Maxime Dethomas

Las fotografías se van a convertir en un claro exponente de modernidad en los años finales del siglo XIX. Muchos artistas, entre ellos Toulouse-Lautrec, utilizarán encuadres fotográficos para realizar sus composiciones, colocando una figura en el primer plano mientras el fondo aparece difuminado como en esta composición que contemplamos. De esta manera se consigue crear una sensación de profundidad sin recurrir a la perspectiva tradicional, recurso ya utilizado por los impresionistas

Impresionismo

El Impresionismo es un movimiento efímero en el tiempo pero de honda raigambre popular desde sus comienzos. Típicamente parisino, finaliza la evolución del Realismo y abre la puerta a la renovación vanguardista del arte abstracto.

Más información

como Degas

Edgar Hilaire,Edgar Hilaire Germai Degas

Pintor impresionista francés (París, 1834-1917). Entró en el taller de un discípulo de Ingres. El estilo neoclásico que le enseñó su maestro sufrió un importante cambio al influirle Manet, a quien le unirá una estrecha amistad, así como las primeras muestras fotográficas. Empezó a contactar con las amistades de Manet, conociendo a Renoir, Cézanne y Monet entre otros. Degas abandonó el Salón Oficial de Exposiciones en 1870, participando en la primera exposición impresionista en 1874. Sus obras reflejaban básicamente temas contemporáneos y, como contaba con una interesante renta, no se debió preocupar por las ventas o por la crítica, sólo por lo que le interesaba, sobre todo las bailarinas de ballet y muchachas anónimas vistiéndose o bañándose. Se interesó por la escultura, conociéndose un importante grupo de figuras en las que destaca su interés por el movimiento.

Más información

o Renoir

Pierre Auguste Renoir

Pintor impresionista francés (1841-1920) interesado por la figura humana, primero al aire libre gracias a su relación con Monet, y más tarde por las formas y contornos, lo que le acerca a Rubens.

Más información

. La gran figura de Maxime Dethomas - pintor y grabador amigo de Henri, compañero inseparable de sus andanzas prostibularias y de sus viajes por Holanda y Normandía - aparece en tres cuartos, de espaldas, sentado a la mesa del "Café de la Opera", observando indiferente el baile que amenizaba sus noches. Toulouse-Lautrec pone de manifiesto en este retrato su interés hacia el dibujo, combinado con la atención hacia la luz eléctrica que crea esas sombras malvas. La pincelada empleada es larga y suelta, rellenando con ella las superficies que rodean las siluetas. La timidez de este personaje queda de manifiesto por la postura elegida para el retrato, ajeno a la mirada del espectador y sumido en sus pensamientos junto a una copa vacía.