La emperatriz pasa la prueba de fuego ante Otón III
Datos principales
Autor
Fecha
1470-75
Estilo
Material
Dimensiones
324 x 182 cm.
Museo
Contenidos relacionados
En 1468 la ciudad de Lovaina le encargó a Dierick Bouts cuatro cuadros sobre temas que exhortaran a la justicia, pues iban a ser colocados en el Tribunal de la ciudad. Bouts murió pocos años después y sólo había terminado uno de los cuatro paneles, el que ahora vemos, y el segundo estaba a medias. El tema que trata este cuadro es el de la calumnia: la emperatriz había tratado de seducir al conde, que la rechazó. Despechada, ella denunció al conde ante el emperador, que la sometió a la prueba del fuego para comprobar la verdad de su denuncia. La prueba consistía en poner la mano en las brasas. Si se era inocente, la mano no sufría quemaduras. Evidentemente, no era una prueba fiable y todo aquél que tuviera que pasar por ella se lo pensaba antes de seguir adelante con su denuncia. En cualquier caso, la emperatriz no pasó la prueba y la inocencia del conde quedó puesta de manifiesto. Bouts se inspiró en un pasaje de la Biblia para realizar la escena, aquel en el que la mujer de Putifar trata de seducir a José en Egipto. Rogier van der Weyden también había realizado un cuadro similar en 1436, para la ciudad de Bruselas, lo que indica el auge en el que se encontraba el poder civil en los Países Bajos , frente al tradicional poder de monarquía e iglesia en la Edad Media.