterno y sublime: "El hombre (o pintor) noble percibe a Dios en todas las cosas; el hombre (o pintor) vulgar no ve más que la forma, no el espíritu". Las nubes, además, mantienen vinculados los distintos planos superpuestos, papel que comparten con la niebla que se alza desde la parte inferior.

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