Catedral de Ávila. Sepulcro de Alonso Fernández de Madrigal, el Tostado
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Un ejemplo de las modificaciones que sufre la imagen clásica cuando se inserta en un conjunto hiperdecorativo alejado de la sencillez y claridad propia del clasicismo lo constituye este monumento al Tostado, donde la prolijidad de la decoración y la multiplicación de figuras alegóricas minimizan la figura serena y proporcionada del Obispo difunto, donde se manifiestan ecos más que evidentes de la influencia de otros escultores más clásicos. La figura sedente del protagonista, plena de resonancias clásicas, se confunde en un conjunto de escenas, pequeñas esculturas y motivos decorativos, más prolijos todavía en el Sagrario de la misma catedral. El acercamiento, por tanto, del estilo de Vasco de la Zarza hacia formas próximas al clasicismo se establece desde un punto de vista puramente formal sin comprender adecuadamente la relación entre espacio y figuración establecida por artistas más clasicistas como Ordóñez .