Atardecer en el Báltico

Datos principales


Autor

Caspar David Friedrich

Fecha

1831

Estilo

Romanticismo Alemán

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

54 x 71,5 cm.

Museo

Staatliche Dresden

Contenidos relacionados


Este cuadro fue la única obra presentada por Friedrich a la exposición de Dresde de julio-agosto de 1831, con el título "Costa. Luz de luna". Fue adquirida por la Sächsischer Kunstverein, la Sociedad Sajona de Amigos del Arte, para su rifa anual. Correspondió al jefe de distrito, el oficial von Welck de Rochlitz. Representa con probabilidad la costa báltica cerca de Greifswald, en el Greifswalder Bodden con la boca del Ryk. Friedrich empleó para componerlo seis estudios de diversas épocas, el más antiguo de febrero de 1798; el más reciente de 1818, del Cuaderno de Oslo. El velero del centro-derecha de la composición procede de un estudio tomado cerca de Wyk, en Greifswald, en septiembre de 1815. Los pescadores, el tonel semienterrado y el navío de la izquierda proceden de dibujos de 1818. El interés de esta obra, de evidente contenido simbólico, pues representa la Fe y la esperanza en la vida eterna, reside en su armazón compositivo, característico de la madurez de Friedrich. El eje viene marcado en el fondo por el velero que se asienta sobre la línea del horizonte. La luz se distribuye de forma simétrica sobre ésta en una amplia línea cóncava, frecuente en el artista. Los veleros se mueven hacia la derecha según una diagonal paralela a la línea marcada por las redes tendidas a secar. En el primer plano, el velero se corresponde con los pescadores, vueltos de espaldas, de la misma manera que el ancla se sitúa sobre el eje vertical determinado por el velero del fondo.

A pesar de toda esta trabada armadura, el mensaje principal que se desprende es el de la libertad, que Friedrich ha representado en la bandera sueca del velero más cercano. Aparecía ya en el estudio de 1815, pero en ese mismo año la Pomerania anterior pasó a manos de Prusia, por lo que en 1831 carecía de sentido su inclusión. No obstante, Friedrich la expone como un símbolo de libertad, pues para los revolucionarios alemanes, como su amigo Ernst Moritz Arndt, Suecia era un país de campesinos libres, un modelo a seguir. Este mismo mensaje aparece en Las edades, de 1834-35. Otro detalle inusual, que la relaciona con aquélla es el hecho de situar las figuras de los pescadores vueltos hacia el espectador, a diferencia de su preferencia anterior, en que las figuras reproducían un punto de vista hacia el interior, ajeno al sujeto que lo contempla.

Compartir