Lo eternamente femenino

Datos principales


Autor

Paul Cézanne

Fecha

1877 h.

Estilo

Neo-Impresionismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

43 x 53 cm.

Museo

Colección Particular

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Como culminación de la serie de cuadros de juventud que tiene en la mujer su principal protagonista, Cézanne realiza este lienzo hacia 1877 en el que pretende hacer una brutal crítica de la sociedad que le rodea, tal y como escribió en una carta a su buen amigo Zola: "Tú no tienes idea de la osadía de esta feroz población. Sólo tienen un instinto, el del dinero. Se dice que ganan mucho. Pero son muy feos; visto desde fuera, los modales emborronan los aspectos originales de estos tipos. Dentro de algunos cientos de años no tendrá sentido vivir, todo habrá sido aplanado". En el centro de la composición, en una cama con dosel, observamos a una mujer desnuda, idolatrada por un amplio grupo de hombres que la rodean. Estos hombres representan a las diversas clases y oficios -banqueros, pintores, escritores, músicos e incluso un obispo- venerando a la prostituta. La escena se desarrolla en un interior como observamos en la mesilla con el jarrón de flores en la izquierda, apareciendo en la parte superior un gran paisaje, posiblemente una pintura o podría tratarse de un ambiguo juego por parte del maestro entre representar el espacio interior y el exterior. La eterna pregunta de este cuadro es qué quiere representar Cézanne en él. Posiblemente lo que quiera mostrar es una ácida crítica hacia la burguesía que prefiere llevar su dinero al banco o al prostíbulo antes que invertir en arte. La inclusión del propio artista pintando en la zona superior derecha hace algo ambigua esta interpretación, pero lo podemos considerar como una muestra más de su eterno conflicto con lo femenino. Técnicamente, la gran diferencia con las obras de la etapa romántica la encontramos en el empleo de rasgos impresionistas para realizar esta tela, recordando a la Moderna Olimpia de años atrás. El abocetamiento, la abundancia de colores claros y los ligeros y rápidos toques de pincel caracterizan una obra que anticipa el expresionismo del siglo XX.

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