Nocturno madrileño

Datos principales


Autor

Salvador Dalí Domènech

Fecha

1922

Material

Tinta y aguada sobre papel

Museo

Fundación Gala-Salvador Dalí

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Instalado en Madrid desde finales del año 1922 y hasta mediados de 1926, Dalí encuentra en la Residencia de Estudiantes y en la Escuela Bellas Artes de San Fernando todo un abanico de posibilidades, de orientaciones de lo estético que apuntaban en definitiva a un mismo objetivo: la definición de la modernidad. Esa modernidad en Madrid se estaba definiendo desde 1909 con el escritor Ramón Gómez de la Serna, inductor directo de los primeros hallazgos de vanguardia sobre todo con la publicación de manifiestos futuristas, su exposición de Pintores Íntegros (Diego de Rivera, María Blanchard, Luis Bagaría y Agustín Choco) y su tertulia de Pombo. Madrid, poco a poco, se convertía en la caja de resonancia para el resto de las provincias y ahora, más que nunca, se comenzaban a formar grupos de vanguardia como el ultraísmo. Precisamente, ese momento ultraísta es el que conoce Dalí y es en cierta manera el que muestra en esta obra. El artista rompe con el mundo de Figueres y nos muestra sus primeras vivencias en la capital. Es el mundo de las experiencias nocturnas desde las cenas en Pombo hasta los paseos a altas horas de la noche con sus primeros amigos de la Residencia como Luis Buñuel o Maruja Mallo. Es en esas obras donde la idea de simultaneidad en la imagen tiene su eco en los futuristas italianos y, más concretamente, en la influencia del artista uruguayo Rafael Barradas. Dalí comienza a reflejar elementos que serán exclusivos de su mundo personal. El vino, las botellas, los borrachos y el color negro hacen referencia a la noche junto a otros componentes, como el reloj de su abuelo. Las escaleras y las ventanas iluminadas aluden al mundo de la prostitución, los prostíbulos en donde comienzan, según explica, sus primeras obsesiones sobre la impotencia.

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