Minerva pegando a Aracné

Datos principales


Autor

Peter Paul Rubens

Fecha

1636

Estilo

Barroco Centroeuropeo

Material

Oleo sobre tabla

Dimensiones

26,7 x 38,1 cm.

Museo

Virginia Museum of Fine Arts

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Se conservan más de cincuenta estudios pintados por Rubens para la Torre de la Parada, el pabellón de caza de Felipe IV en el monte de El Pardo, en las cercanías de Madrid. Cada una de las pinturas que formaban parte del encargo tuvieron su boceto preparatorio, la mayoría de ellos ejecutado en dos meses, entre noviembre y diciembre de 1636. Posteriormente, y contando con una importante colaboración del taller, estos bocetos serían trasladados a los definitivos lienzos que fueron enviados por barco a España en 1638.La historia de Aracné es una de las más impactantes de la serie, inspirada como sus compañeros en la "Metamorfosis" de Ovidio. Aracné era una joven que despuntaba en el tejido, considerando que sus trabajos eran más bellos que los de la propia Minerva (Atenea), la tejedora del Olimpo. Enterada Minerva de la opinión de Aracné, desafió a la joven, aceptando ésta el reto. Las dos tejedoras se colocaron una frente a otra y comenzaron su labor. Minerva ejecutó un maravilloso tapiz pero el de Aracné no se quedaba a la zaga. Esto encolerizó a la diosa que rasgo el tapiz de su rival y golpeó la cabeza de Aracné. La humillación sufrida por la joven tejedora hizo que se ahorcara. Arrepentida, Minerva convirtió a Aracné en araña para que pudiera tejer toda su vida.Rubens nos presenta el momento de la agresión, con la joven caída siendo golpeada con saña por la diosa, vestida con su habitual armadura y casco. En el fondo contemplamos a dos tejedoras, una de ellas mirando la agresión mientras la otra se afana en su trabajo. En la zona de la derecha se muestra el tapiz tejido por Aracné, donde se puede apreciar la reproducción del Rapto de Europa de Tiziano. El momento de tensión y violencia es captado en toda su dureza por los pinceles del maestro flamenco, todo un especialista a la hora de dotar de dinamismo sus obras gracias a los escorzos, las diagonales y la carga expresiva de sus composiciones, convirtiéndose en el máximo exponente del Barroco. La Caída de Faetón es otro de los bocetos de la serie.

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